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Por Vicent Albaro
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Los eufemismos en boga

    Nos toca vivir tiempos extraños de aquellos a los que el sabio, recomienda no pasarlos: “Dios nos libre de vivir tiempos decisivos e interesantes”. Pero lo cierto es, que nos ha tocado el premio que no desea nadie, el de una tómbola grotesca donde solo reparten miseria, disgustos, congoja, frustración y desesperanza. Vamos que va y te toca el jamón serrano, y al hincarle el cuchillo jamonero, resulta ser de plástico asiático, pero ojo que ya los chinos fabrican jamones a mitad de precio. Y es que nada es ya lo que parece. A fuerza de querer explicarnos con suavidad y corrección, con melindrosa edulcoración, por aquello de no molestar al vecino o con aviesas intenciones de engañarle, hablamos la mayoría de los mortales, y no solo algunos políticos, de forma ininteligible. O sea, le cambiamos el nombre a las cosas, para parecer que son pero no son, y si lo son no parecerlo. Todo el mundo va de correcto por la vida, sonrisa forzada y palmadita, algunos han logrado una habilidad pasmosa con el: “dientes, dientes y que se jodan”, made in Pantoja, pero de cara a la galería mua, mua, besitos y luego, pues eso que te sodomicen por el aliviadero.

    Llevamos ya muchos años con la cultura del relativismo, y disponemos de magníficos propagandistas de la misma. El relativismo por si alguno aún no lo tiene claro, consiste en hacernos creer que lo importante en esta vida, es hacer lo que nos de la real gana. Y mi real o república gana, es el yo-me-mi-conmigo, o sea hacer siempre aquello que a mi me viene de cara, me interesa, me satisface, me llena, me place, me enerva, me remunera, me extasía, me lujuria y me sale de mi real o republicano… (léase entre líneas partes íntimas en masculino y femenino). Así que puestos todos a ser pequeños dioses malcriados, educados a tenerlo todo o casi, a no sufrir desde la cuna, pues hay una sociedad del bienestar que nos lo da todo en bandeja de plata, confort, comodidad, seguridad, etc… anticipando una vida placentera expedida por carnet, y una extensa lista de derechos junto a otra minúscula de deberes y obligaciones, no es de extrañar que con la que está cayendo, el sufrimiento y la angustia, hagan mella en espíritus pobres y desorientados. ¿Qué me ha pasado, qué me está pasando? Esto es el fin. Jamás creí que podría llegar a vivir esto. Esto es una pesadilla. Etc…

    Se quiere apelar desde las altas instancias a remar juntos, trabajar con denuedo y poner el bien común por encima del particular, para sacar a nuestra Patria del oscuro pozo en el que unos y otros la han metido. El empeño es loable, pero la empresa será un fracaso. Y me duele decirlo con pesimismo y amarga resinación, pero la peña no está por la labor. Primero no se predica con el ejemplo. Y además si al individualismo innato del españolito de a pie, secular como la boina y las bellotas de la encina, le vienes diciendo desde hace décadas: Que una parte de tu país te explota, te veja y te sangra, luego, te impide prosperar. Le falsificas la historia común y todo son riñas de vecindario, tipo Villarriba y Villabajo. No conozco ningún pueblo que hable bien de su vecino. Si asistes impasible al crecimiento de las arruinadas taifas regionales, en detrimento de la unidad nacional, y encima cada individuo soberano es el rey de la república independiente de su casa. Alentando la cultura relativista por las cadenas en boga de telebasura (por aquello de no pensar, o hacer el avestruz) y otras teles que disimulando lo son, aunque no lo parezcan. Se ridiculizan los símbolos patrios o se profanan, con sorna y consentimiento general. Sólo en el deporte se enaltecen y no en todas partes del territorio. ¡Qué complicado está el patio!

    ¿Un milagro quizás? Tampoco está el asunto para apelar a la divinidad. Ataques a la iglesia católica y sus símbolos, ridiculizada hasta extremos de paranoia. Proclamación y multiplicación de sus humanos errores como en cualquier gremio. Existe una táctica clara de persecución y aniquilación, pues la fe ha sido un vínculo de unidad histórica. Los federalistas y separatistas lo tienen clarísimo, parece que el resto no lo ven. Lo malo que ahora no se queman iglesias, ni santos, ni cristos, ni vírgenes. Ahora se actúa de forma sutil y delicada. Se roen los cimientos de la fe, que no es otra cosa que nuestra secular cultura cristiana. Y es que el eufemismo puede con todo. Ha logrado liquidar los siete pecados capitales como vicios de la raza humana, dándole un barniz aceptado y goloso, apetecible y hasta justificativo hasta convertirlos en virtudes. Por ejemplo: la soberbia, la avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza; son hoy sinónimos complacientes de poder y seguridad, de ambición, libido o fantasías y libertades sexuales, carácter y energía, apetito de cultura gourmet, competitivo y agresivo, relajado y tranquilo. Por lo que visto de esta guisa, el bien y el mal no existen, todo es relativo o sea, del color del cristal con que se mira. Las órdenes religiosas se marchan exhaustas y agotadas de Castellón: “Aquí ya no hay fe”. (Monjitas dixit)

    Así que bienvenidos a la nueva religión del eufemismo calibrado. Del ovejuno pacer de masas general e indiscriminado, de ir solapando o aparcando a los anticuados y primarios cazurros, empeñados en llamar al pan, pan y al vino, vino. La cuestión será cuántos quedan de una u otra forma de ver la vida, a la hora de remar para sacar el barco escorado, fuera del arrecife traicionero de coral en una hazaña histórica del capitán Alatriste. Mientras tanto, y aún con el pesimismo rampante, toca resistir y el que sepa y pueda, a rezar. Ahora no se llama rezar, sino comunicación íntima con fuerzas superiores extragalácticas.

    Y esto no es una crónica de crítica social, sino un escrito de opinión, versado por influjo de las calenturientas tardes de un verano calurosamente atípico, que bate récords en los anales de la meteorología hispana. Sin eufemismos… ¡Coño qué calor hace!

    Y el monte sigue ardiendo y la ansiada lluvia sin aparecer. Ni eso acompaña.

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    comentarios 2 comentarios
    Vicent Bosch i Paús
    Vicent Bosch i Paús
    15/08/2012 01:08
    Eufemismes

    Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad. Sembla neollengua de "1984" Fotre al proïsme és fomentar la competitivitat!!!

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