El entierro del cardenal Carles en la Basílica de la Virgen será el primero en el templo desde 1931 y el segundo en sus más de 300 años de historia

La Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia acogerá, mañana, jueves, el segundo enterramiento en sus más de 300 años de historia, en el templo, cuando reciba sepultura el cardenal valenciano Ricard María Carles, arzobispo emérito de Barcelona, que falleció ayer en Tortosa a los 87 años de edad.

La única sepultura en el templo, que fue inaugurado en 1667, es, hasta el momento, la del también cardenal valenciano Juan Bautista Benlloch y Vivó (Valencia, 1864- Madrid, 1926), que fue enterrado en la Basílica de la Virgen el 3 de mayo de 1931, después de que sus restos mortales fueran trasladados por tren desde Madrid a Valencia, según ha indicado hoy el rector de la Basílica, Juan Bautista Antón.

Benlloch había sido obispo de Urgel, copríncipe de Andorra y, finalmente, arzobispo de Burgos de 1919 hasta su muerte. Fue creado cardenal por el entonces papa Benedicto XV en 1921, y recibió sepultura en la Basílica de la Virgen de Valencia, como era su voluntad. Además, el cardenal Benlloch “influyó mucho para la coronación pontificia de la Virgen de los Desamparados en 1923”, según ha precisado Antón.

En el caso del cardenal Ricard María Carles, cuyos restos mortales recibirán sepultura mañana en la Basílica, había expresado desde hace años su deseo de ser enterrado también a los pies de la patrona “por la que tenía una enorme devoción”, ha precisado el rector.

“Siempre que acudía a Valencia, siendo ya obispo de Tortosa o arzobispo de Barcelona, venía siempre a rezar ante la Mare de Déu y me contó también cómo sus padres habían contraído matrimonio aquí en la Basílica, en el camarín de la Virgen”, ha señalado Antón.

Hace seis años, cuando se rehabilitó el suelo de la Basílica, “se aprovecharon las obras para preparar ya su tumba que estará situada a la derecha del cardenal Benlloch”, ha precisado el rector.