La Fira de Sant Andreu perpetúa el favor del público en Almassora
La Fira de Sant Andreu de Almasora llega a hoy a su fin después de un intenso fin de semana en el que el público ha abarrotado las calles de la Vila. El casco antiguo, decorado según la época medieval, ha atraído a miles de visitantes desde la tarde del viernes, que todavía tienen hoy la última oportunidad de conocer los oficios artesanos y hacer las compras de Navidad en el centenar de puestos repartidos por el barrio.
La concejala de Cultura, Isladis Falcó, ha destacado el favor del público en esta nueva edición que ha convertido el mercado medieval de Almassora en el más grande de la provincia. Además de la extensión, Falcó ha agradecido la participación de las asociaciones locales, “que evidencia la integración en la vida de la ciudad y supone una oportunidad para que den a conocer la gran labor que hacen durante todo el año”.
En la misma línea, la participación en la tarde del sábado de los Tambors de Passió ha sido uno de los momentos más esperados de esta edición. Los tamborileros dirigidos por Damián Aguilella tomaron las calles al ritmo de Passió Almogàver animando así al público a acercarse hasta la vida donde, como hoy, se repitieron las charlas, recreaciones históricas y demostraciones de oficios antiguos.
El recinto retomará la actividad esta mañana a las 11 horas y por la tarde estará abierto de 17 a 22 horas. Los más pequeños también tienen un espacio en esta feria con talleres participativos y un área de juegos instalada en la plaza Mayor para entretenerlos durante el recorrido. El epicentro de la Vila retrotrae al visitante a épocas pasadas con los ropajes de los artesanos, la paja que cubre el suelo de todo el entramado y las banderolas colgadas entre los balcones.
En esta última oportunidad para visitar la Fira de Sant Andreu, autorizada por el Rey Martín ‘El Humano’ en 1398, el casco antiguo vuelve a ofrecer música, teatro, oficios casi desaparecidos y puestos de productos artesanales que dan a la Vila la vitalidad que se merece como verdadero centro histórico de Almassora.
