50.000 falleros, a los pies de la Geperudeta

Tal día como hoy, hace un año, Diego le pedía matrimonio a Carmen a los pies de la Geperudeta. Hoy, 365 días después, celebran ese compromiso volviendo a ofrendar a la Virgen de los Desamparados. Como ellos, más de 100.000 falleros y músicos están participando este fin de semana en la cita más emotiva de las fallas. Cada uno por un motivo, con una historia y con un objetivo pero todos con el mismo tratamiento: el que te hace enmudecer a los pies de la patrona de los valencianos.

La Ofrenda ha comenzado este sábado a las tres y media de la tarde con los falleros de los sectores del Carmen y Poblats al Sud inaugurando la Ofrenda de este 2018. Pese a que a mediodía el tiempo no acompañaba, la tarde ha ido mejorando y la lluvia y el viento han dado paso a unas nubes entre las que hemos visto asomar el sol algunos ratos.

Rojos, blancos y amarillos. Así es el manto que ha comenzado a entreverse al final de la noche y que terminará de confeccionarse este domingo. En total, en esta primera jornada han participado 188 Fallas y 49.570 falleros: 12.989 hombres, 17.760 mujeres, 6.181 niños y 8.049 niñas. Además, se han entregado 88 canastillas y 25.089 ramos. La jornada la cerró, como marca la tradición, la Fallera Mayor Infantil de Valencia, Daniela Gómez y su Corte de Honor.

Está previsto que se utilicen más de 60.000 ramos de claveles para la elaboración del manto que este domingo acabará de completarse. Los falleros participantes pertenecen a cerca de 400 comisiones falleras de la capital valenciana y de poblaciones de su área metropolitana como las localidades de Burjassot, Mislata, Xirivella y Quart de Poblet, integradas en la Junta Central Fallera.

La de este sábado fue una jornada multitudinaria ya que, la coincidencia de los días grandes de Fallas y el fin de semana, es una combinación perfecta para mucha gente que se acerca desde diferentes puntos de España a disfrutar de la fiesta. Por ello, el centro de Valencia estuvo abarrotado y desplazarse de un punto a otro se convirtió en una larga aventura. Afortunadamente, es un día de fiesta y la paciencia reinaba en cada rincón de la ciudad. Una paciencia que tuvieron que tener muchos de los falleros que participaban en la Ofrenda ya que hubieron retrasos.

Pero eso no importa y a la entrada en la plaza de la Virgen solo se veían caras de emoción, sonrisas, lágrimas, besos a la Geperudeta, niños sorprendidos señalando a la gran y fastuosa figura que coronaba el centro de la plaza y, sobre todo, fervor.  Cabe destacar la sorpresa final que se iba adivinando al final de la noche: el manto recrea este año el espolín de la Fallera Mayor de Valencia.

Este domingo, según día, veremos el resultado de un manto y una Ofrenda que, aunque no cambia un ápice año tras año, emociona igual o más que el anterior.