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Los candidatos autonómicos evitan los disparos en el último debate electoral

Los candidatos autonómicos evitan los disparos en el último debate electoral
  • La retransmisión de À Punt evidencia una vez más la división de bloques y la complicidad entre Puig y Oltra

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Los candidatos autonómicos evitan los disparos en el último debate electoral - (foto 2)

Los cinco candidatos a presidir la Generalitat con representación parlamentaria en Les Corts protagonizaron ayer en À Punt el último debate de campaña antes de las elecciones del próximo domingo. Acostumbrados a ver a los líderes estatales enzarzados en agresivas interrupciones, el debate autonómico sorprendió porque, tal vez debido a la proximidad de los comicios y en un intento por captar el voto de los indecisos, los candidatos evitaron lanzarse dardos, como sí lo hicieron los días anteriores sus jefes de Madrid. Ximo Puig (PSPV), Isabel Bonig (PPCV), Mónica Oltra (Compromís), Toni Cantó (Ciudadanos) y Rubén Martínez Dalmau (Unides Podem) permitieron el desarrollo de un debate ágil, que dio lugar en todo momento a la exposición de ideas, la réplica y la contra-réplica.

Tanto fue así que durante las dos horas de retransmisión los candidatos no discutieron sobre la cuestión catalana, -habitual recurso en los debates autonómicos-, y tampoco ninguno de los oponentes preguntó a Cantó sobre la sociedad para ahorrar impuestos que había salido a la luz horas antes. Los representantes prefirieron centrar sus discursos en los temas autonómicos y dejaron de lado los estatales, que solo mencionaron cuando hablaron de la financiación. Esta última es una cuestión en la que hay consenso entre todos los partidos, pero fue precisamente la infrafinanciación el arma arrojadiza que utilizaron Bonig y Puig para recriminarse mutuamente que ni PSOE ni PP han cambiado el modelo de financiación cuando han llegado al Gobierno. Así, el socialista insistió en que la próxima legislatura “se resolverá sí o sí”, mientras la popular no dudó en recordarle que Mariano Rajoy “tendió la mano” y los socialistas negaron un acuerdo.

El debate evidenció una vez más la división de bloques a izquierda y derecha y la complicidad entre los socios del Botànic. El presidente y la vicepresidenta rechazaron, igual que en el último debate, descalificarse o recriminar las políticas adoptadas por sus formaciones. Puig, de hecho, fue un paso más allá y llegó a agradecer a Oltra su trabajo durante la legislatura. Mientras, la candidata de Compromís, en todo momento moderada, evitó cargar contra el PSPV y su líder, aunque sí lo hizo contra el PSOE central a causa de la financiación.

Oltra y Puig apelaron así a la experiencia de los últimos cuatro años e hicieron especial hincapié en el avance de las políticas sociales y económicas desde que en 2015 llegaron al Gobierno. Libros de texto gratis, reducción de barracones, medicinas gratuitas, o la creación de más puestos de trabajo, fueron los aspectos en los que insistió el dirigente del Consell, que adoptó un tono presidencial y templado, y quiso recordar cómo vivían los valencianos con el Gobierno del PP para advertir de un posible peligro si los populares ganan las elecciones.

El bloque de la derecha por su parte, también se consolidó, aunque Bonig y Cantó no parecieron tener la misma complicidad que sus adversarios. La presidenta del PPCV, con un perfil más bajo –lejos del que acostumbra en los debates de Les Corts-, centró su ponencia en criticar las políticas de economía, sanidad y educación del tripartito. No dudó, eso sí, en lanzar un disparo contra su potencial socio de Gobierno, a quien recordó que pactó acuerdos puntuales con Compromís y PSPV. Cantó, que cargó durante los cien minutos del debate a izquierda y derecha, aprovechó para devolver el ataque y recriminó a la líder del PP la deuda histórica que el partido dejó en la Comunitat a causa de la corrupción.

El candidato de Ciudadanos, habituado a la televisión, fue quien más cómodo se sintió y mejor sorteó las críticas, pero también el que protagonizó los momentos más tensos del debate. Seguro porque su partido nunca ha gobernado, y convencido de que poco tenía que perder, arremetió contra Puig al insinuar que tiene preferencias hacia el independentismo: “¿Cuántas naciones tiene España? ¿Por qué no me contesta?”. También puso contra las cuerdas al presidente cuando le preguntó si los socialistas que se habían ido a Ciudadanos “son todos fachas”. Ante estas preguntas, Puig acertó a decir: “No voy a responder impertinencias”.

Otro de los momentos incómodos de la noche se vivió cuando durante el bloque de financiación, Cantó habló del cupo vasco y cuestionó que Podemos apoyara que el País Vasco “tenga el triple de recursos que nosotros”. “Así lo dice la Constitución, léasela”, contestó Dalmau.

El candidato de Unides Podem, más duro con sus socios que en los otros debates, ganó mayor visibilidad que en los anteriores, y al contrario que Pablo Iglesias, sí decidió atacar en cuestiones claves como medio ambiente, donde fue quien más incidió, o economía. “Ustedes no tienen un modelo económico para la Comunitat”, llegó a recriminar a PSPV y Compromís. Pero aún con todo, el representante de la formación morada continuó sin encontrar su hueco en un debate donde el resto de candidatos parecieron no contar con él.

De hecho, los protagonistas fueron Bonig y Puig, que ocuparon la escena central a lo largo de los cinco bloques y evidenciaron que, sea cual sea el resultado del domingo, ellos dos serán los líderes de Gobierno y oposición. Las discusiones entre ambos se centraron en la economía y la reforma fiscal (impuestos) y la creación de empleo. El empleo fue precisamente el aval de la experiencia que utilizó Bonig para asegurar que cuando gobierna el PP “la economía siempre va mejor”, una afirmación que Puig cuestionó en reiteradas ocasiones con la frase que más repitió: “Usted no tiene credibilidad”.

El presidente también aprovechó para sacar a escena, sin nombrarlo, a Vox, que esa misma tarde había llenado con más de 5.000 personas el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe. Todos los candidatos tenían en mente el fantasma del sexto partido que no estaba presente en el debate, pero ninguno quería verbalizarlo, hasta que Puig habló: “Cualquier partido demócrata cristiano liberal de Europa no pactaría con la extrema derecha, pero ustedes lo harán”, aseguró convencido.

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