El mayor error de Luis Enrique
Si hay una característica que distingue a nuestro seleccionador nacional, es sin duda su tozudez.
Es un hombre de ideas fijas, incapaz de reflexionar y ver lo que para el resto de los aficionados al futbol es evidente.
Si fuera más analítico, se hubiera dado cuenta de que el punto flojo más vulnerable de nuestra selección, es precisamente el juego aéreo en defensa.
Precisamente la mayor fortaleza de un Villarreal europeo, que no encaja ni un solo gol a balón parado desde hace muchísimo tiempo, gracias a la perfecta sintonía y sincronización de Albiol y Pau Torres, porque precisamente Rulli, el guardameta amarillo no es muy alto ni un especialista en sus salidas para atajar balones centrados a su área, tanto verticalmente como lateralmente.
Toda la fortaleza se basa en la confianza y compenetración de los dos centrales.
Sin embargo, Albiol ha dejado de ir a la selección pese a las ausencias de Laporte e Iñigo Martínez y en cada centro a nuestra área cunde el pánico, por la fragilidad en ese juego de un Erik Garcia, que sin duda saca el balón jugado con sentido, pero no sabe hacer las coberturas en los balones aéreos.
Suiza nos castigó en el partido jugado en Zaragoza el pasado fin de semana y mucho me temo que con Cristiano Ronaldo en punta de ataque en Braga esta semana, volvamos a tener un punto y seguido.
Lo de “mantenerla y no enmendarla” parece uno de los mayores defectos de nuestro seleccionador nacional, que pretende más ser un entrenador al uso, con una plantilla que él mismo diseña, sin tener en cuenta el estado de forma de cada uno de sus componentes.
Muy probablemente, de no mediar un milagro o una noche nefasta de los portugueses, España va a tener que sacar lo mejor de cada uno de sus componentes frente a nuestros vecinos y ni aun así, veo claro que vaya a clasificarse.
El 0-4 de los portugueses en Chequia, es una muestra evidente de sus capacidades ofensiva y defensiva.
Si en Zaragoza, nuestro equipo salió al campo sin una referencia en la delantera como pudo ser Morata, Borja Iglesias o Niko Williams, mucho me temo que en al ambiente hostil del norte de Portugal, vaya a cambiar sensiblemente su planteamiento el asturiano.
Por lo tanto, espero y deseo equivocarme de cabo a rabo, porque a tres meses del Mundial de Qatar, la decepción de quedar fuera de la fase final de la Copa de las Naciones, mermaría de una manera sensible, tanto la moral del equipo, como la ilusión de los españoles en un equipo de diseño de su entrenador, al que parece difícil reconocer como la mejor selección posible para competir en estos dos eventos tan transcendentales, por llevarse sólo a cabo y con carácter mundial uno de ellos y europeo el otro cada cuatro años.
Hasta la semana que viene amigos.