El asesino en serie de Castellón Joaquín Ferrándiz sale de la cárcel 25 años después
Este sábado el conocido como ‘asesino de Vora Riu’ cumplirá su condena
Joaquín Ferrándiz, más conocido como el asesino de Vora Riu, vuelve a ser noticia tras 25 largos años en la sombra del presidio.
Y es que este asesino en serie que acabó con la vida de cinco mujeres y causó el pánico en la provincia de Castellón a mediados de los noventa cumplirá su condena este sábado, 22 de julio, cuando se abrirán las puertas de la cárcel para él.
Así, Ferrándiz, el que es considerado como el primer asesino en serie de la historia del crimen en España, volverá a pisar la calle (tras el tercer grado) en plena jornada de reflexión por el 23J.
La situación genera cierta alarma social, ya que ni se ha reinsertado ni ha recibido tratamientos. Sin embargo, a su salida de la cárcel de Herrera de la Mancha no podrá dirigirse a los lugares donde actuó.
Y es que la sentencia le prohíbe volver a los municipios donde cometió sus crímenes, en Castellón, Vila-real, Benicàssim, Oropesa y Onda, al menos durante los próximos cinco años, aunque sí podría residir en otros municipios cercanos a sus delitos.
Ahora queda la pregunta de a dónde se dirigirá Ferrandiz, ya un sexuagenario, para rehacer su vida. “Mi mayor ilusión volver a ser una persona normal, tener otra oportunidad y reconstruir mi vida como si tuviera 25 años”, afirmó el convicto en la conversación con una forense este mes de julio.
Los crímenes que sembraron el pánico en Castellón
Los crímenes de Ferrandiz, que obligaron a los cuerpos policiales a trazar por primera vez perfiles psicológicos para dar con él, generaron durante dos años un ambiente de pánico en el área metropolitana de la capital de la Plana, por el temor a sufrir uno de los ataques de este hombre.
La primera víctima fue Sonia Rubio, una profesora de inglés de 25 años a la que asaltó tras una noche de fiesta en Benicàssim y cuyo cuerpo fue encontrado cerca de Oropesa en 1995.
Al año siguiente fue el turno de Amelia Sandra García, empleada en una fábrica de medias, de 22 años, que desapareció tras salir una noche de fiesta por el polígono Los Cipreses de Castellón y apareció un año más tarde en un largo de Onda.
En ambos casos las chicas tenían las manos atadas con una característica cinta y el modus operandi parecía similar. Además, en 1996 se encontraron tres cadáveres más en el camino Vora Riu de Vila-real, junto al Mijares.
Se trataba de Natalia Archelos (24 años), Mercedes Vélez (de 29) y Francisca Salas (de 24), tres mujeres que ejercían la prostitución, aunque en un primer momento los investigadores no vincularon estas muertes a los casos de Sonia Rubio y Amelia Sandra.
Ya en 1998 intentó otro asalto a una chica en una calle de Castellón, en el que fue descubierto, por lo que la Guardia Civil comenzó a hacer seguimientos de Ferrandiz, que unos meses más tarde intentó volver a actuar, momento en el que fue detenido por los cuerpos policiales.
