El Comedor Social a pleno rendimiento

El Comedor Social ha empezado el curso con un equipo de 80 voluntarios que, en cinco turnos de lunes a viernes, se distribuyen para que el servicio funcione a pleno rendimiento. Miembros de Caritas, Amay y del Club de la Tercera Edad, así como muchos particulares, forman parte de este equipo renovado en un 30% respecto al año pasado que elabora cada día un menú diferente para las 131 personas que actualmente acuden al Comedor Social (21 usuarios que comen en las instalaciones de la antigua Escuela de la Mar Irta y 110 miembros de 25 familias que cada día recogen la comida allí mismo).

La coordinación de todo el equipo de voluntarios va a cargo de un grupo de cuatro personas (voluntarias también) que, además, gestionan todas las donaciones que llegan al comedor, elaboran los menús semanales y organizan las compras necesarias. Además, estos cuatro voluntarios son también los que se encargan de recoger semanalmente en la lonja de Benicarló el pescado de rechazo (pesca que no se puede evitar pero que no es viable para su comercialización por razones de talla, especie, precio de mercado o cuotas de captura), en virtud del convenio que el Ayuntamiento y la Diputación firmaron el año pasado con la Cofradía de Pescadores.

Las donaciones de la empresa Hoteles Mediterráneo, que gestiona dos establecimientos hoteleros en Peñíscola, se mantienen y suponen una media diaria de 80 raciones completas.

Objetivos para este curso

De cara a este curso, el objetivo de la Concejalía de Bienestar Social, encargada de la coordinación del programa del Comedor Social, es trabajar para reducir el número de usuarios del comedor y buscar alternativas para que la gente pueda hacerse la comida en casa. De hecho, el mensaje que la Concejalía quiere hacer llegar a la ciudadanía es que el Comedor Social es un programa temporal para situaciones de emergencia, que no es un programa de continuidad para familias sin recursos y que tiene que ser prioritario para la gente que no tiene ninguna otra opción, es decir, que no tiene ningún techo para cocinar o no puede hacerse la comida. En el caso de la gente que tienen vivienda propia, la idea del equipo de Servicios Sociales es que cada cual pueda elaborarse sus propios alimentos.

El servicio del Comedor Social está previsto que continúe hasta el mes de junio.