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“Dentro del colegio nosotros controlamos a los alumnos, pero al salir es su responsabilidad porque al día siguiente tienen que volver”

Pinzón y Figueres, los directores del colegio Escola Pia de Gandia
Pinzón y Figueres, los directores del colegio Escola Pia de Gandia
  • Los directores del colegio Escola Pia de Gandia hablan claro frente a todas las dudas que deja una vuelta al cole marcada directamente por la pandemia del COVID-19

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Los directores del colegio Escola Pia de Gandia, Borja Pinzón y Xavi Figueres, repasan minuciosamente cada detalle del nuevo protocolo de contención que han elaborado contra el COVID-19, ese virus que se ha instaurado en la sociedad y que mantiene en vilo el inicio del próximo curso escolar. Los dos directores, además de encargarse de dirigir el centro también son profesores y, por si fuera poco, padres de alumnos. Lo tienen todo, por lo que las opiniones van más allá del profesorado y hablan a elperiodic.com también como padres de alumnos que se preocupan por cómo y cuál va a ser el devenir más próximo de sus hijos cuando entren por la puerta de las clases del colegio.

Partiendo de la base que el protocolo es estricto y está perfectamente delimitado y señalado en cada rincón de la Escola Pia, los dirigentes tienen las lógicas preocupaciones relacionadas de manera más que directa con la pandemia actual.

Ambos coinciden en que, aparte de las medidas de seguridad, el virus es incontrolable al 100% y es un hecho que “meter a 900 alumnos en un colegio supone un riesgo para todos, tanto para ellos como estudiantes como para nosotros como profesores”.

“Siendo conscientes del riesgo, tenemos claro que el protocolo nos ayuda a estar lo más tranquilos posible dentro de unas circunstancias en la que las certezas son bastante escasas”, explican.

“Hay padres que no van a traer a sus hijos al colegio porque consideran que puede ser un riesgo de contagio que pueden evitarse”, afirman.

La solución ante la afirmación anterior de los directores la tienen clara: “Hasta que no haya una vacuna vamos a continuar con esta incertidumbre en los colegios y en el resto de ámbitos”.

Pinzón y Figueres tienen claro que “la solución de cerrar los colegios y que los alumnos se queden en sus casas puede crear una serie de problemas en cadena que tampoco ayudan, ya que los padres van a tener que ir a sus lugares de trabajo, no van a poder dejar a los niños y niñas solos en sus casas y van a tener que recurrir inevitablemente a los abuelos; con lo cual se genera una sucesión de problemas en cadena que acaban en el grupo de edad que más sufre las consecuencias de este virus, los abuelos”.

Los dos directores recurren permanentemente a la lógica para tratar esta situación, ya que “empleándola, es evidente que dentro del colegio nosotros podemos controlar a los alumnos en los ‘grupos burbuja’ que hemos creado y al resto en sus aulas, pero una vez acaba el horario escolar y salen a la calle no podemos controlarlos de ninguna manera, por lo que si alguno de ellos no es lo suficientemente responsable, puede crear un problema a todo el resto porque al día siguiente vuelven a la clase y se juntan todos”.

“Dentro de las puertas del centro educativo están bajo control, pero una vez acaban su día escolar cada uno puede acudir al parque, relacionarse con otra gente o una serie de cosas que antes hacíamos habitualmente y que ahora suponen un riesgo de contagio evidente”, siguen detallando ambos.

Apartándonos de alguna manera de lo meramente relacionado con el virus, ambos dirigentes tratan otro de los temas ligados a la exigencia educativa en estos momentos de la pandemia. Ambos explican que “todo depende de la norma que marque Educación, ya que es algo lógico que si los profesores estamos obligados a tan solo tener en cuenta las notas positivas de los alumnos y no las suspendidas, es una realidad que la exigencia disminuye y el rendimiento de los estudiantes no es el mismo, es inferior a cuando están exigidos a dar su máximo para aprobar las asignaturas o el curso”. Este es otro de los problemas derivados de esta crisis sanitaria, que de la misma manera afecta al rendimiento escolar y a la exigencia que se les pide dadas las circunstancias que les rodean.

Cabe recordar que, a pesar de las estrictas medidas aplicadas y un protocolo diseñado contando con todos los detalles de la situación, el colegio Escola Pia imparte educación a 900 alumnos. Esta cifra alta hace que sea uno de los centros más demandados en la ciudad y en la comarca, aunque como todo el resto de colegios en las circunstancias en las que nos encontramos actualmente toda concentración de personas en aulas o espacios cerrados supone un riesgo evidente de contagio. Hasta el momento, tanto Pinzón como Figueres se basan en el protocolo establecido por las autoridades sanitarias y educativas, aunque visto que la situación cambia por momentos y días, están a expensas de que en la reunión del próximo día 27 de agosto de Sanidad y Educación con todas las comunidades autónomas las medidas vuelvan a cambiar o incluso tomen alguna decisión más drástica que pueda llegar a contemplar el extremo de que los colegios no se lleguen ni siquiera a abrir por la incesante subida de los casos positivos de COVID-19 en España.

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