El Hemisfèric descubre cómo eran los gigantes voladores prehistóricos y la conservación del mundo animal en Borneo y Kenia
Mañana viernes estrena en España la película IMAX “Nacidos para ser libres” y “Flying Monsters 3D” (Gigantes voladores)
“Nacidos para ser libres” es una historia inspirada en la dedicación y el vínculo que se crea entre los seres humanos y los animales. Esta película narra las historias de los orangutanes y elefantes huérfanos y de las personas que se dedican a rescatarlos y criarlos consiguiendo así salvar especies en peligro de extinción.
Esta producción en gran formato IMAX transporta a los espectadores a las selvas de Borneo con la primatóloga Biruté Mary Galdikas, y a través de la sabana de Kenya con la autoridad en elefantes Dame Daphne Sheldrick. Ambas y sus equipos de rescate cuidan y devuelven a los animales a su hábitat natural.
Con un mensaje ecologista y de conservación, “Nacidos para ser libres” permite reflexionar sobre el impacto humano en la naturaleza e invita a viajar a Kenya y Borneo y ser testigos de cómo entran en acción personas para salvar la vida a estas criaturas de la tierra.
En esta producción, las imágenes de David Lickley, quién ha trabajado en más de 30 cintas sobre la naturaleza, están acompañadas por la música de Mark Mothersbaugh, quién le ha puesto melodía a más de 70 proyectos de cine y televisión.
Gigantes voladores prehistóricos
“Flying Monsters 3D (Gigantes voladores)” propone descubrir la verdad de los enigmáticos ptesosaurios cuya envergadura podía alcanzar los 12 metros, lo que equivale al tamaño de un avión jet, y conocer cómo eran capaces de desafiar a la gravedad y elevarse surcando los cielos prehistóricos.
Los ptesosaurios con dimensiones que abarcaban desde el tamaño de un gorrión hasta el tamaño de un avión, gobernaban los cielos del Jurásico y Cretácico, e incluyen el más grande de los vertebrados conocidos con capacidad para volar: el Quetzalcoatlus que medía 6 metros de altura, y era tan alto que podía mirar a una jirafa directamente a los ojos.
La aparición del vuelo en los ptesosaurios está separada de la evolución del vuelo en las aves y los murciélagos de modo que proporcionan un ejemplo clásico de evolución convergente. Los ptesosaurios no son dinosaurios, aunque sí convivieron con ellos durante decenas de años. Tampoco son aves, hipotéticamente aparecieron unos 75 millones de años antes y los antepasados de ambos son muy distintos.
Esta producción es una propuesta que une historia, investigación y ciencia para intentar despejar muchos de los interrogantes que envuelven a estas criaturas.
