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Las obras del Teatro Payá concluirán en el mes de agosto una vez se ha autorizado el derribo del edificio del Camí d'Onda nº 30

Las obras del Teatro Payá concluirán en el mes de agosto una vez se ha autorizado el derribo del edificio del Camí d'Onda nº 30
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    Las obras del Teatro Payá concluirán en el mes de agosto una vez se ha autorizado el derribo del edificio del Camí d'Onda nº 30 - (foto 4)
    Las obras del teatro Payá estarán finalizadas en el mes de Agosto. Así lo estima el arquitecto Javier Tena después de que ayer los propietarios de los dos pisos que hay encima del acceso al teatro autorizaran su derribo. Eso significa que todos los actos culturales y falleros a partir de septiembre, como las exaltaciones a las Reinas Falleras, ya podrán celebrarse en el Payá.

    El Ayuntamiento de Burriana firmó el pasado 13 de diciembre un acuerdo para la adquisición, mediante formalización de escritura pública, de los dos pisos situados sobre el vestíbulo del Teatro Payá en el camí d’Onda, nº 30 por valor de 360.000 euros, a razón de 180.000 euros por vivienda. El 28 de diciembre de 2000 el municipio había adquirido todo el teatro con una superficie en planta de 1.385 m². Sin embargo, por acuerdo con los propietarios, no se adquirió el vuelo de la finca que hay sobre la entrada al teatro, que cuenta con dos pisos, aunque es posible construir hasta siete alturas.

    El proyecto de rehabilitación, ampliación y adecuación del Teatro Payá, cuyas obras se iniciaron el 8 de abril del año pasado, se ciñó a lo que era propiedad municipal, adaptándose al inmueble adquirido en diciembre de 2008. Cuando el pasado verano se iniciaron los trabajos en el vestíbulo, se pudo comprobar que toda la estructura portante, que sostiene el peso de las dos viviendas superiores, padece severas patologías, lo que llevó al arquitecto director de la obras, Javier Tena, a solicitar que se intentara adquirir ambos inmuebles, pues era más cara la nueva estructura que había que hacer para aguantar con garantías todo el vuelo del edificio, que lo que podría suponer la compra de ambos pisos.

    El 13 de octubre del año pasado se alcanzó un acuerdo con los propietarios; sin embargo, no se pudo formalizar la escritura por el fallecimiento de uno de los copropietarios. Aunque la escritura todavía no podrá legalizarse con los sucesores hasta que se resuelva el proceso administrativo de la herencia, sí que se ha firmado un acuerdo que permite derribar el inmueble y acelerar las obras, cuyo plazo de ejecución se había fijado inicialmente en 10 meses. De cumplirse el pronóstico, salvo que surjan nuevos inconvenientes, las obras finalizarán con seis meses de retraso.

    El derribo del edificio objeto del acuerdo calculan que se producirá en un plazo de diez días, una vez éste haya sido comunicado oficialmente a Dragados, S.A., responsable de las obras.

    El arquitecto ha valorado que lo que más puede costar es la estructura del edificio. “A partir de ahí los trabajos deberían acelerarse ya que podrán entrar a trabajar a la vez diferentes oficios”.

    Las principales variaciones que ha sufrido el proyecto como consecuencia del compromiso de adquisición de los dos pisos son que no se va a mantener la actual fachada, cuyo diseño será idéntico al resto exteriores de las calles Vicente Marco Miranda y Hortolans, a base de cerámica y cristal; el frontis del camí d’Onda será algo más ancho al incorporar el espacio que actualmente ocupa la puerta de acceso a las dos residencias superiores; sobre el vestíbulo se construirán tres plantas, y no dos, como hay ahora, aunque la estructura se ha calculado para que pueda soportar hasta las siete alturas que permite el plan general, por si en un futuro se valora ampliar; la primera planta se integrará con la antesala del anfiteatro; en la segunda se instalarán las oficinas, que previamente estaban proyectadas en la planta baja que recae a la calle Hortolans, donde ahora se adecuará una sala polifuncional; ese mismo uso tendrá la tercera planta que se va a construir sobre el hall, aunque preferentemente se utilizará como sala de proyecciones. Todo este conjunto de novedades ha obligado asimismo a cambiar de ubicación el ascensor, necesario ahora en la parte frontal del edificio.

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