Sobre cómo usar las palabras, al servicio de los políticos de izquierdas.
En las Cortes Españolas, si a un parlamentario de la derecha o centro derecha, se le ocurre llamar “filo etarras” a los defensores a ultranza de lo que en su día fue y significó la ETA, surge inmediatamente la figura de la Presidente de las Cortes, para impedir que es palabra figure en el diario de sesiones, negando una evidencia incuestionable.
Sin embargo cuando se trata con contar los millones de PARADOS que tenemos actualmente en nuestra querida España, se intenta buscar el maquillaje lingüístico más adecuado, para no perjudicar excesivamente al Gobierno.
Toda la vida se habían contabilizado el número de trabajadores empleados fijos, los que estaban en fase de formación procedentes de las Escuelas de Formación Profesional o de las de Artes y Oficios y al resto se les conocía como parados.
Creo recordar que a mediados de los setenta, se empezaron a utilizar en España lo que se conocían como PAROS ROTATORIOS en las empresas en dificultades, ya que los pedidos que tenían en cartera, impedían a toda la plantilla poder ir a diario a trabajar y acumular stocks de productos acabados, significaban un riesgo enorme.
La empresa tenía datos históricos de la cadencia de ventas de cada producto en el pasado, pero las modas y cambios de diseños se hacían imprescindibles para incrementar la demanda, lo cual tenía como efecto secundario el que dejaran de venderse los artículos que lo venían haciendo con anterioridad, para ser sustituidos por los nuevos diseños.
Con el paso de los años, se cambió la denominación para convertir aquellos “PAROS, EN ERTES”.
Es decir, los mismos perros, pero con distintos collares.
Ha tenido que llegar el genial e ingenioso Pedro Sánchez y su séquito de incondicionales sumisos, para encontrar una nueva definición de todos esos “cambalaches” actuales.
Ahora a la gente inmersa en ese mundo, se le identifica como TRABAJADORES FIJOS DISCUNTINUOS.
Trabajadores lo son y pretenden demostrarlo día a día, cuando se les permite y pueden trabajar.
Pero de FIJOS no tienen nada y su futuro laboral siempre está pendiente del hilo y la voluntad de los políticos que Gobiernan.
Y el mayor contrasentido, es que se les denomine a la vez FIJOS Y DISCONTINUOS, porque si son fijos su continuidad es incuestionable y si son discontinuos, es porque nadie les garantiza la consabida continuidad.
Mientras los equipos social- comunistas, intentan vender esa cuadratura del círculo a las nuevas generaciones, los españoles que tenemos el culo pelado de haber trabajado toda la vida y haber vivido todas esas vicisitudes, en otros tiempo y con otras palabras, no tenemos más remedio que mirar al Gobierno con desprecio y rabia, por tratar a todos los españoles en edad laboral, como si fueran niños imberbes, capaces de aceptar sus dogmas sin escupirles en la cara sus trampas, contrasentidos e irresponsabilidades.
Hasta la semana que viene amigos.