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Gabilondo: “Sólo la cultura y la educación combaten la miseria”

    El exministro socialista de Educación, Ángel Gabilondo, ha participado esta mañana en la cuarta de las mesa del congreso socialista de Cultura: "Cultura, Educación y Nuevas tecnologías" y ha reseñado, en referencia a la situación actual de España, que “de los laberintos se sale por arriba: por la cultura, la innovación, la educación y las artes; o no salimos, entramos en otra”. Asimismo, ha asegurado que “sólo la cultura y la educación combaten la miseria”.

    La segunda jornada del encuentro cultural organizado por la Fundació Societat i Progrés se ha abierto con una mesa redonda en la que el acceso garantizado de los ciudadanos a la cultura y la reivindicación de la cultura como “bien primario y derecho básico” han sido las claves señaladas por los ponentes “como única forma de lograr una sociedad libre y crítica con el poder establecido. La mesa ha estado moderada por la catedrática de Comunicación Majo Pallarés, y en ella han participado como ponentes la directora de cine Inés París; la periodista y escritora valenciana Carmen Amoraga; el arquitecto Tato Herrero, activista de la plataforma Salvem El Cabanyal; el catedrático Javier de Lucas, defensor del Instituto de Derechos Humanos de la UV; así como Arístides Rosell, “un cubano nacionalizado en Russafa”, tal y como se ha definido él mismo, y que se es el actual coordinador del proyecto Russafart.

    La mesa “Cultura y Ciudadanía” ha sido inaugurada por la cineasta y presidenta de la Asociación de Mujeres Cineastas, Inés Paris, quien ha comenzado su intervención lamentado “la individualización y escaso asociacionismo del mundo del cine” y ha apuntado cómo en los últimos años el porcentaje de mujeres en el campo del audiovisual se haya visto reducido a apenas un 4-7%. “Lamentablemente son ellos quienes deciden qué contar y cómo contarlo” ha apuntado Paris, antes de centrar su discurso en la discriminación por cuestiones de género que sufren las mujeres en el ámbito cultural.

    “Es injusto y una pérdida económica y de talento no contar con el relato que las mujeres dan de la sociedad”, ha continuado Paris antes de poner como ejemplo “la complacencia con la que la mayoría de los directores varones describen la violencia de género”. “En cambio en las películas realizadas por mujeres no sólo hay unanimidad en la crítica y el rechazo, sino que además cumplimos una función social buscando los por qués y planteando las salidas”, ha concluido Inés Paris antes de recordar que las mejoras que se observaron con los gobiernos de Zapatero “demuestran que sí que hay posibilidad, si se quiere, de reducir el machismo en la cultura”.

    Por su parte la periodista Carmen Amoraga ha comenzado su intervención con un alegato a la libertad y a la crítica de la ciudadanía desde el mundo de la cultura y ha lamentado que a los gobiernos conservadores “no les interese fomentar el mundo de la cultura porque son conscientes de que sólo son libres aquellos hombres cultos” parafraseando al político republicando José Martí. En este sentido, Amoraga ha defendido la necesidad de que los ciudadanos “rechacemos cualquier intromisión a nuestros derechos desde cualquiera de las formas artísticas a nuestra disposición” y ha rechazado los grandes contenedores culturales vacíos de contenidos que abundan en nuestra Comunitat. “No se trata de que haya una gran Casa de la Cultura sin utilidad en cada pueblo sino de que haya cultura en cada casa. Apostemos por la cultura del día a día”, ha reiterado la escritora antes de recordar que, pese a lo que piensan los políticos “no se nos puede olvidar que la cultura no es de las élites, sino del pueblo”.

