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La actual dirección del PPCV pierde peso en Génova con la victoria de Casado

La actual dirección del PPCV pierde peso en Génova con la victoria de Casado
  • El nombramiento de Betoret como secretario nacional de política provincial indigna a Bonig

El Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV) continúa inmerso en la batalla interna que arrastran desde el fallido congreso provincial de Valencia en el que los partidarios de Mari Carmen Contelles, ahora declarada pro Soraya, y los de Vicente Betoret, pro Pablo Casado, deberían haber resuelto su enfrentamiento por la dirección del partido. Dicho congreso no se celebró ante la amenaza de ruptura del partido a nivel valenciano, imponiendo desde Génova una dirección provisional que es la que está llevando el peso del partido en estos meses previos a las elecciones.

El PP, acostumbrado en tierras valencianas a gobernar de manera absoluta casi todas las instituciones y ayuntamientos más grandes, desde la Generalitat a las diputaciones y las capitales de provincia, ha pasado a un discreto segundo plano con la victoria de las diferentes coaliciones de izquierda. A pesar de navegar en un campo inexplorado para muchos de los actuales líderes, como es el de la oposición, el PPCV ha sobrevivido bastante bien al tsunami naranja de los de Rivera, ya que éstos en la Comunitat Valenciana no han acabado de arrancar ni de implantar una red municipal y provincial potente.

Igualmente, el PP ha podido mantener el poder en las diputaciones de Castellón y Alicante. También consiguió un hito cuando semanas atrás recuperó la alcaldía de Alicante llevando a Luís Barcala hasta el frente de la misma, un hecho que le valió a Bonig para escenificar el inicio de lo que ella denominó la "recuperación" del gobierno y las instituciones valencianas.

No obstante, a pesar de mantener los gobiernos en varios puntos clave, es en la provincia de Valencia donde los populares más acusaron su caída. Tras perder la Diputación, con el escándalo del Caso Taula y Rus de fondo, y las alcaldías de ciudades como Valencia, Torrent, Paterna, Gandia, Xàtiva o Sagunto, la batalla por la dirección del partido en la provincia ha estado, y está, servida. Así, como no podía ser de otra manera, el reciente Congreso Nacional ha servido para volver a escenificar esa ruptura entre los partidarios de Soraya, entre los que se encuentra la síndica en Les Corts, Isabel Bonig, y los de Pablo Casado, arremolinados en torno a la figura de Vicente Betoret tras apoyar inicialmente a María Dolores Cospedal.

La victoria de Casado ha servido para que se sitúe a Betoret en la dirección nacional del partido, ocupando la secretaría de política provincial, hecho que ha generado la protesta formal de Isabel Bonig, quien ve amenazado su liderazgo en la Comunitat Valenciana ante la pérdida de su candidata a dirigir el PP. Tanto es así que ayer Isabel Bonig trasladó al propio Casado, durante un almuerzo con líderes regionales, su malestar por el nombramiento. De este modo el partido vive un episodio más de su fractura en la provincia de Valencia y queda a la espera de ver si el nombramiento de Vicente Betoret, junto a nombres como el del presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, o el del castellonense Miguel Barrachina, el exministro y excandidato García Margallo o Belén Hoyo muy probablemente, ejercerán influencia para que el discurso del PP contemple cuestiones como la de la financiación autonómica que tanto penalizada a la Comunitat.

Por el momento, Pablo Casado no ha hecho referencia pública alguna a la situación del partido en esta comunidad y no se espera que haya un giro en la agenda nacional del PP que mire hacia los problemas más inmediatos que, particularmente, acumulan los valencianos.

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