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El cardenal Cañizares recupera después de 37 años el Convictorio Sacerdotal Diocesano y nombra director al sacerdote Jorge Morant

    El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha creado el Convictorio Sacerdotal Diocesano para el acompañamiento y ayuda de los presbíteros en los primeros años posteriores a su ordenación, y ha nombrado como director al sacerdote valenciano Jorge Morant, ex rector del Seminario Mayor de Moncada.

    De esta manera, el purpurado lleva a la práctica lo que ya anunció el pasado mes de febrero en su carta pastoral dirigida a la diócesis de Valencia, y además, “se compromete a dirigir a los recién ordenados un retiro mensual y abrir un espacio para el encuentro y el diálogo”, según ha indicado hoy a la agencia AVAN Jorge Morant.

    Así, el Cardenal recupera este organismo en la diócesis valentina, que fue creado por primera vez en 1949 por el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea, y desapareció en 1978 al concluir el pontificado de quien le sucedió como titular de la archidiócesis, monseñor José María García Lahiguera, actualmente en proceso de canonización.

    Precisamente, el Convictorio Sacerdotal Diocesano llevará como nombre “Venerable José María García Lahiguera”, arzobispo de Valencia entre 1969 y 1978, “quien destacó por su deseo de promover la santidad de los sacerdotes y ahora será nuestro modelo y protector”, ha añadido Morant.

    La sede de este nuevo organismo, que acogerá y acompañará durante un año a los sacerdotes recién ordenados, está en la calle Comedias, dispone de 13 habitaciones, una sala común y una capilla. Todos ellos tendrán la posibilidad de ser hospedados desde el domingo por la tarde al miércoles.

    Entre los objetivos del convictorio figura “favorecer la vida común de los ordenados el primer año, rezar juntos, cuidar la vida espiritual y compartir sus experiencias pastorales”. De este modo, “se promueve que se vaya fraguando la fraternidad y amistad sacerdotal entre ellos”, ha explicado.

    Se trata de un proyecto “muy ilusionante y una oportunidad magnífica para vivir el primer año del sacerdocio, en el que, al mismo tiempo que hay unos grandes deseos de santidad, a veces se producen los desajustes propios de los inicios del paso del Seminario a la vida sacerdotal”, según Morant.

    Orígenes del Convictorio Sacerdotal

    El primer Convictorio Sacerdotal en la diócesis de Valencia fue creado el 15 de abril de 1949 por el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea, tras la fundación del Convictorio constituido en Roma por el Papa Pío XII, con la finalidad de ofrecer a los sacerdotes, sobre todo, una formación pastoral.

    En la actualidad, “este recuperado organismo en la diócesis de Valencia reanuda sus funciones con el objetivo de promover, fundamentalmente, la fraternidad sacerdotal, la acogida y acompañamiento de los presbíteros”, dado que el Seminario “ya ofrece formación académica y pastoral conjunta, durante los siete años de estudios”, según Jorge Morant.

    Igualmente, el Convictorio Sacerdotal se retoma atendiendo a las indicaciones del Concilio Vaticano II, “que invita a cuidar a los sacerdotes en sus primeros años tras ser ordenados”; y también a partir de la Exhortación postsinodal Pastores Dabo Vobis del papa San Juan Pablo II y del Directorio para el ministerio y vida de los presbíteros de la Congregación para el Clero de 1994, actualizado en 2013, “documentos magisteriales que animan, igualmente, a los obispos a procurar acompañamiento a los sacerdotes jóvenes, incluso ofreciéndoles residencia común”.

    Jorge Morant nació en la localidad valenciana de Bellreguard en 1967, recibió la ordenación sacerdotal en Valencia en 1991, es actualmente profesor de la Facultad de Teología de Valencia, capellán de las religiosas salesas del monasterio de la Visitación de Santa María de Godella y miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores.

    Igualmente, después de su etapa como rector del Seminario Mayor de Moncada, entre los años 2009 y 2011, viajó a Roma donde ha concluido su tesis doctoral en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Gregoriana.

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