“Mujer y exclusión social” a debate en el Foro Luis Vives

La jornada de hoy, la última del curso “Vulneración de los derechos humanos y exclusión social, ¿Un círculo vicioso?”, se ha abierto con la ponencia “Mujer y exclusión social: mujeres en grupos vulnerables y garantía de sus derechos humanos” que ha llevado a cabo Ruth Abril Stoffels, Profesora de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de la Universidad Cardenal Herrera C.E.U. y coordinadora del curso.

La ponencia ha tratado la discriminación de la mujer en varias dimensiones de la vida cuotidiana. “Si bien no se puede considerar a la mujer como grupo vulnerable, en muchas sociedades ésta tiene una serie de déficits económicos, sociales, políticos, y legales que la sitúan en posición de riesgo hacia la exclusión”_ha explicado la ponente_. “Estos déficits dificultan y, en ocasiones, impiden el pleno y armonioso desarrollo de las sociedades actuales”.

Entre algunos de los datos que ha ofrecido Ruth destaca el hecho de que las mujeres siguen siendo las más vulnerables en el mercado laboral, ya que asumen la mayor parte del empleo no remunerado, aunque sí reporten beneficios a la familia (artesanía, trabajadoras por cuenta propia, de pequeños comercios…, etc). “A mayor desarrollo de un país, más número de mujeres tenemos con actividades asalariadas, pero incluso en los países que están en primera posición en la lista de equidad laboral de género, los ingresos de los hombres son mayores que los de la mujeres”. Respecto a la promoción laboral y el tipo de contrato establecido, los hombres, según ha explicado la ponente, también lo tienen más fácil. Mientras que los varones entre 22 y 42 años encuentran mayor cantidad de contratos indefinidos, la mujer ha de esperar a sobrepasar los 42 años para obtener esa estabilidad, es decir, cuando los hijos ya han crecido y se pueden autoabastecer. “Hoy en día en España la maternidad penaliza las expectativas sociales, políticas y económicas de la mujer” ha manifestado Ruth. Un hecho que evidencia esto es la escasa participación política de las mujeres en puestos públicos de responsabilidad y toma de decisiones. Cuando los alcanzan, la brecha salarial es de un 30% respecto a los hombres.

En muchas ocasiones lo que evita que la mujer caiga en la exclusión social es su vertiente relacional-social, es decir, el apoyo que reciben por parte de sus redes sociales, vecinales y comunales. Precisamente, cuando este apoyo se da de manera más débil es cuando las mujeres tienen más fácil la entrada al círculo de la exclusión social. Ancianas, cabezas de familia monoparentales, inmigrantes, enfermas y discapacitadas son las más vulnerables.

Pese a todo, la ponente ha reconocido entrever signos de esperanza. “Afortunadamente, cada vez más, es mayor la consciencia de la necesidad de apoyar la igualdad de la mujer como requisito de justicia y como elemento para la promoción de la sociedad”_ ha afirmado Ruth, “aunque en lo Carnavales los hombres se sigan disfrazando de médicos y las mujeres de enfermeras”_ ha ironizado_.

Tras la ponencia se ha sucedido el habitual turno de preguntas de los asistentes. Entre los temas debatidos: la discriminación positiva como medida discriminatoria en sí o la socialización y el reparto de tareas que aún clama de mayor igualdad entre hombres y mujeres.