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Por Ramón Jesús Pérez
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María y José imputados

    El juez Baltasar Garzón ha decidido imputar a María y José por falta de cuidados al niño; la noticia sorprende bastante, pero la pobre criatura está en pañales un 24 de diciembre, mientras sus padres están bien tapados; al enterarse los pastores pasaron del tema, y se fueron de fiesta.

    Cuando Garzón llegó a Belén, vio que las condiciones del portal no eran apropiadas para un recién nacido; y es que un portaducho no es sitio para nacer nadie; y José debía tres meses de alquiler, y encima había sustraído la burra de un pueblo cercano; Garzón tiene nombre de Rey Mago, Baltasar, su regalo es buscar unos padres adoptivos, y un hogar apropiados, que le proporcionaran al niño unos cuidados especiales. José se puso nervioso y fue a por tabaco, mientras el juez interrogaba a María.

    El ambiente se enfriaba en el portal, José tardaba, María nerviosa contestando las mil y una preguntas del juez, y el niño heladito.

    La mula se dio cuenta y aunque no podía más, calentaba al niño hasta que se quedó dormida; el buey se dio cuenta, empezó a darle aliento pero olía muy mal, y el niño protestó, y se fue con los Santos Inocentes de botellón a un descampado cercano.

    Al principio nadie se dio cuenta de la desaparición del pequeño, todo estaba centrado en aquel interminable interrogatorio, y José sin venir, María se percató de su ausencia, las tres de la mañana y el chavalín en el descampado con sus amigos; detrás de un biberón, otro. La madre preguntó: ¿y mi hijo? Y éste, divinamente.

    Y José volvió destrozado, dijo que había pagado el alquiler de la burra, le enseñó el recibo al Juez y por este cargo le absolvió. ¿Pero que es un Belén sin el niño? No se podía poner una denuncia porque los soldados de Herodes lo matarían; las madres de los Santos Inocentes estaban preocupadas, sus hijos no aparecían, así acudieron al portal; entre todos ataron cabos; Jesús estaría con ellos y nada les podía pasar.

    María, José, el juez y las madres, fueron a buscarlos y los encontraron borrachos de leche y ligando con unas recién nacidas de Galilea; el juez se puso y orden, que cada niño fuese con su madre; y gracias a ese botellón de lactantes se salvaron muchos niños en Belén.

    En cuanto al estado del portal para el niño Dios, el juez sopesó que dadas las circunstancias, José no había podido encontrar un sitio mejor para cobijar a su hijo y esposa; y los padres prometieron abrigar más al niño, y absolvió al bueno de José y a María de los cargos contra ellos. Y tuvo que ser un jurista español quien conociera de aquel caso. Soñemos por unos días que todo se puede arreglar con ilusión.

    Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.

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