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DESCUBRE LOS PARQUES NATURALES DE LA COMUNITAT VALENCIANA

22 mundos diferentes en 22 paraísos naturales: Así es la tierra de contrastes de la Comunitat Valenciana

Serra Gelada
Serra Gelada
  • Islas volcánicas, lagos salados y cumbres de vértigo: Conoce los paisajes más espectaculares de Castellón, Alicante y Valencia

La Comunitat Valenciana esconde grandes tesoros naturales más allá de los lugares turísticos más conocidos y visitados por millones de viajeros cada año.

22 paraísos desconocidos para muchos y tan diferentes como 22 mundos. Y es que la Comunitat Valenciana es tierra de contrastes.

Así, el visitante que se adentre para descubrirlos podrá sumergirse en islas volcánicas, cumbres de vértigo, impresionantes acantilados junto al mar, plácidos ríos y estruendosas cascadas o marjales, albuferas y lagos de agua salada.

Espacios de gran belleza natural y riqueza en biodiversidad donde disfrutar de un día en la naturaleza, poder desconectar del ritmo de las grandes ciudades, degustar la gastronomía y los productos naturales de la zona y, en definitiva, tener unas vacaciones diferentes en la Comunitat Valenciana.

Mapa de parajes protegidos de la Comunitat Valenciana
Mapa de parajes protegidos de la Comunitat Valenciana

"Contamos con un patrimonio natural increíble, desde la costa hasta nuestras comarcas de interior enclavadas en sus altas montañas", explica consellera Salomé Pradas, que destaca que "nuestros 22 parques naturales son sinónimo de 22 regalos al ser espacios tan únicos por su gran vegetación y biodiversidad”.

Joyas de la naturaleza para todos los gustos que están abiertas a ser descubiertas por los viajeros para desentrañar sus secretos. "Queremos que se conozcan y que estén abiertos a su visita y al disfrute de actividades, siempre aplicando un principio de proporcionalidad y sostenibilidad, por lo que animo a la ciudadanía a recorrerlos, a conocer sus municipios, a sus gentes, y a aprender un poco más sobre ellos”, expone Pradas.

Puedes consultar más información, mapas y rutas sobre cada uno de estos 22 paraísos en este enlace.

Castellón: Del ‘techo de la Comunitat Valenciana’ a unas islas volcánicas


Uno de los parques naturales más desconocidos es el de la Tinença de Benifassà, un enclave de sierras abruptas, que se despliegan en el extremo norte de la Comunitat Valenciana hasta sus cimas de más de 1.300 metros de altitud. Todo un paraíso para los excursionistas entre las poblaciones de La Pobla de Benifassà, Coratxà, El Boixar, Fredes, El Ballestar, Bel y Castell de Cabres. En este extenso espacio agreste podemos encontrar todo tipo de ecosistemas: bosques, paisaje rocosos, parajes de agua dulce, brezales o áreas pantanosas.


Más al sur, el Parque Natural de la Sierra de Irta, que vierte sus laderas sobre el mar, es una de las pocas sierras litorales vírgenes sin edificar en todo el Mediterráneo. Ocho kilómetros de silencio y biodiversidad entre el monte y las calas rocosas. Situado entre Peñíscola, Santa Magdalena de Pulpis, Alcalà de Xivert y Alcossebre ocupa una extensión de 7.743 hectáreas. Este espacio protegido constituye uno de los paisajes más bellos de la costa valenciana y combina su tesoro natural con restos históricos, desde torres vigías a castillos.


El Parque Natural del Penyagolosa, está enclavado entre los términos municipales de Vistabella del Maestrat, Xodos y Villahermosa del Río, es el pico más alto de todo el territorio autonómico (1.814 m de altitud), por lo que se lo considera 'el techo de la Comunitat Valenciana', con permiso del Cerro Calderón del Rincón de Ademuz (1.837 m), que se podría catalogar de altiplano. 

