Expertos en desarrollo social y paz creen que "la resistencia no violenta es la mejor estrategia para frenar las injusticias sociales"
Los participantes en el Club de Debate de la Universitat Jaume I celebrado el lunes 11 de marzo de 2013 bajo el título 'No violencia y cambio social', avalaron la resistencia pacífica como mejor estrategia para encaminar las nuevas movilizaciones civiles contra las desigualdades socioeconómicas y las contradicciones políticas del contexto nacional e internacional.
La mesa de debate estuvo formada por Alejandro Pozo Marín, investigador del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz de la Universitat Jaume I y del Centro de Estudios por la Paz JM Delàs; José Ángel Ruiz Jiménez, profesor titular de Historia Contemporánea y miembro del IPAZ de la Universidad de Granada, y Sidi Omar, investigador del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz de la Universidad Jaume I. Laura Muñoz, periodista de Radio Castellón-Cadena Ser, moderó el debate.
José Ángel Ruiz Jiménez aseguró que “la vía pacífica presenta un gran potencial transformador y conduce a la victoria moral en numerosas ocasiones frente a otras formas violentas de inconformismo social y a las fuerzas externas que buscan deslegitimarla”. El ponente aludió a Mahatma Gandhi, cabeza del movimiento por la independencia de la India, y a Martin Luther King, al frente de la lucha por los derechos civiles de los norteafricanos en América del Norte, como líderes que optaron por la resistencia no violenta para derrumbar las injusticias socialmente admitidas por los regímenes políticos.
Frente a las revueltas árabes y su combate por retornar la soberanía al pueblo, Sidi Omar criticó la falta de apoyo y coherencia internacional. “Los países europeos profanan un discurso de entusiasmo por la universalización de los derechos humanos pero permanecen indiferentes ante los movimientos de justicia social en los países árabes” alegó. En este sentido, Ruiz Jiménez aseguró que la intervención de las grandes potencias internacionales en estas situaciones suele responder a fines geopolíticos y no a la causa común.
Por último, Alejandro Pozo Marín indicó que la resistencia pacífica no sólo visibiliza las contradicciones del sistema sino que es una garantía a largo plazo para legitimar formas de actuación no violenta e implantar la concordia social. “Sudáfrica sufrió más muertes por arma de fuego después del apartheid. La violencia se implantó como norma social y dificultó la paz en el país” explicó el ponente.
