Almassora recoge más de 154.000 kilos de basura orgánica tras un año desde la implantación de los contenedores

El área de Gestión de Residuos de Almassora ha cifrado en 154.160 los kilos de basura orgánica depositados por el vecindario desde junio de 2021, momento en el que el ayuntamiento instaló los 86 contenedores destinados a estos residuos urbanos, hasta mayo de 2022. De este modo, el consistorio ha cumplido con la normativa europea que obligaba a ofrecer este servicio a la ciudadanía a partir de 2021 para mejorar el sistema de reciclaje.

La empresa responsable del servicio de recogida de basura en Almassora, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), situó el año pasado estos contenedores marrones en diferentes puntos de la localidad junto al resto de depósitos con el objetivo de reducir los residuos urbanos. “Apostamos por esta iniciativa para lograr un reciclaje más selectivo”, ha señalado el concejal de Gestión de Residuos, Javier Martí.

El Ayuntamiento considera razonable la cantidad de basura depositada en estos nuevos contenedores. La empresa encargada, FCC, reúne cada mes una media de 13.000 kilos de residuos orgánicos. El objetivo del área dirigida por Martí es aumentar progresivamente el volumen de recogida para mejorar el tratamiento y reciclaje de materias primas.

Además de la incorporación de esta nueva fracción, la concejalía impulsó una campaña informativa para concienciar al vecindario del municipio sobre el adecuado funcionamiento del depósito marrón y la importancia de separar correctamente los biorresiduos para facilitar el proceso de tratamiento y gestión.

Para ello, el consistorio contrató a un educador ambiental, cuyo papel fue resolver las dudas a la ciudadanía que se aproximaba a estos contenedores del municipio. También hizo hincapié en la prohibición de tirar cenizas o elementos de higiene personal como toallitas húmedas, compresas o pañales, entre otras cosas.

Los depósitos se repartieron por distintas zonas de la localidad, entre los que destacan las inmediaciones de colegios y restaurantes, puntos donde se generan más residuos orgánicos. Por este motivo, el educador centró especial atención a estos grandes productores y les asesoró sobre el uso apropiado. Restos de comida incluidos los alimentos caducados, cáscaras de huevo, servilletas o papel usado son algunos de los elementos que se deben depositar en el contenedor marrón.

Asimismo, esta no ha sido la única iniciativa, el consistorio ha instalado compostadores de basura orgánica en cada recinto educativo, excepto en el colegio Embajador Beltrán debido a las obras. El objetivo es concienciar al alumnado para compostar los restos orgánicos del comedor y los almuerzos, además de los de las zonas verdes y, de esta forma, conseguir transformar los residuos en abono, como ya hacen, para poder utilizarlos en los huertos de cada centro educativo.