El Penyagolosa, sin embargo, es todo un referente cultural muy arraigado en la tradición valenciana y es visible como un gran vigía desde cientos de kilómetros de distancia. En mitad de una encrucijada geológica, biológica y cultural, es clave en la historia del excursionismo valenciano y forma parte de las vidas de varias generaciones de montañeros.


Otra de las joyas paisajísticas de Castellón es el Parque Natural del Desert de les Palmes, un verdadero balcón al mar sobre el terreno que ocuparon los silenciosos monjes carmelitanos en el pasado. Ocupa parte de cinco términos municipales: Benicàssim, Cabanes, La Pobla Tornesa, Borriol y Castelló de la Plana y su localización geográfica, lo convierte en un lugar especial para practicar todo tipo de deportes. Sus 3.200 hectáreas, protegidas desde hace más de 20 años, lo convierten en uno de los más veteranos y los más visitados.


El Prat de Cabanes-Torreblanca es diferente a los anteriores, ya que es una estrecha franja de terreno de marismas y pantanos. Una zona húmeda separada del mar tan solo por un frágil cordón de cantos rodados que hace las veces de playa y de barrera. Es, además, un punto clave para los amantes de las aves y se pueden encontrar especies endémicas como la gambeta, el fartet o el samaruc, así como un lugar donde contemplar varios tipos de vegetación, tanto las de saladar, como las propias de cordón dunar, las acuáticas y las subacuáticas. Darse un chapuzón en sus aguas cristalinas chapoteando sobre las ruinas del antiguo cuartel de carabineros engullido por el mar es un places que solo aquí se puede disfrutar.


A pocos kilómetros del Mediterráneo encontramos el Parque Natural de la Serra d’Espadà, el segundo espacio protegido más extenso de la Comunitat Valenciana, con 31.180 hectáreas. Geológicamente es impactante, ya que es una sierra con relieves abruptos y quebrados, conformado por cimas y cordales y profundos barrancos y ramblas consecuencia de ser uno de los pocos afloramientos de areniscas de la Comunitat Valenciana. Lugar de importancia vital en la Guerra Civil, sus montes fueron una barrera inexpugnable que aún hoy conserva varios kilómetros de trincheras entre sus frondosos bosques de alcornocales de los que se extrae el corcho.


A 28 millas del Cabo de Oropesa emergen, desafiando el mar, las antiguas Islas de las Serpientes, ahora conocidas como el archipiélago de las Columbretes, un pequeño grupo de islas de origen volcánico a medio camino entre la Península y las Baleares. Aquí viven varias especies animales y vegetales escasas en el resto del Mediterráneo como la gaviota de Audouin, el halcón de Eleonora o la escasísima Reseda hookeri, y un número considerable de especies únicas en el mundo como la lagartija de Columbretes o el mastuerzo marítimo de Columbretes.

Valencia: Profundos cañones, Marjales y la mítica Albufera


El parque natural de de la Sierra Calderona es uno de los espacios naturales protegidos más emblemáticos de toda la Comunitat Valenciana y uno de los más visitados por los habitantes de la capital del Turia. Se extiende sobre 18.019 hectáreas y sobre él vuelan majestuosas rapaces como el gavilán, el azor o el águila culebrera y es hogar del jabalí, el gato montés, el zorro, el lirón, la musaraña o las simpáticas ardillas del Pla de Lucas. Kilómetros de pistas y senderos la recorren, a medio camino entre las provincias de Castellón y Valencia para practicar todo tipo de deportes entre sus tierras rojizas.


Otro de los parques valencianos es el de Chera-Sot de Chera. Más de 6.400 hectáreas de un paraje montañoso, de profundas gargantas y 230 cascadas, hogar del águila perdicera, el búho real y el halcón peregrino, así como del tejón, la garduña, la gineta, el gato montés, el zorro y el corzo, además de un lugar perfecto para darse un chapuzón en verano.


