El Consell aprueba este viernes la compra de la antigua Escuela de Agrónomos de la UPV para ampliar el Hospital Clínico
El Pleno del Consell aprobará este viernes la compra de la antigua Escuela de Agrónomos, ubicada en la avenida Blasco Ibáñez junto al Hospital Clínico de València y actualmente propiedad de la Universitat Politècnica de València (UPV) para llevar a cabo la ampliación de las instalaciones de este centro sanitario.
Así lo ha avanzado el president de la Generalitat, Ximo Puig, tras mantener una reunión en el Palau con el rector de la UPV, Francisco José Mora. En declaraciones a los medios de comunicación, el jefe del Consell ha confirmado que la compra del edificio, que el Gobierno valenciano adquirirá por 14,5 millones de euros, se hará efectiva “antes de que termine el año”, y ha calificado este acuerdo como una “magnífica noticia para la sociedad valenciana, para todos los pacientes del Clínico y para el conjunto del sistema público sanitario valenciano”.
Tal y como ha subrayado, la ampliación del Hospital Clínico de València es “un proyecto fundamental para la dignificación de un centro hospitalario de referencia, donde cada día se produce investigación y se trabaja de una manera muy productiva para el sistema sanitario valenciano”, pese a estar en una situación “muy complicada” provocada por la falta de espacio.
Puig ha señalado también que la UPV estará presente en las nuevas instalaciones del Clínico, como muestra de la importancia del “anclaje” del centro al sistema sanitario valenciano. Concretamente, se destinarán 700 metros cuadrados a laboratorios para investigación en biomedicina y tecnologías para la salud, según ha precisado el rector de la institución universitaria.
Asimismo, ha destacado que el acuerdo alcanzado con la UPV para comprar las viejas instalaciones permite dar cumplimiento a un compromiso que existía por parte de la Generalitat desde hace 10 años y que todavía no se había materializado.
Es por ello que, el president ha pedido disculpas a la ciudadanía, en nombre del Gobierno valenciano, por el retraso en “cumplir la palabra dada”. “Cuando firmamos algo, lo debemos cumplir”, ha apostillado.
