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El ayuntamiento abre el depósito de agua potable del Siglo XIX de la carretera de Almassora para proceder a su restauración y puesta en valor

El ayuntamiento abre el depósito de agua potable del Siglo XIX de la carretera de Almassora para proceder a su restauración y puesta en valor
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    El Ayuntamiento de Burriana, a través de la concejalía de políticas activas de empleo que dirige Ana Montagut, va a adecuar y restaurar los antiguos filtros y el depósito de agua potable de la ciudad, situados junto a la carretera de Almassora, y construidos a finales del siglo XIX, para que puedan ser visitados. Después de 25 años, el depósito, que se encontraba tapiado, ha podido ser inspeccionado esta mañana por el alcalde, José Ramón Calpe, y los concejales Ana Montagut, Enrique Safont, Juan Granell y Francisco Isach, acompañados por varios responsables del Taller Ocupacional, como su director Pepe Benedito.

    La edil, Ana Montagut, ha explicado que con este proyecto se han trazado dos objetivos: recuperar un patrimonio importante y único de la ciudad, pues se trataba de un verdadero ingenio cuando se construyó, y por otro el fomento del empleo, pues entre las personas del Taller ocupacional que van a intervenir y las del paro agrícola, participarán más de cincuenta personas.

    El módulo de jardinería del Taller ocupacional se va a encargar de reponer toda la cubierta vegetal que sirve de aislante para el depósito. También colaborarán los del módulo de restauración de patrimonio, y por último los de turismo, desarrollando un proyecto para que la construcción pueda ser visitada dentro de una ruta del agua que podría incluir el partidor del Sindicato de Riegos y el Azud de Burriana. Este mismo módulo trabajará para que los filtros y el depósito sean declarados bien de interés local.

    Por lo que a la restauración se refiere, ha explicado Montagut, además de replantar toda la capa vegetal que hay sobre el tanque, su interior se va a limpiar con agua a presión, pues su buen estado no precisa de otra intervención; se iluminará el interior y se dispondrá o bien un balcón o una escalera para poder verlo por dentro. Por la parte exterior se está estudiando eliminar el mortero para dejar la piedra viva que conforma las paredes.

    La gran mayoría de ciudadanos de Burriana nunca se había fijado en dos recintos amurallados, uno cercano al puente del Millars, y otro junto a la antigua taberna de “Les Creutes”, en el cruce con el Camí La Mar de Vila-real, hasta que se inició el desdoblamiento de la CV-18 entre Burriana y Almassora –que se terminará en julio–, en los que se colocaron unos carteles en los que se leía: “zona de protección arqueológica”.

    Estos dos recintos son el primer sistema de abastecimiento de agua potable de Burriana, cuyas obras se iniciaron con la colocación de la primera piedra en septiembre de 1896, por parte del alcalde Manuel Peris Fuentes, y se inauguraron el 8 de diciembre de 1901, siendo ya alcalde el liberal José Mª Sabater Cataluña, aunque la construcción se desarrollo fundamentalmente durante el mandato de Joaquín Peris Fuentes, motivo por el que así consta en una placa cerámica existente en la obra. El cercado amurallado más próximo al Millars, de donde se captaba el agua para el consumo humano, albergaba los filtros de arena y de carbón vegetal. Ambos elementos se disponían en unas balsas – aún existentes – y el agua al pasar se sometía a una filtración lenta que eliminaba eficazmente los microorganismos causantes de las enfermedades transportadas por el agua, incluso algunos protozoos, bacterias y virus. El agua pasaba lentamente primero por el lecho de arena y luego por el de carbón. Después del uso repetido, los filtros de arena se volvían portadores de una gran cantidad de bacterias y microorganismos que ayudaban a la eliminación de los contaminantes. La arena “madura” era preferible a la arena limpia o nueva.

    Desde los filtros, y a través de una tubería, que disponía de varios respiraderos, el agua pasaba a los depósitos, que es el cuadrilátero amurallado situada más abajo, junto al camí la Mar de Vila-real. El interior de estos depósitos es una obra arquitectónica digna de referencia, como se ha podido comprobar esta mañana, pues dispone de varias bóvedas y pilares de ladrillo, así como un sistema de valvulería y mecanismos para controlar el flujo del agua, y la salida del fluido hasta la ciudad, mediante una conducción principal. La parte superior de estos depósitos semienterrados está cubierta de tierra, para aislar, disponiéndose varios respiraderos o chimeneas que conviven con toda la masa vegetal que ha crecido en esta fértil capa aislante, en la que existen hasta olivos.

    El sistema tradicional de abastecimiento de agua, hasta nada más inaugurarse el siglo XX, habían sido los pozos, de los que habían varios públicos, como el del Pla de Sant Blai, en el arrabal de Valencia, en el de Onda, en el Escorredor, en la Mercé o en la calle Menéndez y Pelayo. El problema es que había pozos de agua potable, pero también fosas sépticas, dada la ausencia de alcantarillado, lo que originaba que en ocasiones se comunicaran, proliferando numerosas enfermedades, principalmente el tifus.

    En marzo de 1888 el Ayuntamiento decidió construir este curioso sistema de abastecimiento de aguas potables y la construcción de varias fuentes públicas. El proyecto se le encargó al ingeniero Pedro Seseras, mientras que los depósitos, como se lee en una de las inscripciones colocada en uno de los arcos del interior, es del arquitecto Francisco Tomás Traver (que ejerció de arquitecto municipal de Castellón y proyecto edificios como la Casa dels Caragols), siendo el contratista Vicente Senent. Durante los primeros años el abastecimiento se limitó a seis fuentes públicas que se fueron ampliando.

    comentarios 17 comentarios
    Pepe Oliver.
    Pepe Oliver.
    20/10/2014 08:10
    La historia es cultura.

    Me parece una iniciativa magnífica el que se restauren monumentos históricos y máxime los que dieron un vuelco en la vida de los burrianenses del 1900. Vuelco en la vida por la entrada por la puerta grande a la higiene doméstica e incluso más que monumento histórico, es la obra de ingeniería de la época y el conocimiento de los microorganismos que formando un equilibrio sutil, aportaban un agua cristalina y limpia a los hijos de los burrianenses que muchas veces morían por enfermedades contagiosas de los pozos y charcas de los que se bebía. Y sí! muy agradecidos debemos estar a nuestros antepasados pues incluso algunos que han posteado sinrazones y offtopics no habrían podido hacerlo por haber muerto sus progenitores. Es de bien nacido ser agradecido.

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