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El ‘timo de la indigestión’ comienza a derrumbarse

El ‘timo de la indigestión’ comienza a derrumbarse
  • Los falsos denunciantes pueden llegar a cobrar hasta 18.000 euros de indemnización

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El ‘timo de la indigestión’ comienza a derrumbarse - (foto 2)

El ‘timo de la indigestión’ llevado a cabo por muchos turistas británicos para conseguir unas vacaciones gratis en nuestro país, parece que está empezando a llegar a su fin. Tras años de lucha por parte del sector hotelero, un juzgado de Liverpool ha condenado a cuatro miembros de una familia a penas de cárcel por poner una falsa reclamación por indigestión en un hotel de Benidorm al touroperador ‘Jet2 Holidays’.

Es la primera sentencia condenatoria que se dicta en este sentido, ya que hasta ahora esta práctica era inmune ante los ojos de la justicia británica y permitía a muchos de sus ciudadanos disfrutar de unas vacaciones con todo incluido, totalmente gratis.

La conducta, que se había instaurado ya como costumbre, había disparado su práctica en últimos años hasta un 700% y ha llegado a costar al sector hotelero alrededor de 60 millones de euros. Una situación que ha conseguido unir a empresarios de diferentes zonas turísticas como Baleares, Canarias, Costa Blanca y Costa del Sol para luchar contra ella.

Durante muchos años está práctica ha sido perseguida por la Policía Nacional, quien ha llegado a detectar en un verano que hasta 800 turistas han interpuesto reclamaciones falsas. Además, según algunas de las cadenas hoteleras afectadas de los 800 reclamantes únicamente 38 visitaron al médico como consecuencia de la intoxicación.

Pero ¿cómo funciona el timo de la indigestión?

Avalancha de denuncias falsas

La técnica para conseguir unas vacaciones gratis en España está más que estudiada por los despachos de abogados de Reino Unido, y es que aquellos bufetes que se encargan de las reclamaciones por supuestos intoxicaciones alimentarias garantizan el éxito a sus clientes.

El procedimiento es el siguiente: los turistas encargan a través de un touroperador sus vacaciones de sol y playa en la costa española, durante su estancia desayunan, comen y cenan siempre en el hotel. Tras finalizar sus vacaciones y volver a Reino Unido alegan haber sufrido una intoxicación en el hotel.

Tras presentar denuncia por intoxicación ante el juzgado este, según la normativa de consumo británica actual, no tiene la obligación de solicitar a los demandantes muchas pruebas que demuestren su veracidad – ni siquiera un parte médico- lo que permitía que el número de denuncias falsas aumentará.

Esta situación era de sobra conocida por los despachos de abogados, lo que les permitía garantizar a sus clientes hasta 18.000 euros netos de indemnización por parte de la empresa organizadora del viaje.

El reparto de beneficio por esta estafa, en general, era distribuido de la siguiente manera: el 60% del dinero obtenido era para el bufete encargado del asunto y el cliente recibía el 40% restante. Una cantidad con la que recuperaban el presupuesto de sus vacaciones.

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