Peris alerta de la plaga de la procesionaria en la Magdalena
Los socialistas de Castellón afirman que la “desidia” del Ayuntamiento de Castellón a la hora de realizar un seguimiento adecuado de la repoblación en el entorno de la Magdalena está provocando la muerte de brinzales (árboles de poca edad) apenas unas semanas después de concluir la replantación. El concejal socialista de Medio Ambiente, Javier Peris, señala que ejemplares de carrasca o algarrobo están siendo atacados por enfermedades como el oídio, y se han secado hojas y brotes por falta tanto de control fitosanitario y de riego continuado.
Además, señala que debido a una mala ejecución en la instalación de los tubos protectores, algunas plántulas se han quedado desprotegidas por la caída al suelo de dichas protecciones, con lo que disminuye considerablemente la capacidad de arraigo y supervivencia. La orientación de las laderas donde se ha realizado la replantación está dificultando la aclimatación de los brinzales, ya que especies como la carrasca necesitan en sus primeros años de crecimiento exposiciones más húmedas y frescas.
Por otro lado, el Tomicus destruens (barrenillo de los pinos) continúa presente en la Magdalena. Aunque se anunció desde el Ayuntamiento la eliminación de la totalidad de pino carrasco afectado por la plaga, lo cierto es que quedan árboles con evidentes síntomas de haber sido atacados por el coleóptero. La ausencia de trampas con feromonas para capturar los ejemplares macho deja el control de la población al rigor de la climatología, de manera que un incremento de la temperatura en las próximas semanas puede avivar la población, pudiendo coincidir varias generaciones de barrenillo en primavera si no se actúa a tiempo, como el pasado verano.
No obstante, el Tomicus no es la única plaga que amenaza los pinos de la Magdalena. En las últimas semanas han aparecido bolsones de Thaumetopoea pityocampa (procesionaria del pino). Los árboles afectados están justo al lado de la carretera al llegar al entorno de la ermita. Colocados los bolsones en guías terminales del árbol, las orugas producen defoliaciones, debilitando al pino, que ya se encuentra de por sí vulnerable a consecuencia del ataque del barrenillo. Si la afección es muy intensa, puede provocar hasta la muerte del ejemplar. De ser así, acabaría con los pocos árboles aún sanos.
Otro aspecto negativo de la procesionaria son los efectos urticantes, sobre las personas, a causa de los pelos que poseen las orugas a partir de su tercer estadio, y que pueden ser transportados a distancia por el viento. Estos pelos producen urticarias en las partes más sensibles de la piel y ocasionan trastornos serios en personas alérgicas. Además, también pueden provocar la muerte de perros.
“Si el Ayuntamiento de Castellón no realiza un control integrado de inmediato, luego será inútil cualquier tratamiento químico, porque las orugas habrán abandonado el bolsón para enterrarse y convertirse en un lepidóptero adulto, en mariposa. Este enterramiento suele suceder entre febrero y marzo, para salir a la superficie en junio, dependiendo de las condiciones climatológicas”, asegura Peris.
