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La Nau de la Universitat prorroga la exposición ‘Covers’ hasta el 3 de febrero

La Nau de la Universitat prorroga la exposición ‘Covers’ hasta el 3 de febrero

    Más de 20.000 personas han visitado ya la exposición ‘Covers (1951-1964). Cultura, juventud y rebeldía’ en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València. La buena acogida del público y el interés por ser visitada por otros grupos ha generado que la Universitat de València haya decidido prorrogarla hasta el próximo 3 de febrero.

    La exposición recoge decenas de portadas de las emblemáticas revistas Time y Life, en las que quedan reflejadas Jackie Kennedy, Audrey Hepburn o la rubia más seductora de la historia, Marilyn Monroe; también carátulas de discos y varios audiovisuales que muestran a los Rolling Stones, Bob Dylan, Diana Ross & The Supremes, Otis Redding, Elvis, The Beatles; además de una colección muy vintage de los electrodomésticos de la época, e incluso tres flamantes motos.

    Una exposición dedicada a la cultura, a la juventud y a la rebeldía americanas de los años cincuenta y primeros sesenta. Una reconstrucción, un relato sobre la juventud del rock, sobre los ídolos de ayer, esos que nunca se marcharon y siguen siendo los mitos de hoy. De los que reproducimos y copiamos su estética y sus modas, aquel American way of life, que todavía hoy parece parte de nuestro tiempo.

    Esta muestra, que ha sido comisariada por Justo Serna y Alejandro Lillo, ha supuesto el estreno de un nuevo espacio en La Nau, la Sala Academia, un recinto de 350 metros cuadrados, que permitirá albergar proyectos más ambiciosos por la dimensiones del lugar y por facilitar el montaje al situarse en la primera planta, al nivel del Claustro.

    Tanto Serna como Lillo han manifestado su satisfacción por la respuesta del público. Ambos explican que la gente “se ha identificado en la historia contada por Covers. Los reclamos de una sociedad de consumo, la publicidad de un capitalismo doméstico. Pero también detallamos una rebeldía, la oposición de los jóvenes, el malestar de la juventud que hicieron del rock su afirmación para salir de una sociedad que era represiva”.

    La exposición, que pretende dar una visión de lo que supuso la irrupción de los jóvenes en la escena pública y los efectos que provocó, está estructurada en tres grandes secciones. Iconos de rebeldía refleja la imagen que la gran pantalla dio de algunos de esos inquietos “muchachitos”. Veremos aquí a Marlo Brando, a James Dean, a Sidney Poitier y reproducciones de aquellas motos que se han convertido en iconos del celuloide. Convertidos muchas veces en objeto de crítica y de incomprensión por parte de los mayores, todos acabaron convirtiéndose en referentes cinematográficos fundamentales de varias generaciones de inconformistas.

    De la imagen elegante y consumista que el mundo adulto pretendía dar de sí mismo se ocupa la segunda sección, titulada La América Kennedy. Son rostros, poses y actitudes que nos resultan bien familiares. Aquí podemos contemplar portadas de revistas sobre la carrera espacial y sobre algunas mujeres que todavía siguen siendo mitos: Audrey Hepburn, Jackie Kennedy, Marilyn Monroe, Grace Kelly…, a través de un centenar de portadas de Life y Time. Ellas eran las mejores vestidas, las más bellas, las más envidiadas… Transmiten un cuadro bruñido y armonioso de la sociedad americana: el paraíso de la elegancia, del confort y de la libertad. Brillo y brillantina. No hay espacio para el conflicto.

    Descarados, la última de las secciones que dan forma a la exposición, se ocupa del impacto que ocasionó la irrupción del rock and roll en esa sociedad tan conservadora y contenida. Aquí encontramos las carátulas de discos y diversos audiovisuales. A través del rock, los jóvenes encontraron una válvula de escape para mostrar y compartir su descontento, para expresar y difundir sus deseos, sus expectativas. Fue, sin lugar a dudas, el elemento que aglutinó todo ese agravio, toda esa ira. El elemento que necesitaban para cambiar el mundo.

    La mayoría de materiales y objetos de consumo pertenecen a colecciones privadas como las de Luis Puig, Alfaro Hofmann y Marc Martí.

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