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Valencià
Por J. P. Enrique
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Se levanta el telón

    Se levanta el telón y aparece Magdalena Álvarez sentada en un confortable sillón en el Banco Europeo de Inversiones. Por su trabajo como vice-presidenta ha estado cobrando 23.147 euros cada mes. Ahora, destituida, percibirá 10.000 euros mensuales hasta que cumpla los 65 años. A partir de esa edad cobrará 4.000. Magdalena pertenece al grupo de socialistas instalados en un lugar desde donde se obtiene rentabilidad de la política y, a la vez, puede predicarse la solidaridad, el bien común y la defensa de la escuela y la sanidad públicas. También puede denunciarse, desde ahí,  la creciente brecha social entre ricos y pobres.

    Se levanta el telón en el aniversario del grave accidente del metro de Valencia. Se ve a Cotino tapando lo que ya no puede tapar. Se ve a su sobrino haciendo negocios con el constructor Enrique Ortiz. Se ve al constructor manejando, como a una marioneta, a la alcaldesa de Alicante Sonia Castedo y  se ve a la alcaldesa ayudando a hacer más rico a su amigo el constructor. Alberto Fabra, que sabe que a esta Comunidad le gusta seguir votando a corruptos, les mira y disimula preocupado por si Castedo funda otro partido.

    Se levanta el telón de la mano de Infolibre. Aparecen  poniendo dinero en SICAVs instaladas en Luxemburgo, entre otros, Elena Salgado, Arias Cañete, Rosa Díaz, Mayor Oreja y Cristóbal Montoro ¿Montoro? Sí, sí, el Montoro que lanza reproches a actores que viven en EEUU por no fijar su domicilio en España y pagar aquí sus impuestos; el mismo  Montoro que  amnistía a los defraudadores y aprieta a las clases medias y dice que “no hay más remedio que subir los impuestos”. Que nadie piense que al tributar en Luxemburgo al  0,01 % Montoro y los demás  están haciendo algo ilegal. Es muy  legal…pero bochornoso para cualquier ciudadano de a pie. Más que bochornoso: es impresentable. Que hagan todos lo que ha hecho Willy Mayer y que dimitan, y aparte de dimitir que devuelvan lo que han recibido tan “legalmente.”

    Se levanta el telón por el Tribunal Supremo gracias a una demanda presentada por unos propietarios de suelo rustico en Badajoz  por la anomalía de tener que pagar IBI por un suelo rústico recalificado en donde no se puede construir porque no está urbanizado. ¿Como S. Gregori? Seguramente como S. Gregori donde la especulación ha llenado de ratas y rateros un espacio que antes era para el disfrute vecinal. ¡Ya vale! ¡Que acabe ya la herencia recibida del senador!, que dejen de cobrarnos un IBI injusto y que nos devuelvan lo que nos expropiaron con fantasías, “solarinas” y tanta ambición desmedida.

    Se levanta el telón y aparece el juez Castro para mostrarnos el amor de la realeza a  los billetes negros y el saqueo a las administraciones públicas. En la misma escena aparece (al lado de una Hacienda dispuesta a aceptar facturas falsas) el fiscal  Horrach imbuido en el papel de abogado defensor de la infanta, aunados con el fin de que no sea delito fiscal lo que, llámese como se llame, es un Delito con mayúsculas. Un fiscal que ataca al juez. Resta importancia a la contratación  laboral en dinero negro. Tacha de pequeñeces los gastos suntuosos y repite que  ella no sabía  ni entendía de temas financieros a pesar de ser trabajadora de La Caixa.

     Se levanta el telón de la grave situación citrícola, pero aun así los agricultores se tapan los ojos para no ver que los únicos que ganan dinero hoy con la fruta son los comerciantes que han sobrevivido. El agricultor cultiva, asume todos los gastos y al final entrega la fruta: “toma y ya me pagarás lo que quieras”. Es la venta “a resultas” que se ha quedado instalada (voluntariamente claro) tras haber llegado al límite la desesperación de los agricultores. El comerciante, libre de pedir créditos para comprar naranjas y con el producto gratis en sus manos, gestiona el producto y al final hace cuentas: “esto para mí y esto para ti”. De lo que se quedan para ellos, dice la vox populi que compran una finca agrícola cada año.

    Se levanta el telón y detrás hay un actor que repite “todos los políticos son iguales”. Lo repite mil veces, pero no es verdad. Algunos, unos cuantos, cuando acaban se van a cobrar altísimos sueldos a Endesa o Gas Natural. Otros como Julio Anguita se ha ido modestamente a su casa; otros, como Gerardo Iglesias, han regresado a la mina; otros, como Pimentel, a sus trabajos de ingeniería; otros, como Rubalcaba, vuelven a la Universidad, y muchísimos anónimos  se han ido a trabajar al campo, a la gestoría o a su trabajo de bancarios. ¡No! No todos son iguales.

    Se levanta el telón y ya sabemos lo que hay en el Tribunal de Cuentas (organismo encargado de  analizar las cuentas de los partidos políticos): sobrinos, cuñados, hermanos y otras personas afines al partido que nos gobierna.

    Se levanta el telón y vemos una  feroz campaña contra el líder del partido revelación en las últimas elecciones que me recuerda a las que Franco hacia todos los días contra la pérfida Rusia. Que si da una conferencia en el Ritz…, que si le subvenciona la dictadura chavista…, que si es amigo de etarras…, En medio de todo ¿no sería mejor copiar su propuesta de que los eurodiputados no cobren más de 2.000 euros y viajen en turista? ¿No estaría bien copiar su propuesta de cerrar la puerta que va desde la política a los Consejos de Administración? Las campañas no son de información ni de reflexión. Son de buenos/malos. Detrás, sin campaña, está el gobierno español vendiendo material antidisturbios a la “dictadura” venezolana, Rajoy estrechando la mano de Obiang, como antes lo hizo Moratinos, y el Rey reuniéndose con argelinos, marroquíes y saudíes.

    Se levanta el telón y detrás aparece un enorme cartel que reza: “Seis años de austeridad, en España y en Europa, no han servido para otra cosa que para ocasionar sufrimiento. Europa sigue sin crecer y crear empleo. El camino marcado por Berlín no era el correcto.”

    Se levanta el telón y contemplamos como el Código Penal establece penas de 4 años de cárcel por manifestarse y romper un cristal. Seis por ocupar, en una protesta, la Consejería de Educación de Mallorca. Tres por arrojar un bote de pintura a una piscina en una manifestación. El mismo Código establece que el fraude de un euro a la Seguridad Social es un delito y que un fraude fiscal solo lo es a partir de 120.000 euros. En la justicia, los particulares pagan las tasas que ha impuesto Gallardón y los bancos y aseguradoras se las desgravan. No se le ve mucha justicia a la Justicia.

    Se levanta el telón y se contempla, muy claramente, que los muertos palestinos son muy baratos comparados con los  israelitas que se pagan  a precio de oro.

    ¡Por favor, levanten el telón y déjenlo ahí, sin bajar, para que lo veamos todo!

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    comentarios 11 comentarios
    miguel bataller
    miguel bataller
    14/07/2014 12:07
    Denunciar todo lo denunciable....

    ....es la única manera de avergonzar a los sinvergüenzas, sean del color que sean y de la ideología que quieran. Y me parece muy bien todo lo que denuncias, ya que es una pena que tengamos tantos nidos de corrupción como tenemos. Pero me gustaría haber visto un "Continuará"...porque seguramente si quieres vas a encontrar muchos mas.

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