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“Me indigna que el cementerio esté blindado de policías y que por la noche siga habiendo botellones”

“Me indigna que el cementerio esté blindado de policías y que por la noche siga habiendo botellones”
  • Los ciudadanos muestran su indignación ante los botellones y fiestas ilegales porque “parece que quienes cumplimos las normas somos los menos espabilados”

La gente, por norma general y en su inmensa mayoría, respeta las normas que tan recurrentes son en el nuevo día a día con el Coronavirus presente.

Estos ciudadanos que se limitan a cumplir con lo establecido para no ocasionar más problemas de los que ya ha traído la pandemia del COVID-19 se enfurecen al ver a los otros, esa minoría, que se salta sin ningún pudor todos los límites.

Este pasado fin de semana se juntaba todo, el sábado y el domingo junto con la tradicional fiesta de Halloween. A pesar de no estar permitidas ni fiestas, ni celebraciones ni prácticamente poder acudir a los cementerios por la festividad de Todos los Santos, hay gente que lo hace igual.

Esta misma mañana elperiodic.com ha salido a pie de calle a preguntar por las sensaciones contradictorias que se generan con la actualidad. Un hombre mayor, jubilado y de Gandia, explica a este digital que “no entiendo algo que debe ser básico; es inexplicable que ayer domingo los cementerios estuvieran blindados de parte a parte por la policía y que por las noches los botellones sigan siendo algo habitual para los jóvenes”. Este señor detalla que “encontramos incongruencias de manera continua, ya que es normal que los agentes controlen los cementerios, pero más normal todavía debería ser erradicar de verdad las fiestas ilegales y los botellones, porque ahora, aunque ya no los puedan hacer en los parques o en las calles por el toque de queda, los hacen exactamente igual en las casas particulares”.

“Hay una doble vara de medir y eso es lo que nos lleva a que los nuevos contagiados por Coronavirus no paren de subir; no puedo llegar a entender que los dispositivos nocturnos no endurezcan las sanciones y la vigilancia, ya que todos nos hemos dado cuenta que siguen existiendo personas a las que les da igual todo y solo piensan en su diversión”, concluye el jubilado gandiense.

Siguiendo con las consultas, llegamos a una chica joven que afirma que “no es problema de Halloween o de cualquier festividad, sino que quien quiere saltarse las normas lo hace con cualquier excusa; los fines de semana se llenan de botellones y de reuniones sociales tremendamente innecesarias”.

Además, esta chica indica que “nosotros, los jóvenes, muchas veces no somos del todo conscientes porque hay incluso gente de estas edades que se junta con los demás, hace botellones, celebran fiestas ilegales en sus casas, pone música, nadie va con mascarilla y, para colmo, publican toda esta cadena de barbaridades en sus redes sociales para que todo el mundo lo vea; en esos momentos es cuando pienso que realmente no son conscientes de nada de lo que está ocurriendo”.

La joven cree que el problema es que “no les suelen pillar y, si lo hacen, las sanciones tampoco son tan altas como para dejar de hacer estas fiestas, algo que no puedo entender y que el resto de jóvenes también vemos mal y condenamos”.

Visto que el problema no solo son los jóvenes, ya que hay gente como el anterior testimonio que censura estas prácticas ilegales, encontramos a un padre de familia que muestra su indignación porque “lo que vemos a diario es injusto, a mí me enfada muchísimo que acudir al cementerio para recordar a los difuntos sea una situación de máximo riesgo ante los nuevos contagios y luego observar que las terrazas de los bares y las plazas están absolutamente repletas de gente reunida”. El hombre afirma que “me indigna de verdad, porque parece que los que cumplimos las normas en la actualidad somos los más tontos o los menos espabilados, es lo que nos hacen ver cuando los botellones siguen, las fiestas ilegales igual e incluso los eventos sociales y culturales; la verdad es que no puedo entender que la vigilancia nocturna no sea mucho mayor siendo conscientes todos de que siguen juntándose para beber o divertirse”.

En definitiva, el padre de familia advierte que “pronto va a pasar lo que nos ha ocurrido siempre, vamos a volver a pagar justos por pecadores y la irresponsabilidad de algunos va a manchar de nuevo el respeto absoluto que la mayoría tenemos por las normas actuales, ya que no es cuestión de ir más gente o menos al cementerio ayer en el día de Todos los Santos, sino que esto queda en una anécdota al lado de las noticias de cada fin de semana”.

Un último testimonio nos aporta su opinión sincera: “No se trata de decir que la Policía no actúa, para nada, lo hacen en la medida que pueden; de lo que se trata es de establecer unos dispositivos mucho más duros y estrictos de control para erradicar estos botellones o fiestas del todo, porque si hay algo evidente en todo esto es que es de estos lugares de donde salen la gran mayoría de los nuevos infectados de estas segunda ola del virus”.

La conclusión la tiene clara: “Solo aprendemos a base de normas estrictas de verdad, las medias tintas ya vemos que funcionan solo para los que cumplimos de verdad, para el resto ni existe la pandemia ni les importa la gente a la que puedan hacer daño con sus actos, pero al final parece que los responsables debemos asumir esto y callar, cuando debería ser todo lo contrario”.

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