Raúl González: “Busco la sonrisa interior y cómplice del lector”
El mexicano Raúl González (Naucalpan de Juárez, 1969) recogió ayer el premio “València” 2014 en la modalidad de Narrativa en castellano por “El jardín de las delicias”, una novela con tintes autobiográficos calificada por el jurado como “un best seller original de alto nivel y con mucha acidez”.
La gala literaria de los prestigiosos premios literarios de la Diputación de Valencia, convocados anualmente por la Institució Alfons el Magnànim, se celebró en el MuVIM y contó con la presencia de la diputada de Cultura de la Diputación de Valencia, María Jesús Puchalt, el director de la IAM, Vicent Ribes.
Según el propio autor, “El jardín de las delicias” es “un thriller metafísico y existencialista que va suscitando una serie de misterios” en torno a la célebre pintura de El Bosco que da título a la novela, cuya solución radica en gran medida “en el interior de los personajes” que intervienen en la narración.
Ironía y complicidad con el lector
Raúl González explicó que su experiencia en el mundo de la publicidad y la televisión “y mi llegada a los 40 años, me trajeron ciertos cuestionamientos morales y existencialistas que traté de incluir en la novela con ciertas dosis de humor”.
Pero “El jardín de las delicias”, no es una comedia, “no tiene tono humorístico pero sí está cargada de ironía, no busca la carcajada sino la sonrisa interior de complicidad con el lector”, dijo González.
Esoterismo, éxito y cierta edad
El protagonista de “El jardín de las delicias” es Mateo Bazán, un reportero que acaba de estrenar los 40 años y trabaja en un semanario, “Prodigios”, en el que el esoterismo, que él detesta, es uno de los temas estrella. La trama arranca cuando su jefe le encarga realizar unas entrevistas a los participantes de un reality sobre el éxito, una meta ideal que Mateo no ha conseguido.
Bazán es escéptico sobre las perspectivas de futuro. “Tener expectativas me parece uno de los rasgos más calamitosos de la conducta humana”, dice el protagonista en la novela.
La novela de González fue distinguida por mayoría de entre las 123 presentadas en la modalidad de narrativa en castellano. Integraron el jurado calificador Carlos Andrade, Carmen Amoraga, Josep Torrent, Carmen Botello y Blas Parra. El premio está dotado con 20.000 euros la edición de la obra en Lengua de Trapo.
