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Aspectos positivos de una moción fracasada

    El gobierno de Mariano Rajoy es absolutamente censurable. Y es por eso que los días 13 y 14 de junio, hemos asistido al debate transmitido por la Sexta-TV, con motivo de la moción de censura presentada por Unidos-Podemos, contra Mariano Rajoy y su Gobierno, motivada por los numerosos casos de corrupción de cargos y responsables del PP desde las instituciones públicas.

    En mi opinión creo que ha sido un buen debate, y que se ha conocido y seguido con gran interés, a pesar de que, desde el anuncio de la citada moción por Pablo Iglesia, ya se conocía el fracaso de la misma. Y así ha sido, tras el debate parlamentario, y la votación cuyos resultados fueron 82 a favor, 170 en contra y 97 abstenciones: Mariano Rajoy ha continuado como presidente del Gobierno.

    Pero eso ya se sabía, desde el mismo día que Pablo Iglesias la anunciara, demostrando que no ha sabido administrar los tiempos que en política es muy importante. Y en un descarado intento de interferir en el proceso de elección del Secretario General de los socialistas,  se pusieron a meter presión y registraron la moción de censura en el Congreso de los Diputados, aun no contando con la mayoría absoluta necesaria para que la moción pudiese lograr el cambio del Presidente del Gobierno.

    Lo que hizo aparecer a la citada moción, más orientada a interferir en el proceso de reconstrucción del PSOE con el liderazgo de Pedro Sánchez, que a quitar a Mariano Rajoy como Presidente. Es que con esas circunstancias, la moción era un brindis al sol, en cierta medida  con el fracaso previsto, era dar un balón de oxígeno al gobierno, más que acabar con Mariano Rajoy como Presidente del mismo

    Pero dejando de lado eso que ya es historia, a mí me parece, que el debate como tal, por las intervenciones que se han dado, ha sido un debate muy importante, tanto por el repaso crítico de la corrupción en el seno del PP, y las practicas cómplices del Gobierno de Mariano Rajoy, que corrió a cargo de Irene Montero, la portavoz de Unidos-Podemos, que merecen, mi reconocimiento por su brillante intervención.

     

    El acierto de sus contenidos,  el relato de los numerosos casos de corrupción, y el tono empleado para relatar las vergonzosas actuaciones delictivas de los destacados miembros del PP, hoy encartados judicialmente y que salen a diario en las páginas de tribunales de los periódicos, hicieron de la intervención de Irene Montero, un alegato tan veraz, que Mariano Rajoy no habría tenido que responderle, desde la tribuna, debería haber anunciado su inmediata dimisión.

    Mientras que de la larga intervención de Pablo Iglesias, si bien hay que destacar obviamente las críticas por la corrupción del PP, también el tono empleado  al dirigirse al PSOE ha sido muy diferente a los insultos y descalificaciones que en otras ocasiones había empleado contra este partido.

    Y ese aparente “cambio de estilo”, de Pablo Iglesias al maltratado partido socialista, cuya mayor expresión fue cuando frustró la investidura de Pedro Sánchez en marzo de 2016, tiene en mi opinión una clara explicación.

    La razón a mi juicio, para tender ahora la mano, verbalmente al menos al PSOE, radica en la desesperada situación de Pablo Iglesias que sale fracasado de su moción de censura. Pablo Iglesias está solo, y además muy mal aconsejado.

    Que su moción haya tenido los votos favorables de ERC y Bildu, y también de Compromís, demuestra la nula capacidad de Podemos para aunar convergencias con otras fuerzas políticas del actual hemiciclo de la Carrera De San Jerónimo. Inclusive para criticar al Gobierno de Mariano Rajoy. Aspecto que por lo tanto, ha  evidenciado la incapacidad de Podemos para lograr acuerdos y  alianzas.

    En mi opinión, creo que el líder de Podemos, necesita al PSOE para encubrir el fracaso de la moción de censura, y aun reconociendo los errores del pasado en su obsesivo “Sorpasso” y los errores de la estrategia de las últimas semanas. El melifluo trato invitando al PSOE para ponerse de acuerdo, si bien es de agradecer – mejor eso que el insulto - no va a poder alcanzarse así como así, porque llegar a esos acuerdos, sin vetos por parte de Podemos está por ver. Sigue siendo una incógnita.

    Porque Pablo Iglesias, no debería confundirse, y con su error confundir al personal, porque para alcanzar la mayoría absoluta necesaria para desahuciar a Mariano Rajoy de La Moncloa, se necesita en primer lugar el acuerdo mayoritario entre partidos, que haga posible la mayoría numérica, la mitad más uno del número de diputados.

    Pero no se puede sumar aritméticamente si no se establece el acuerdo político entre los partidos aun con diferentes visiones globales pero que tengan el mismo común denominador: Es decir acabar con el Gobierno de Mariano Rajoy. Y máxime hoy, donde la correlación de fuerzas en el Congreso de los Diputados requiere negociaciones y acuerdos transversales para sacar cualquier propuesta adelante.

