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El estado de las pensiones, la longevidad y la reforma del sistema (Parte I)

    Desde que se puso de manifiesto la quiebra a fecha vista del Sistema Público de Pensiones, hay que reconocer que no se han dado a conocer las propuestas de ningún partido, para superar los grandes riesgos que corren nuestras pensiones para percibirlas a corto plazo, por la situación en la que se encuentra el Sistema Público de las Pensiones.

    Y aunque de esta situación, haya que pasarles también factura a Mariano Rajoy y su Gobierno porque en su legislatura no hayan tomado ninguna medida efectiva para salvaguardar el estado del Sistema Público de Pensiones.

    La verdad, es que ni en plena campaña de elecciones, la situación crítica de las pensiones, ha brillado por su ausencia en los programas de los partidos políticos con propuestas que permitiesen resolver esta crítica situación. Y si algún líder ha citado el estado de las pensiones, ha sido para recordarnos el agotamiento de la “Hucha” de reserva que dejo el Gobierno de Zapatero, y que el Gobierno de Mariano Rajoy ha consumido prácticamente en su totalidad, lo que ha llevado al “Sistema” al borde de la quiebra.

    Eso es todo lo que hemos podido escuchar, lamentablemente en unos momentos de tensiones y diferencias entre los partidos, que hasta el día de hoy no son capaces de lograr el desbloqueo parlamentario para investir al aspirante a ser Presidente. Pero de las alternativas al Sistema de Pensiones, nada, de nada.

    Yo estoy convencido, de que es muy complicado que nuestro país reinvente sus instituciones de bienestar social – así de la noche a la mañana – para situarlas al nivel que exige el siglo XXI, pero si no se empieza a entender, que nada cambia, si no se habla de los problemas que se tienen y actuamos en consecuencia. De todo lo que no se habla, no se puede mejorar, y si no se dialoga para llegar al acuerdo de construir una cosa nueva y esencialmente mejor de lo que hay, como es el caso de la Reforma del Sistema de Pensiones, pues no se lleva a cabo y en los momentos difíciles, se recurren a los parches que no hacen sino prolongar la agonía, (alargar la edad para la jubilación o congelar las cuantías de las pensiones o reducir al máximo los incrementos de las mismas) ya que no resuelven los problemas estructurales que se derivan del actual Sistema.

    Y por tanto el reto es enorme, cuando el factor de la longevidad por ejemplo, está ahí. Cada año vivimos más años, gracias a los cuidados personales pero esencialmente por los servicios y cuidados que nos prestan el magnífico cuadro de profesionales del Sistema Nacional de Salud.

    Pero ante esta evidencia que tiene una enorme contundencia para el mantenimiento del Sistema de Pensiones. Me parece que solo sabemos enfadarnos, porque las cuentas de las pensiones no nos cuadran, y la tendencia de siempre es atribuir todo tipo de causas coyunturales, para explicarnos un problema estructural. O le achacamos al Gobierno de turno de toda suerte de responsabilidades, que es lo más habitual.

    Pero hasta la fecha, no hemos dado con la vía correcta de la Reforma necesaria del actual Sistema Público de Pensiones. Lo que a mi juicio, no se debe posponer por más tiempo, ni aplicar tampoco parches parciales, que prolonguen la agonía durante algún tiempo hasta que una vez más broten las necesarias Reformas que son inevitables.

    Digo esto, porque la praxis nos ha mostrado que las “Reformas adaptadas en 2011 y 2013” y que nos aseguraron que entraban en vigor para preceder a la corrección de los incipientes déficits de las pensiones, que habían resistido muy bien, la dura recesión de 2009. No han servido para nada. La Reforma del Sistema sigue sin abordarse y ahí está el origen de todos los males que afectan al Sistema y a nuestras pensiones, desde los análisis que modestamente me planteo.

    Si nos acordamos bien, las principales medidas – parches – adoptadas por estas medidas fueron: “El retraso de la edad de jubilación”, y la nueva fórmula de actualización anual de las pensiones: “El índice de Revalorización”. Y a pesar de ello, ya estamos otra vez a vueltas con la Reforma de La Seguridad Social. Porque recurrir a prolongar la edad de la jubilación, o a la congelación ó al incremento mínimo de las pensiones, nos ha demostrado, que no resuelven el problema. Y como dijo Albert Einstein “Si buscas resultados distintos. No hagas siempre lo mismo”.