Otro lugar teñido por el agua es el parque de las Hoces del Cabriel, con el río Cabriel como eje vertebrador, 31.446 hectáreas que conforman la frontera natural entre la Comunitat Valenciana y Castilla-La Mancha, rica en yacimientos arqueológicos de las épocas ibérica y romana como “Las Casillas del Cura” de Venta del Moro, “El Molón” de Camporrobles, la ciudad ibérica de Kelín en Caudete de las Fuentes o “El Moluengo” de Villagordo del Cabriel. Para los amantes del senderismo, además, es toda una experiencia perderse entre los meandros serpenteantes que el río ha dejado tallados sobre la tierra como profundos cañones.


El Parque Natural de L'Albufera representa, sin duda, la joya de la corona de la capital, al tratarse de uno de los humedales más importantes de Europa con 21.120 hectáreas de superficie. Es parte de la Red Natura 2000 y ejemplo de la relación de los seres humanos con un entorno natural único, ya que la simbiosis entre el lago y los arrozales y acequias que la envuelven es casi perfecta, inundándose y secándose con el paso de los meses, por lo que con cada nueva llegada el visitante se encontrará en un paisaje completamente diferente, que varía desde el azul cristalino de las aguas en invierno al verde primaveral de los tallos del arroz o el amarillo intenso de los campos cuando está a punto de recolectarse.

La Albufera es un hábitat de más de 350 especies de aves que llegan a alcanzar una población de decenas de miles de ejemplares cada año en los cuatro ecosistemas diferentes que la componen (La Restinga, El Marjal, El Lago y el Monte) y cada año son más los flamencos que se acercan hasta el lago.


El Parque Natural del Túria abarca 8.041 hectáreas a lo largo del río, desde Valencia, donde desemboca, hasta los cañones de Chulilla pasando por Mislata, Quart de Poblet, Manises, Paterna, L’Eliana, Riba-roja del Túria, Vilamarxant, Benaguasil, Llíria, Pedralba, Bugarra y Gestalgar. Sus orillas conservan aún el escaso y valioso bosque ribereño mediterráneo donde habita el martín pescador, la madrilla, el barbo, el sapo corredor, el búho real o la garza imperial. Una ruta fluvial que se puede recorrer por sus caminos desde el curso medio al pie de las montañas y hasta el Jardín del Turia de Valencia, a pie o en bicicleta.


Por su parte, el Parque Natural de la Puebla de San Miguel se asienta sobre las estribaciones occidentales de la Sierra de Javalambre, en el Rincón de Ademuz, un enclave valenciano dentro de Aragón. En él encontramos el Alto de las Barracas, que con sus 1.838 metros constituye el punto más alto de la Comunitat Valenciana. Dentro de sus 6.390 hectáreas destacan elementos naturales de incalculable valor tanto ambiental como paisajístico como bosques de sabina albar, sabina rastrera, pino albar o tejos, difíciles de encontrar en otros lugares. El alto grado de conservación de este espacio es fruto de la gestión llevada a cabo por los habitantes de la zona durante siglos y muestra de ello es el rico y variado patrimonio etnográfico y cultural que se puede conocer para entender la relación entre el hombre y el monte.


Finalmente, el Parque Natural de la Marjal Pego-Oliva está Situado entre las provincias de Valencia y Alicante. Es un humedal de 1.255 hectáreas cuyas aguas están en condiciones tan excelentes que son el hogar de especies endémicas como los camarones, los “pechinots”, el galápago europeo y aves como la garcilla cangrejera, la cerceta pardilla o el fumarel cariblanco.

Alicante: Entre los escarpados picos y las lagunas saladas.


