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Paz Olmos: “El San Pío V incrementa sus fondos con dos dibujos inéditos de Palomino preparatorios para la Iglesia de los Santos Juanes”

Paz Olmos: “El San Pío V incrementa sus fondos con dos dibujos inéditos de Palomino preparatorios para la Iglesia de los Santos Juanes”
  • Se exhiben en la sala 1 de la colección permanente

  • Los dibujos han sido adquiridos por el Ministerio para el museo valenciano

  • Las dos alegorías son un importante documento para la recuperación de los frescos de la Iglesia

La directora del Museo de Bellas Artes de Valencia, Paz Olmos, ha señalado que “el San Pío V incrementa sus fondos con dos dibujos inéditos del pintor y tratadista español Antonio Palomino, preparatorios para la pintura al fresco de la bóveda de la Iglesia de los Santos Juanes de Valencia”

Olmos ha presentado esta mañana las piezas acompañada por la conservadora de dibujos y estampas, Adela Espinós.

Según la directora del Museo “Palomino fue uno de los más importantes fresquistas españoles de la segunda mitad del siglo XVII”. La Iglesia de los Santos Juanes fue el primero de sus trabajos desarrollados en Valencia. En Madrid Palomino pinto la bóveda del antiguo oratorio del Ayuntamiento de Madrid y participó junto a Luca Giordano en la preparación de las bóvedas de El Escorial de quien aprendió la técnica del fresco.

“Las obras que hoy presentamos fueron adquiridas y asignadas por el Ministerio de Cultura en 2011 para el museo valenciano por un importe de 18.000 €. Los especialistas sabían de su existencia pero al encontrarse en manos privadas, no habían sido expuestas al público. Fue el propio museo el que propuso su compra cuando salieron a subasta pública ejerciendo el derecho de tanteo” ha señalado Olmos.

La directora del Museo de Bellas Artes ha explicado que “los dibujos son de gran importancia no sólo a nivel artístico sino que, 300 años después, constituyen un documento de gran valor científico para la restauración y recuperación de los frescos durante los trabajos de rehabilitación de la Iglesia”.

Los frescos de la Iglesia de los Santos Juanes fueron elaborados por Palomino siendo pintor de cámara de Carlos II. Los trabajos se iniciaron en 1699 y finalizaron con motivo de la festividad de San Juan Bautista en 1701.

Olmos ha concluido que “la adquisición de los dibujos de Palomino viene a incrementar los fondos de papel que conserva el Museo de Bellas Artes de Valencia que con más de 4.000 ejemplares es una de las más importantes de España. El San Pío V poseía pinturas de Palomino pero ningún dibujo por lo que esto supone reforzar el rico patrimonio artístico de todos los valencianos”.

La Bondad y La Paz
Las piezas que ahora lucen en la sala 1 del San Pío V corresponden a las figuras alegóricas de La Bondad y La Paz, pintadas al fresco como estatuas fingidas y tocadas de oro. Junto con las de la Caridad, Longanimidad, Benignidad, Fe, Conciencia, Gozo, Paciencia, Mansedumbre, Modestia y Castidad forman el conjunto de los doce frutos del Espíritu Santo que se disponen en la base de la bóveda.

En la pintura de la nave desarrolló la descripción de la Jerusalén celestial a partir del relato del Apocalipsis de San Juan y del texto de San Mateo, en relación con las figuras de los Doce Apóstoles y su correspondencia con los Frutos del Espíritu Santo y los hijos de Jacob o las Tribus de Israel, cuyas efigies escultóricas realizadas por el milanés Jacopo Bertessi adornan los pilares de la Iglesia.

Palomino comenzó a trabajar en la bóveda del presbiterio donde desarrolló mediante un complejo programa iconográfico La Apoteosis de la Iglesia en torno a la Adoración del Cordero Místico, en la que adquieren un papel protagonista San Juan Bautista y San Juan Evangelista como santos tutelares de la iglesia.

Pintor y tratadista
Acisclo Antonio Palomino y Velasco, (Córdoba, 1655-Madrid, 1726) se formó en Córdoba bajo la dirección de Juan de Valdés Leal al mismo tiempo que estudiaba humanidades. Con la protección de Juan de Alfaro, discípulo de Velázquez, que se encontraba trabajando en la corte madrileña, en 1678 viajó a Madrid. Allí fue introducido en el círculo de Juan Carreño de Miranda y Claudio Coello, quienes le facilitaron el contacto con las colecciones reales y le dieron la oportunidad de colaborar en algunas obras, como la decoración del cuarto de la reina María Luisa de Orleans, primera esposa de Carlos II, y la galería del cierzo, ambas del Real Alcázar.

Estos trabajos le permitieron obtener el título de pintor del rey en 1688. La llegada de Luca Giordano a Madrid en 1692 le hizo interesarse en el aprendizaje de la técnica del fresco, llegando a convertirse en uno de los más importantes fresquistas españoles de la segunda mitad del siglo XVII. Colaboró en la preparación de las bóvedas de El Escorial y pintó las del antiguo oratorio del Ayuntamiento de Madrid.

Entre 1697 y 1701 trabajó en Valencia, pintando las bóvedas de la iglesia de los Santos Juanes y de la basílica de Nuestra Señora de los Desamparados.

A Palomino se le conoce más por su faceta de escritor y teórico que por la de pintor, debido a la publicación de tres volúmenes que, agrupados bajo el título de ‘El museo pictórico y escala óptica’, tratan sobre la teoría y la práctica de la pintura.

Su libro ‘El parnaso español pintoresco laureado’ (1724) consta de doscientas veintiséis biografías de pintores y escultores que trabajaron en España y constituye una fuente literaria fundamental para el estudio de la historia del arte español de ese periodo.

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