    Un dato que nos debe ayudar a comprender esta situación, es la significante reducción de las cotizaciones que se ha constatado en las cuentas de la Seguridad Social. De no ser por ello, estaríamos tan tranquilos.

    Y hubiéramos seguido tan tranquilos, si la inflación hubiese sido del 2% desde 2014. En esas circunstancias las “Reformas” de los años precedentes habrían contribuido tal y como se pensaba a la estabilización de las cuentas de las pensiones.

    Pero no han sido las cosas así y seguimos teniendo ante nosotros y con el agravante de la creciente longevidad, la necesidad urgente de una radical iniciativa de Reforma del Sistema de Pensiones.

    Porque ni la creación de empleo, ni la inflación han tenido los efectos esperados, y la hucha de las pensiones se agota, y no tenemos recambio. Estamos en una situación donde hemos pasado del Estado de Bienestar a un Estado de Alarma, donde corre riesgo la percepción de nuestras actuales pensiones y no digo las de los futuros pensionistas.

    En mi opinión, si los acontecimientos nos han llevado a la situación actual, solo han venido a acelerar la necesidad de una auténtica “Reforma del Sistema Público de Pensiones”. Y digo bien, “Reforma” y no parcheo.

    El año pasado el Pacto de Toledo cumplió 20 años. Ese era el momento me parece a mí, para haber iniciar la profunda renovación del Sistema. Pero ahí está el Pacto aletargado y hasta “amordazado” por los firmantes del mismo. Lo que viene a mostrar – esa es mi impresión - que hoy por hoy, carecemos de la “Materia prima necesaria”, de la voluntad politica para crear un nuevo Pacto, de Toledo o de Alcorcón, pero que contemple las reformas estructurales que el Sistema Público de Pensiones clama con urgencia.

    Una Reforma que requiere, en mi opinión, un enfoque holístico de todos los factores que hoy gravitan como grandes problemas que hacen imposible el garantizar el cobro de nuestras a muy corto plazo. El crecimiento económico y la creación de empleo, la longevidad y el mantenimiento del poder adquisitivo, para poder adaptar el curso financiero del Sistema de Pensiones.

    Porque hasta ahora, en esta sociedad en la que vivimos, los agentes más cualificados: El gobierno, los partidos políticos y los sindicatos de clase, siguen practicando una inexplicable actitud que nos ha llevado a sobrevivir gracias a la devaluación real interna, que nos está sumiendo a todos en la miseria y que están postergando las soluciones estructurales, que además de ser frustrantes, tienen que enfadar a muchos españoles, creo yo.

    A partir de la segunda vuelta de las elecciones generales, nos está llegando, convenientemente filtrada la información de que el fin de las pensiones públicas puede estar a la vuelta de la esquina, en concreto a finales de 2017 o, como mucho en 2018.

    Hay toda una campaña mediática nacional e internacional, que junto al manido argumento del envejecimiento de la población española, se centran en otras explicaciones como “razones” del previsible fin de las pensiones públicas.

    La primera de ellas tiene un fondo de realidad innegable, si bien no se encuentra la razón de la crisis de este sistema de protección de la vejez, como ahora veremos más adelante.

    Me refiero al hecho de que el Gobierno del PP ha estado metiendo la mano, más o menos desde que Rajoy alcanzó la Presidencia del Gobierno, a la hucha, es decir, al Fondo de Reserva de la Seguridad Social.

    Del Fondo, se han ido detrayendo recursos para políticas de incentivos a la contratación por cuenta ajena o a las altas de trabajadores por cuenta propia, las llamadas tarifas planas, etc.

    Desde el 2011, año de llegada del PP al Gobierno, la cifra del Fondo ha descendido desde los 68,815 millones. Echarle la culpa de ello como hacen algunos, al monto de las pagas extraordinarias de las jubilaciones es, cuanto menos obsceno.

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    comentario 1 comentario
    Vicent Bosch i Paús
    Vicent Bosch i Paús
    17/09/2016 08:09
    El socialisme dels rics.

    Els rics i els seus viaris els polítics des del P(s)(o)E fins l'extrema dreta, sempre han recolzat amb diners públics als pobres dels rics i fan suportar el pes del capitalisme a les classes subalternes. La productivitat no la menten per a res. Que no hi ha natalitat, que porten del tercer món a joves en edat de procrear i a més amb estudis més elevats, de mitjana, als d'ací. Qui finança a l'exercit, ells de les seues quotes? A l'Església, els seus fidels? Als polítics, ells del que cobren? And so on...

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