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Por J. P. Enrique
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“El Gobierno no se va a cansar de hacer las reformas que España necesita”

    Miren cómo hago reformas -dice Mariano Rajoy con su campechanía y optimismo tan habituales en él solo comparables a la alegría que transmite De Guindos-  sin cansarme y tan feliz. Ahora reformo el mercado laboral y voy a incrementar la precariedad en el trabajo ¡y no me canso lo más mínimo! ¡Ale Hoop!

    Ahora voy a reformar la salud bajando los sueldos a los sanitarios; voy a cerrar hospitales  y voy a exigir a los pensionistas que aporten unos eurillos a la Sanidad, es decir que hagan “una participación en el pago” a la que algunos malévolamente llaman copago. ¡Ya está! ¿Lo ven?… y lo hago sin cansarme aunque Uds. no se lo crean.

    Ahora voy a decirle al Ministro De Guindos que se prepare para subir el IVA  de bienes tan básicos como el pan, el aceite, la leche y los huevos porque son productos de los que abusa mucha gente que ni siquiera hace la Declaración de la Renta. Le dejaré bien claro a mi Ministro que  hable diciendo  la verdad, pero hablando en términos “hacendísticos”. ¡Ya está! Doy órdenes y no me canso de darlas. Soy fenomenal. Soy el mejor.

    Hemos subido los impuestos apenas tomado el poder, pero llamando las cosas con precisión hemos apostillado que no son subidas, son”gravámenes complementarios” o “recargos de solidaridad” que aplicamos de forma “temporal”. ¿A que suena muchísimo mejor? Es que hay que saber hablar y ser claros: Al pan pan y al vino vino.

    De la mano de mi “cospedalita” vamos a recortar en Castilla La Mancha en guarderías, en ayudas a las mujeres maltratadas (digo yo que si a alguna la maltratan por algo será), en servicios para los jubilados (la gente debe aprender a ahorrar de joven para poder pagarse sus caprichos de mayor), etc. etc. ¡Qué bien lo pasamos la Cospedal y yo! Es divertido, pero contamos que “no nos gusta hacerlo”. Somos tan buenos que hacemos lo difícil, fácil. Hacemos un enorme esfuerzo en recortes  (a los demás) pero no se nos nota ni a Soraya, ni a la Cospedal ni a mí. Cuando hemos escuchado a Divar decir que él está “acostumbrado a sufrir”, mis niñas y yo hemos pensado que arrastramos los mismos sufrimientos que él. Es duro pero lo llevamos bien.

    Voy a seguir reformando la enseñanza, obligando a los maestros a trabajar  más por menos dinero y aumentar el número de alumnos por clase para que “aumente la calidad de la enseñanza”. ¡Ya está! ¿Lo ven? ¿Lo ven? … y no me canso nada, nada, nada.

    Con el dinero ahorrado en ajustes me voy ahora a reformar la banca dándoles a estos señores unos aguinaldos para que estén contentos y, entre otras cosas sigan dándonos  los créditos necesarios (los que necesitaremos en la próxima campaña electoral para poder explicar a todos los españoles por qué han de seguir votándonos). Ahora subo el  gas, la luz…Y, no, no me canso. No me canso lo más mínimo,  se lo aseguro.

    Sin cansarme voy a echar a los inmigrantes y voy a prohibirles que vayan a nuestros hospitales a curarse el cáncer o sus infecciones. ¡Qué bien lo hago! ¿A que sí?

    Es un trabajo muy interesante el mío. Por hacer esas cosas que hago  encima me pagan y tengo de amigos a Merkel y  a Sarcozy. ¿Dije Sarkozy?  ¿Dije Merkel? A él le acaban de echar,  y a  ella los alemanes le han dado la espalda en Renania y se han decantado por los socialdemócratas y los verdes que no entienden de patria ni de reformas.

    No importa, aunque me quede solo; aunque  me convierta en la reserva espiritual del neoliberalismo ideológico, yo seguiré con mis reformas (que algunos malévolos llaman ajustes o recortes). Lo crean o no, aunque el paro siga aumentando, la deuda haga lo mismo, la prima de riesgo esté al límite, el PIB siga bajando, la bolsa se hunda y los parados protesten, yo seguiré con lo mío porque me ha dicho Sorayita que tenemos una coartada perfecta: la culpa de todo, lo que pasó y lo que pasará, la tiene “la herencia recibida”.