    En los mismos términos ha hablado también el arquitecto y activista de la plataforma “Salvem el Cabanyal”, Tato Herrero, quien, además de exponer a los asistentes las claves y problemas de la ampliación de la Avenida Blasco Ibáñez, ha reivindicado el derecho de la ciudadanía a disfrutar de sus tradiciones culturales a través de la arquitectura de sus propias ciudades. “Defendemos una participación ciudadana urbanística como exponente de nuestra cultura colectiva” ha apuntado el arquitecto valenciano.

    Más centrado en las responsabilidades de los ciudadanos se ha mostrado el filósofo Javier de Lucas, quien ha asegurado durante su intervención que “mientras que la sociedad no asuma y reivindique la cultura como derecho básico y primario, no será posible configurar una sociedad decente”. “Hablamos habitualmente de políticas culturales y perdemos de vista el paso previo de que la cultura debería ser central en la política”, ha indicado De Lucas antes de definir la cultura como “la memoria no genética de una sociedad y la forma de conservar en el imaginario colectivo las experiencias cognitivas adquiridas a lo largo de los años”.

    La responsabilidad de los poderes públicos no debe de ser sólo financiar a la cultura, sino garantizar su acceso como al de cualquier otro bien básico y reconocido constitucionalmente” ha concluido este profesor antes de denunciar, con en las mesas previas, el elevado IVA impuesto a los productos culturales. “Siguen considerándolo un bien de lujo”, ha incidido Javier de Lucas.

    Esta mesa redonda la ha cerrado el artista Arítides Rosell, quien ha recordado cómo la revitalización del barrio de Russafa “surgió a través de los proyectos culturales puestos en marcha por sus propios vecinos” y ha incidido en que la clave del éxito de este proyecto ha sido “la gestión cultural viva entre el vecindario, los artistas instalados y los propios comerciantes”. “La ciudadanía no ha abandonado a la cultura y el mejor ejemplo es la enorme acogida que desde 2008 tienen las numerosas manifestaciones que los artistas de Russafa ponen en marcha en cada una de sus esquinas”, ha incidido Rosell. “Esa es la esencia del proyecto”, ha concluido.

    Ángel Gabilondo en la mesa "Cultura, Educación y Nuevas Tecnologías"

    Esta mañana también se ha desarrollado la cuarta de las mesa del congreso socialista de Cultura: "Cultura, Educación y Nuevas tecnologías" en la que han intervenido como ponentes Ángel Gabilondo, el exministro de Educación y catedrático de Filosofía; José Luis Alonso de Santos, dramaturgo, presidente de la Academia de las Artes Escénicas y director de la RESAD; Antonio Rodríguez de las Heras, catedrático de Historia Contemporánea y director del Instituto de Cultura y Tecnología de la Universidad Carlos III; y Amparo Carbonell, catedrática de Escultura de la UPV. El escritor y periodista, Fernando Delgado, que ha sido el moderador, ha afirmado que “me cuesta mucho desvincular educación y cultura” y ha destacado el papel importante que está jugando “la educación tecnológica” en la “rebelión de los ciudadanos” en este final de época en el que “la red lo transforma todo”. Asimismo, ha mostrado su preocupación por “la falta de pensamiento”.

    Antonio Rodríguez de las Heras ha afirmado que la tecnología aplicada a la educación ha provocado un “alto nivel de ruido”, porque “se ha aplicado a un gramófono unos altavoces de alta calidad” y ha subrayado que hasta hace poco más de un año había que acomodar el aula para una tecnología cada vez más invasiva. En cambio ahora, “se ha producido un cambio radical: el aula tiene que acoger a estudiantes "protéticos", produciendo no una expansión sino una contracción”, ha alertado de las Heras que lo ha considerado un hecho “perturbador”. “No hay distancia y tampoco demora”, ha sentenciado el catedrático, que ha destacado que este ser protético se extiende a “una prótesis de la mano, la palabra y la mirada dejando atrás una visión iconoclasta del mundo”.

