Benicarló pedirá indemnizaciones por las pérdidas causadas por la crisis de la bacteria E.coli
La crisis sanitaria ocasionada por la bacteria E.coli ha afectado también la huerta benicarlanda. Los precios de los pepinos, los calabacines y los tomates han caído en picado y las verduras se acumulan en las cámaras refrigeradoras hasta que se hayan de lanzar porque no tendrán salida al mercado. En el caso de los pepinos, deberán arrancar para que no se podrán vender. Estas son las previsiones de los representantes de los sindicatos agrarios de Benicarló, que junto con el concejal de Agricultura, se han mostrado muy pesimistas con la situación actual.
El representante de la Unió de Llauradors, Miguel Piñana, aseguró que "estamos en una guerra comercial sin precedentes entre España y el resto de Europa", mientras que el representante de Asaja Francisco Vallés, ha expresado la necesidad de conseguir un reconocimiento por parte de las instituciones para dignificar el sector y evitar situaciones como la que se está viviendo actualmente. El concejal de Agricultura ha adherido a las reivindicaciones de los sindicatos y ha constatado las dificultades de la campaña que ahora comienza: "En Benicarló, hemos dado por terminada la campaña de verano".
Por todo ello, la respuesta tanto del Ayuntamiento como de los sindicatos será reclamar indemnizaciones para todo el sector. Además, desde la Unió de Llauradors, han reclamado también medidas como la reducción de los módulos o la exención de cuotas a la Seguridad Social, unas medidas que, según el sindicato, deben ir acompañadas de una potente campaña publicitaria para limpiar la imagen de la agricultura española y para realzar la calidad de los productos españoles.
Cabe decir que en sólo una semana, se han contabilizado pérdidas económicas en Benicarló de hasta 450.000 euros, entre la horticultura y la citricultura, dos sectores claves en la agricultura benicarlanda. Además, si la situación no mejora, la crisis podría afectar también la campaña de la sandía, el segundo producto más cultivado en Benicarló, que empieza a cosecharse la primera semana de julio.
