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El Instituto de Biomecánica ayuda a las empresas a mejorar su competitividad a través del diseño orientado a las personas

  • Esta metodología ubica a las personas como elemento clave de soluciones integrales de diseño

  • El Instituto de Biomecánica de Valencia incorpora el estudio del consumidor final como garantía de éxito para diseñar productos, servicios y entornos

El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) está llevando una metodología basada en el diseño orientado a las personas que permitirá a las empresas mejorar su competitividad.

Cabe destacar que en los últimos años las empresas escogen modelos de gestión que sitúan al consumidor como eje central de sus objetivos, estrategias y acciones. Por ello, el IBV considera que estos modelos son eficientes cuando permiten introducir la voz del cliente en el ciclo completo de desarrollo, así como en todos los subprocesos.

Así, el diseño orientado a las personas combina metodologías, tecnologías y recursos especializados con el objetivo de desarrollar productos, servicios y entornos cuyo diseño motive una respuesta favorable y placentera en el consumidor.

Las metodologías convencionales detectan las necesidades del futuro comprador a partir de las insatisfacciones que expresa y las demandas del mercado que transmiten tanto personal de ventas como profesionales del marketing y el diseño.

La metodología del Instituto de Biomecánica de Valencia incluye, además, al propio usuario en el proceso, al ser el principal conocedor de las sensaciones y emociones que los atributos del producto o servicio le provocan.

Este método de conocimiento del consumidor es más activo y global. El objetivo último es que el producto reúna una serie de atributos (seguridad, eficacia, color, forma, durabilidad, valor, etc.) en los que el usuario pueda reconocer las características que satisfacen sus preferencias.

Un ejemplo de estos estudios es el que llevó a cabo el IBV para la tienda de muebles LOFT en Valencia con el objetivo de conocer, mediante técnicas de ingeniería emocional, cómo se puede mejorar la experiencia de compra. Utilizando técnicas de realidad virtual, se midieron las emociones de los compradores y se evaluó el impacto de la utilización de nuevas tecnologías en una tienda de muebles.

Todas estas técnicas permiten abordar el diseño tanto desde la perspectiva funcional del producto como de la emocional. El IBV puede analizar un servicio o producto que se quiera diseñar con personas atendiendo a las características biomecánicas, antropométricas o fisiológicas, así como su usabilidad. Pero también puede conocer cómo el usuario concibe el producto.

Laboratorio orientado a las personas
El IBV dispone de un Living Lab que materializa el mundo real, a través de instalaciones que reproducen situaciones habituales, para capturar, analizar y evaluar fielmente las reacciones del usuario ante productos, servicios y entornos. De este modo, es posible medir objetivamente la influencia del diseño en la reacción del consumidor.

Estas instalaciones permiten configurar espacios físicos personalizables, realizar valoraciones sensoriales (tacto, olfato, etc.), realizar simulaciones virtuales o controlar las condiciones climáticas, entre otras. En definitiva, controlar las situaciones en las que el usuario pueda analizar un producto o servicio de la forma más real posible. Esta iniciativa ha sido impulsada por la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación, a través de IMPIVA.

comentario 1 comentario
Luis Botella
Luis Botella
11/10/2009 07:10
Un buen planteamiento

Creo que planteamiientos como los que recoge esta noticia son el futuro para una sociedad que ha hechoo del consumo su religión, Frente a la tecnología como motor del mercado, pero alejado de las necesidades reales de las personas, este enfoque situa a los ciudadanos en el centro del mercado, como lógicamente debe ser, Felicitaciones a los que siguen este planteamiento,

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