    De las Heras ha cargado contra la formación de “especialistas” que entiende la educación como “un trabajo en cadena” para insertar al individuo en un mundo laboral, que muchas veces no es posible porque el mundo va más rápido que este sistema educativo. Una especialización que desemboca en la “sobreespecialización” que supone “una mutilización”. Por último, ha dicho que hay que enseñar a los jóvenes a “metabolizar la información” que les llega. “El ansia desesperante de utilidad nos convierte en capitalistas en el peor sentido”, ha afirmado.

    Por su parte, Ángel Gabilondo ha insistido en que “sólo la cultura y la educación combaten la miseria” y que “nuestra misión es contar lo que pasa y hacer”, por lo que ha hecho un llamamiento a “la insurrección y la rebeldía”. El exministro ha asegurado que hay que distinguir entre dos conceptos de cultura, el que se refiere a la cultura como “un depósito cerrado” y el que apela a “un proceso de formación para toda la vida” y ha señalado que “nos enfrentamos a la irrupción de un nuevo mundo del ser hombre que no podemos vislumbrar. En el 2080, ni idea”.

    Así, ha arremetido contra “la expulsión de las enseñanzas artísticas” del bachiller y enseñanzas medias y que éstas “se dejen para el tiempo libre” porque “el concepto de educación está ligado a la creación y recreación de un mismo”. Un concepto “ajustado por la justicia y la dignidad”, ha dicho para remarcar que “quiero morir pegado a las palabras de sabiduría y bondad para luchar por un mundo más justo y libre”. En referencia a la situación actual de España, ha afirmado que “de los laberintos se sale por arriba: por la cultura, la innovación, la educación y las artes”. “O salimos por ahí o no salimos, entramos en otra”, ha insistido al tiempo que ha defendido “una economía con corazón” y que “la cultura es un elemento catalizador en un mundo de dimensión humana”

    En este sentido, ha apelado a la libertad de pensamiento y a “la utilidad de los saberes inútiles” frente a una invasión del lenguaje económico en todas las áreas: para todo se habla de “clientes, competencia, rentabilidad…” y ha defendido “el conocimiento unido a la competencia y los valores” para afrontar los retos. Además, Gabilondo ha enfatizado que “necesitamos referencias, personas e instituciones,” y se ha preguntado “a dónde, a quién miran los jóvenes”. “Necesitamos santos páganos”, ha espetado.

    “Hay que conversar con quién ya no está y con quién no está todavía”, ha dicho para enfatizar que la cultura es “transmisión y legado”. “Si hay algo que la red ha confirmado es que estamos solos; la red es un espacio de soledad en la que hay una gran combustión de noticias”, ha reseñado, pero “información no es comunicación”, ha indicado.

    Alonso de los Santos ha resaltado que “la reconstrucción de la cultura es tarea de la humanidad” y que “necesitamos puntos de apoyo en el pantano para luchar contra lo inmundo”. En este sentido, ha puntualizado que “historia de la educación, la cultura y al arte –que son las armas para combatir en la larga batalla- está llena de contradicciones”. Estas armas constituyen “una palanca para el cambio”, ha afirmado, pero “la mayoría no la tiene”. Por ello, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad para los que sí la tienen y ha insistido en que “el arte es el elemento más transformador porque permite más disidencias”.

    El dramaturgo Santos ha defendido la importancia de las preguntas para encontrar las respuestas desde los conocimientos de “alta intelectualidad”, alejadas de presupuestos morales, etiquetas, simplificaciones...

    Amparo Carbonell ha considerado que “hay que aproximar al espacio y al tiempo real la cultura” y ha hecho hincapié en que “los productores y los consumidores de cultura, con las nuevas tecnologías, son los mismos”. “Se ha abierto un mundo infinito, un gran espacio accesible”. La profesora valenciana también ha criticado la supresión de las enseñanzas artísticas, “es una desgracia”, y ha subrayado que los estudiantes de Bellas Artes tienen un mayor índice de empleabilidad porque, precisamente, “sabemos hacer de todo”.

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