El alcalde traslada su malestar a la Subdelegación del Gobierno por la falta de concreción en las obras del Puente de la Bota

El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, ha mostrado hoy públicamente su “malestar” con la falta de información y de concreción en lo referente a las obras de la N-232 para reparar el Puente de la Bota. El primer edil ha mantenido una conversación con el Subdelegado del Gobierno en Castellón, quién le ha trasladado que no se conoce la duración de la actuación y que no hay fecha concreta para de inicio, pero no comenzarán el próximo lunes, que era el día que se había especulado que se podrían iniciar los trabajos. Por ello, Rhamsés Ripollés ha urgido una reunión de coordinación con la Subdelegación, el Ministerio de Fomento y las administraciones afectadas por el corte de la N-232, como son la Conselleria de Infraestructuras, de la que depende el transporte público, por ejemplo, o la de Sanidad.

Rhamsés Ripollés indica que “esperamos que se nos convoque a una reunión urgente con el Gobierno y las administraciones afectadas porque no es normal esta increíble falta de información y de coordinación ante el corte de una carretera nacional”. Además, el alcalde también señala que “desde la Subdelegación no nos aseguran ni la fecha de inicio de las actuaciones ni la duración de los trabajos, por lo que exigimos que la comunicación sea más fluida, que el corte de la carretera dure el menor tiempo posible y que se estudien alternativas de abrir el paso a través de pistas a turismos, para que no haya que realizar una vuelta tan grande”.

El próximo mes se cumplirá un año desde el accidente del camión que provocó la rotura de las vallas de protección del Puente de la Bota. Desde entonces, se ha regulado el tráfico mediante semáforos y se ha cortado un carril. Once meses después, cuando se había anunciado que las actuaciones comenzarían a mediados de septiembre y los trabajos durarían un mes, se vuelve a instalar la incertidumbre en Morella sobre estos aspectos.

Cabe recordar que el corte de la N-232 provocará numerosos inconvenientes para Morella. El tráfico se tendrá que desviar por la CV-12 hasta Ares, seguir por la CV-15 hasta coger el desvío a Catí (CV-128). Este itenerario será el que deberán realizar los coches que se dirijan a la zona de Vinaròs y supone el doble de tiempo y kilómetros que el recorrido actual. Para dirigirse a Castellón bastará con llegar hasta Ares y coger la CV-15, realizando el trayecto por el interior. Las personas que quieran desplazarse hacia Barcelona, adelantarán por el Matarraña, yendo por la N-232 hasta el cruce de Gandesa (N-420). También se desconocen las afecciones para el transporte público y hay que recordar que el hospital del que depende Morella es el de Vinaròs.