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Ximo Puig promete lealtad a España a cambio de Justicia con la financiación valenciana

Ximo Puig promete lealtad a España a cambio de Justicia con la financiación valenciana
  • Morellano, nieto de republicanos, hijo de autónomos y universitario: así es el sexto president de la Generalitat

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Ximo Puig promete lealtad a España a cambio de Justicia con la financiación valenciana - (foto 2)

Honrado, dialogante, valiente, vertebrador y unitario. Así se ha definido el sexto president de la Generalitat Valenciana, un Ximo Puig que hoy, alrededor de la una menos veinte de la tarde, ha vuelto a pisar el Palau, 20 años después de haberlo abandonado con Joan Lerma. Acompañado de Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero, con la música de la Unió Musical Socialista y ante una nube de fotógrafos y cámaras de televisión, soportanto un sol que caía a plomo sobre Caballeros, 2, ha tomado posesión de su cargo, con el presidente saliente, Alberto Fabra, como testigo.

Una hora antes, en el mismo hemiciclo donde fue investido el pasado jueves, ha prometido su cargo de president del Consell, sobre la Constitución Española, L’Estatut D’Autonomia y Els Furs. En valenciano, ha prometido acatarlas “sin engaño”, guardando “fidelidad a la Generalitat” y “lealtad a los valencianos y valencianas”. Sus 99 señorías aplaudiendo y de pie para recibir al nuevo jefe del Ejecutivo valenciano que ha saludado, uno a uno, a todos los portavoces de la oposición, siguiendo el orden establecido en los resultados del pasado 24 de mayo: Fabra, Oltra, Montiel y Punset.

A diferencia de la investidura, esta vez ha alternado el valenciano y el castellano en su discurso de toma de posesión. Lo ha hecho ante la mirada de sus padres, su mujer y sus hijos y todos los ex presidentes de la Generalitat, excepto un ausente José Luis Olivas. Puig ha nombrado a Lerma y a Zaplana pero ha olvidado a Camps. Lapsus que, ya en los pasillos, ha lamentado. Por cierto, ha existido más normalidad entre Fabra y Puig que entre un Camps y un Zaplana que, pese a estar sentados al lado en la tribuna de invitados de Les Corts, no han cruzado ni una mirada.

En el arranque de su intervención, el ya president Puig ha recordado al medio centenar de víctimas de los atentados terroristas perpetrados el pasado viernes en Kuwait, Túnez y Francia. Y, como el pasado jueves, recuerdo emocionado, de nuevo, a su compañero socialista, asesinado por ETA, Ernest Lluch; a su antecesor en la alcaldía de su pueblo, Morella, Paco Blasco, y a su mentor político, Joan Lerma.

En su intervención, cargada de simbolismo, ha repasado su trayectoria vital: nieto de republicanos, hijo de padre autónomo y madre trabajadora que carece de pensión, primer miembro de su familia con estudios universitarios y president, como ya insistió en su investidura, de todos, los que le han votado y los que no han apostado por él.

“Consciente” de la responsabilidad que asume y de “la dureza” de la realidad económica, se ha comprometido a acelerar la recuperación desde la reindistrialización, el turismo y la agricultura.

Desde “un gobierno al servicio de las personas, presidido por la regeneración ética y la lucha contra la corrupción”. Comprometido con “la modernización de la Educación, la Sanidad y los Servicios Sociales”.

Un Ejecutivo “de diálogo” que demostrará que el movimiento se demuestra andando: “A partir de mañana, convocaré para alcanzar los Pactos de la Generalitat” como arranque de “un tiempo de cambio y unidad”.

Y como en su investidura, Puig ha enviado el recado al Gobierno central, representado hoy por el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo. Modulado respecto al jueves pero persistente: “Mi gobierno estará presidido por una relación con el gobierno de España exigente, leal y solidaria, que nos saque de la actual marginalidad”. Ximo Puig no quiere presentarse ante Madrid como víctima: “La lealtad tiene que ser en los dos sentidos: de la Comunitat al resto de España y del resto de España a la Comunitat”. A Mariano Rajoy le ofrece “diálogo, respeto y soluciones”.

En el despacho de Caballeros 2, se sientan desde hoy, simbólicamente junto al socialista, “las voces, los sentimientos, las ilusiones y las esperanzas de todos”. Con un legado como motor. El de Jaume I: “Amar y proteger todas las personas y el pueblo. Hacer reinar la Justicia y velar para que los grandes no opriman a los pequeños”.

De les Corts, Puig se ha dirigido al Palau caminando a gritos de ‘¡Presidente, presidente!’ en una jornada de puertas abiertas.

Mañana, a partir de las 12, el Consell será una realidad. Se anunciarán los nombramientos.

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