    Porque como bien precisó, en su magistral intervención José Luis Abalos, “En política, a veces es necesario sumar”. Y por ello anuncio la voluntad del PSOE de construir mayorías alternativas en la Cámara de Diputados para desmontar las políticas injustas del PP y para sacar adelante las reformas justas que reclama la sociedad.

    Abalos tuvo a mi juicio, la más brillante intervención, de las que se dieron en las dos jornadas de debate. Y entre ellas, recordó a Pablo Iglesias que el Gobierno de Mariano Rajoy al que se le había presentado la moción de censura, era el mismo Gobierno del mismo partido y de Mariano Rajoy como Presidente, al que se facilitó su continuidad en el gobierno con el rechazo a la investidura de Pedro Sánchez.

    Igualmente recordó que las propuestas que hacía Podemos con ocasión de la moción de censura eran propuestas que formaron parte del acuerdo PSOE – Ciudadanos, que Podemos rechazó en su día.

    Estos recordatorios, en mi opinión vienen a anunciar que la voluntad inequívoca del PSOE es la de alcanzar acuerdos, pero las exclusiones que Pablo Iglesias hace del partido de Albert Rivera, y viceversa, para alcanzar cualquier acuerdo, permiten prever que los vetos de Podemos y Ciudadanos,  van a estar presentes durante algún tiempo.

    El duelo Iglesias-Rivera en el debate, fue en mi opinión, la confirmación de que un acuerdo transversal con estas fuerzas,  como ya intento Pedro Sánchez llevarlo a cabo, pese a las buenas predisposiciones de la nueva dirección ejecutiva del PSOE,  para de nuevo reintentarlo, va a tener serias dificultades para transformarse en la mayoría necesaria para alcanzar con  éxito, en el próximo periodo de sesiones  las pretensiones de una nueva moción de censura, que pretendiera plantear Pablo Iglesias.

    Por lo tanto, para mí, la conclusión  de esta moción de censura de Unidos–Podemos es la de la constatación evidente del fracaso de la misma, sino de la soledad política de Pablo Iglesias, y de una predisposición aparente del mismo a acordar con el PSOE, una actitud positivo como se manifestó en su intervención, pero que en el fondo a mi me parece, que corre el riesgo de quedar en eso, en palabras y gestos, nada más.

    Porque la transversalidad de los acuerdos necesarios para derrocar a Mariano Rajoy como Presidente, es hoy por hoy, con la realidad política de la fragmentación del hemiciclo parlamentario: “Una necesidad imperiosa.” Y mientras que eso no se entienda ni por Podemos ni por Ciudadanos, con sus vetos respectivos, vamos a ir abocados a  que sean las urnas  en su día, las que decidan una nueva correlación de fuerzas que hagan posible el cambio del Gobierno.

    Y a mí me parece, que si desde Podemos se pretende  seguir utilizando el argumento de que Unidos-Podemos va a tener, de presentar en el próximo periodo de sesiones, otra moción de censura, para evidenciar que el PSOE de Pedro Sánchez no la vuelve a apoyar.

    Repetir la misma experiencia, va a ser un espectáculo político que solo ha servido para evidenciar la soledad política de un Pablo Iglesias, que en mi opinión debería aprender de esta experiencia. Y no le va a afectar para nada al PSOE en la dinámica de recuperación de afiliados y antiguos electores que se ha iniciado desde que Pedro Sánchez es el líder indiscutible de un PSOE de izquierdas.

    Y si los vetos partidistas de uno y otro partido, hacen imposible el acuerdo necesario para revocar a Mariano Rajoy, como  ya he dicho, tendremos que esperar a que sean las urnas de los próximos comicios electorales las que  decidan los cambios de Gobierno y de políticas en nuestro país.

    Ninguna de las tres mociones de censura planteadas desde la que hace ahora 40 años que trajeron la democracia en nuestro país salieron triunfantes, cada una de ellas solo sirvieron como escenario para potenciarse sus autores Felipe González y Hernández Mancha, y fueron las posteriores elecciones las que verificaron los cambios políticos.

    Esa experiencia de nuestra democracia nos debería de servir para no emperrarse en la presentación de nuevas “mociones de censura” en el próximo periodo de sesiones, si no se cuenta previo a su presentación, con la mayoría que le garantice el éxito necesario para poner punto y final al Gobierno de Mariano Rajoy.

    Y en lo que queda de legislatura yo espero y millones de españoles seguro que también, que la nueva dirección ejecutiva del PSOE con el liderazgo de Pedro Sánchez lleve a cabo una autentica oposición de izquierdas a las prácticas de ajustes y recortes del Gobierno de la derecha.

    Y que esa será, yo no tengo ninguna duda, el inicio del fin del Gobierno de Mariano Rajoy que las urnas decidirán facilitando el cambio por un Gobierno con Pedro Sánchez de Presidente.

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