El Parque Natural de la Serra de Mariola se extiende entre Alcoi, Cocentaina, Muro, Agres, Alfafara, Bocairent y Banyeres de Mariola. Sus paisajes han sido y son un regalo para habitantes y visitantes y ejemplo del aprovechamiento tradicional de los ricos recursos naturales. La propia orografía de la sierra presidida por el emblemático pico Montcabrer, los pastos, la nieve, las hierbas aromáticas y medicinales, los refugios naturales y especialmente el agua, conforman su fuerte personalidad. Todo un enclave en si mismo del que el viajero no vuelve nunca indiferente.


Cerca se encuentra también el Parque Natural de la Font Roja, se encuentra enclavado en la comarca de l'Alcoià, entre Alcoi e Ibi, y representa uno de los espacios naturales mejor conservados del territorio valenciano. Sus 2.298 hectáreas de área protegida comprenden la alineación montañosa de l'Alt de Sant Antoni, el carrascal de la Font Roja y la Teixereta. La cumbre del Menejador, con 1.356 m de altura es la cota más elevada del parque. Destaca, además, su emblemático santuario, colgando de los cielos sobre el valle.


Por otro lado, el Parque Natural del Montgó alberga 2.117 hectáreas entre los municipios de Denia y Xàbia con el grandioso monte a la orilla del mar que se eleva hasta los 753 metros de altitud, testigo del paso del hombre desde épocas ancestrales y con un elevado valor cultural y arqueológico. Es hogar del cormorán, el halcón común, el erizo y el majestuoso búho real y, en los días claros, se pueden divisar desde sus alturas desde las Baleares al Desert de les Palmes de Castellón.


También el parque del Penyal d’Ifach es un espectáculo de la naturaleza. Con su imponente roca de 332 metros de altura, unida a la tierra por un estrecho istmo de arena es, pese a sus 53 hectáreas, el espacio protegido más visitado de la Comunitat Valenciana. Todo un mastodonte de piedra que se alza en vertical sobre el mar, en un paraje donde han quedado varios restos arqueológicos de la época clásica. Por otra parte, más de 60 especies de aves y 400 especies de plantas, entre las que figuran algunas en peligro de extinción.


Otro de los parques alicantinos es el del humedal del Fondo, todo un oasis entre el secado ilicitano. Las 2.837 hectáreas que conforman este humedal de Elche comprenden dos embalses reguladores de riego, charcas perimetrales y zonas de saladar y cultivos, cuya conservación ha originado distintos ambientes de gran valor ecológico, aunque sin duda, es la fauna el aspecto más valioso del parque, tanto por la gran abundancia como por la presencia de especies seriamente amenazadas de extinción como la malvasía cabeciblanca.


Más al sur, con sus 2.740 hectáreas, las Salinas de Santa Pola son el claro ejemplo de la coexistencia de los usos tradicionales y la conservación del medio. La ancestral minería de la sal en el paraje ha creado un ecosistema en el que las aves se alimentan de los peces e invertebrados que entran en las balsas y donde reinan, por su espectacular belleza, los más de 8.000 flamencos que allí habitan, los principales protagonistas del espacio.


Entre las bahías de Benidorm y Alfàs del Pi-Altea se sitúa el Parque Natural de Serra Gelada, un enclave marítimo-terrestre de 5.446 hectáreas de las que el 88% corresponden al mar. En sus impresionantes acantilados anida el cormorán, el cernícalo y el águila perdicera. Y, en el agua, las praderas de posidonia atraen a multitud de especies acuáticas, entre ellas, los peces-luna y los delfines.


La Comunitat Valenciana cuenta con su propio 'Mar Muerto', con un paisaje único de aguas rojas. El Parque Natural de las Lagunas de la Mata y Torrevieja, se encuentra en la comarca de la Vega Baja y junto con los parques de El Hondo y las Salinas de Santa Pola, forman un triángulo de humedales de una importancia crucial para los ciclos biológicos de numerosas especies que lo utilizan tanto en sus migraciones como en su nidificación o invernada. Este órgano vital para la biología del sur de la Comunitat Valenciana ocupa parte de los términos municipales de Guardamar del Segura, Torrevieja, los Montesinos y Rojales. 

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