El gobierno que ha jurado ante la Biblia

Los ministros, todos los ministros que forman este gobierno, son personas religiosas y de principios. Los ministros, todos los ministros de este gobierno, sin excepción, juraron con una mano encima de la Biblia y otra encima de la Constitución.

Hay ministros que pertenecen al Opus, alguno se ha casado por lo civil, pero todos se cuidan de expresar su amor a la Santa Madre Iglesia.

Todos esos ministros que han jurado ante la Biblia y ante una Constitución que habla de derecho al trabajo, a la vivienda y a la protección social, no tienen ningún reparo en excluir a 300.000 personas de la Seguridad Social, ni que los bancos (salvados con dinero de todos y ayudados por la policía) echen fuera de sus casas a los que antes no se han suicidado o arrojado desde una ventana y de expulsar con nocturnidad a los desheredados que, habiendo sobrevivido a un duro viaje en patera, piden asilo huyendo de la miseria, poco después de haber dado órdenes al moro amigo para que los meta en un autobús, después de molerlos a palos y los arroje al desierto en el límite de Marruecos con Argelia, seguramente diciéndoles: “Que Dios os proteja” o “Vaya con Dios”.

Ante tantas decisiones, antirreligiosas e inhumanas, que además contradicen lo que escrito en la Biblia y las normas de Derecho internacional, la cumbre eclesiástica guarda un silencio cómplice, exhausta tras manifestarse tantas veces con el anterior gobierno por atreverse a hablar con terroristas o permitir la unión de homosexuales.

La luz, en medio de tantas miserias, ha emanado de los jueces que se han manifestado contra la injusta ley de los desahucios.

A este gobierno, a estos ministros, tan fervorosos, tan llenos de fe, no le tiembla el pulso para quitar ayudas a guarderías, a enfermos de Alzheimer, a enfermos crónicos de Sida, a necesitados de tratamientos contra el cáncer, a quienes sufren depresión o están infectados con algún virus. A este gobierno no le importa subir el IVA a quienes apenas les alcanza para comprar productos tan básicos como el agua, el pescado, la carne de pollo, la luz o el transporte. Dicen que lo hacen porque tienen las arcas vacías y que es necesario para controlar el déficit. Unas arcas que sí dan para incrementar el presupuesto militar para defender no se qué en no sé qué lugares del mundo y se vuelquen en ayudas a bancos y a defraudadores de fisco.

A este gobierno, blando con Merkel y duro con los españoles, lo que le importa es hacer cumplir la ley, su ley. Una ley que dicta duras medidas contra los que nada tienen que ver con esta crisis y se vuelca en proteger a los que la han provocado.

Este gobierno, con la Biblia en la mano, tampoco tiene ningún problema en dar todo tipo de ayudas y facilidades a un mafioso del juego al que persigue la justicia de EEUU.

A Sheldon Adelson, con el Gobierno a sus pies, le han puesto alfombras de seda y se han comprometido con él a cambiar nuestras leyes para que su chiringuito sea un territorio al margen de la ley, con la ilusión de que cree 260.000 puestos de trabajo, algo que solo se creen los que quieren creerle cargados de fe y que al millonario deben producirle risas a mandíbula abierta, ya que en todo el mundo el número de personas a las que da trabajo es de 36.000.

Al chiringuito de las apuestas y solapada prostitución acudirá seguramente Rouco a bendecirlo y algún millonario a distraerse soltando fichas sobre los tapetes. Acudirán también muchísimos desgraciados en busca de mejorar su suerte. Acabaran convertidos en ludópatas, destrozados y con sus familias rotas, para que el dios del vicio incremente sus riquezas convertido en becerro de oro.

Adelson ante el espectáculo mediático que ha organizado a su alrededor sonreirá feliz poniendo de su parte solo una pequeña parte de la inversión anunciada. El resto lo pondrán en créditos blandos los bancos que estamos salvando entre todos y que no tienen dinero para prestárselo al comerciante, al industrial y al hostelero.

Curiosos y expectantes e incrédulas, contemplan todo el circo miles de familias que sufren. Curiosa y expectante ante tan poco amor al prójimo, cuando el prójimo son los débiles que necesitan ayuda, la Jerarquía Eclesiástica, con las puertas de sus palacios cerradas, calla ante lo que no quiere ver.

¡Bendito sea Dios¡

PD A quienes, con una fe inquebrantablemente unida a la jerarquía, se escandalicen por lo que he escrito, he de transcribirles algunas palabras escuchadas en el Congreso de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII celebrado el pasado día 6 en Madrid: “El fundador cristiano de hace dos mil años recorrió Galilea rodeado de pobres pescadores, marginados y mujeres, incluso las de mala reputación” “El Gobierno está cambiando el país con medidas que arrojan a cientos de miles de personas a la exclusión, y la Iglesia no ve ninguna revolución” “Desde la Iglesia hemos de denunciar esa falta de compasión. Los que sufren no esperan doctrinas sociales ni justificaciones económicas, tan mentirosas e inmorales.” “El gobierno es despótico, antisocial y anticristiano y la jerarquía de la iglesia no dice nada” “Adoramos al Crucificado pero nos olvidamos de los crucificados de hoy. Jesús se atrevió a insultar a los ricos de su tiempo” “Expresamos nuestro malestar e indignación ante el silencio de la Conferencia tan locuaz en otras ocasiones. La sociedad percibe dicho silencio como escándalo y complicidad con quienes han provocado la crisis. Lo consideramos insensibilidad ante la injusticia, alejamiento del mensaje del Evangelio. Tal actitud se debe a la cómoda instalación de la Iglesia institucional en sus privilegios”.

CURSO ACELERADO DE RAJOY

Rajoy acaba de dar a los suyos un curso acelerado. Repitan todos conmigo, dice el presidente a los suyos: “Yo amo a los catalanes. Yo siempre bebo cava catalán. Yo soy catalanista. ¡Vixca Cataluña! ¡Vixca la Moreneta! ¡Vixca el Barça! ¡Vixca la señera! ¡Vixca el Estatut! ¡Muera el anticatalanismo y el trasvase del Ebro! ¡El Gobierno debe invertir más en Cataluña! ¡Pacto fiscal ya!” Y ahora, todos conmigo a bailar la sardana y a cantar “Puchol eres el més gran hablando catalán.”