    Siguiendo los consejos de Soraya, a los asustados españolitos de a pie  les estamos explicando que son medidas absolutamente necesarias que finalmente darán resultados. No me pregunten cuando. Tal vez sea en diez años o más. No importa, llegarán los resultados cuando la economía empiece a crecer (Cómo nos reímos Sorayita y yo al decir ésto, porque faltaría más que cuando la economía crezca no se creara algún empleíllo por ahí). Nos reímos y seguimos tomando decisiones sin que se nos despeine un solo cabello y además sin cansarnos. ¡Qué bello es vivir!

    En medio de tan ardua tarea Rajoy y Soraya se toman un cafecito y miran hacia atrás: ¿Te acuerdas, Soraya, los hermosos tiempos en los que éramos oposición? Tú levantabas el dedo acusador cuando la prima de riesgo estaba en los 200 puntos y decías: ¿Saben Uds. como se llama la prima de riesgo?  Tu misma te respondías: ¡Zapatero, la prima de riesgo  se llama Zapatero!  Me acuerdo también cuando Montoro les acusó de incompetentes por subir dos puntos el IVA, un impuesto “perjudicial, ineficaz e injusto” que criticamos duramente hasta recogiendo firmas en la calle. Ahora, quienes nos gobernaban siguen  más perdidos que un vendedor de estufas en Mali. No se atreven ni a preguntarle el nombre a una prima de 500 puntos. Están en tal estado de shock que hasta  Montoro puede decirles que tenemos el IVA muy bajo y que por éso hemos de subirlo. ¡Que divertido! Dentro de nada les diremos: Si Uds. hubiesen subido más el IVA no hubiera sido necesario subirlo ahora.

    Me indica Soraya que está trabajando en un plan definitivo para acabar de una vez con el déficit y sanear totalmente las cuentas públicas: Cerrar todos los hospitales, quitar todas  las pensiones, quitar el seguro de desempleo, dejar a la administración sin funcionarios, etc.  ¡Qué caramba! El que quiera algo que se lo pague. Con España sin déficit y todos parados, a partir de ahí ya verán  como las estadísticas se dan la vuelta y empieza a crearse empleo ¡ya lo verán!

    Mientras Rajoy y su equipo presumen de  valentía y amenazan con du determinación de seguir recortando por el bien de España, escuchaba yo la radio y un oyente, una mujer, decía entre sollozos: “¿Recortes? ¿Ajustes? Qué saben ellos lo que son recortes. Yo sí se lo que son recortes cuando me siento en la mesa con mi familia y no sé con qué llenar los platos. Yo sí se lo que son recortes cuando, sin paro y sin trabajo, me veo obligada a malvivir con la pensión de mi padre y he de escuchar a mi hijo (con carrera y en paro) cansado de mandar currículos que me dice:  “¿Cuál es el futuro? ¿Cuál es nuestro futuro?” ¿De dónde más hemos de recortar?

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    comentarios 12 comentarios
    Vigorhumus
    Vigorhumus
    17/07/2012 09:07
    Nos toman el pelo

    Es que ya lo tienen todo estudiado pero no se atreven a realizarlo. Para ahorrar 45.000 millones de euros sólo hay que eliminar: -Pensiones vitalicias a diputados y senadores. -Coches oficiales. -Tarjetas VISA -Cargos de confianza -Reducir cargos diplomaticos en las embajadas y consulados. -Transferencias a sindicatos, partidos, OCEOy fundaciones opacas. -Televisiones autonomicas. Si además a los extranjeros que delinquen los enviaramos de regreso a su pais, ya iríamos sobrados. A esos bancos que hasta ayer ganaban 500 millones al trimestre y 2 dias despues resulta que necesitan 10.000 millones, para poder subsitir les obligaría a que devolvieran uno por uno los sueldazos de altos cargos y parte de los dividendos repartidos mientras nos mentían. Y obligaría por decreto ley a todos los españoles a reflexionar 5 minutos al día y durante dos semanas sobre si ante la situación que nos encontramos es mejor ponernos de acuerdo y ser solidarios o salir a la calle y destrozarlo todo.

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