El parking y la rampa de varada, preocupaciones vecinales ante el proyecto del nuevo puerto que impulsa la Generalitat en Xàbia

El Ayuntamiento de Xàbia celebró ayer una reunión ciudadana en su voluntad de acercar toda la información relativa al proyecto de reordenación del puerto y de recoger las sugerencias e inquietudes vecinales a la hora de presentar alegaciones. El alcalde, José Chulvi, explicó ante casi un centenar de personas interesadas que el Consistorio está abierto a esta propuesta, ya que desecha anteriores proyectos que suponían una ampliación con mayor impacto ambiental y rechazo vecinal y atiende la reivindicación municipal que pasa por optimizar el actual recinto. No obstante, el Ayuntamiento ha estado trabajando en una serie de reclamaciones que se aprobarán hoy en pleno para que la Generalitat las tenga en cuenta a la hora de empezar el proyecto.

El encargado de describir a grandes rasgos la propuesta recibida desde la Conselleria y los condicionantes del Consistorio fue el biólogo municipal, Ignasi Astor. Apoyándose en una presentación desgranó los grandes datos del estudio de viabilidad en el que el Gobierno Valenciano abre las puertas a una concesión por 30 años que afecta a una superficie total de 23.686 metros cuadrados de tierra y espejo de agua.

En Xàbia, actualmente hay 230 amarres de uso público y otros 406 explotados por el Club Náutico. Con el proyecto esbozado por la Generalitat, que supone una inversión privada de 8’2 millones de euros, dejaría 205 amarres públicos y 281 bajo concesión, a los que hay que añadir los del club náutico, por lo que el incremento de atraques total es de 256. Las tarifas generales estarán aprobadas por Conselleria, siendo las de las actividades complementarias (como el parking) a decisión de la concesionaria. De hecho, esta es una de las alegaciones municipales ya que preocupa que desaparezcan la mayor parte de plazas gratuitas que hay en la actualidad. Los asistentes a la reunión coincidieron con esta inquietud y convinieron que el Consistorio reclame que se mantenga un parking similar al actual para no perjudicar al núcleo de Duanes y lanzaron la idea de que se habilite como aparcamiento un solar tras el náutico.

Otra de las dudas que expresó el técnico municipal fue la ubicación de las edificaciones complementarias, que en el estudio de viabilidad no quedan marcadas. Eso sí, queda vetado la construcción de viviendas y edificios industriales, permitiéndose únicamente edificios de uso social, administrativo, varadero, comercial o recreativo, cultural y deportivo. También están acotados los criterios urbanísticos de edificabilidad, con una altura máxima de dos alturas (7’5 metros) y una estética acorde con el entorno. El uso de estas instalaciones y servicios será público, bien gratuito o de pago, y también será libre el acceso peatonal a la nueva escollera, algo en lo que de todos modos insistirá en garantizar el Consistorio.
En la reunión también se instó al Ayuntamiento a que defienda como dotación deportiva la explanada y rampa de varada por la que se accede gratuitamente con piraguas, barcas de remo u otras embarcaciones de pequeño calado.

La exposición del técnico municipal también se detuvo en otras posibles problemáticas a las que se hará seguimiento: si tras la reordenación la Generalitat pretende cobrar tarifa por el uso del recinto portuario en actos culturales, deportivos o festivos o la posibilidad de que en el dragado aparezcan restos del yacimiento romano y sean tratados correctamente para su conservación.

Tras la intervención del representante del Ayuntamiento se dio la palabra a los portavoces de colectivos directamente afectados. En nombre de la Cofradía de Pesca habló su presidente, Moisés Erades, quien consideró que cada proyecto de reordenación portuario “es a costa de quitar terreno y agua a los pescadores” y que en esta ocasión hay un acuerdo general de los marineros en “no ceder más y defender cada metro de nuestro territorio”. Erades destacó que en Xàbia el pesquero es “un sector a tener muy en cuenta y del que la Generalitat recauda cada año entre 150.000 y 200.000 euros (el 2% del volumen de descargas que oscila entre los 6 y 7 millones de euros más el canon de concesión por la zona, la fábrica de hielo, las zonas de pertrechos y la cantina”.

También intervino el representante de la asociación usuarios y amarristas del puerto, Vicent Chorro, quien señaló que su colectivo ve en este proyecto “una muy buena ordenación del puerto que atiende la demanda de los que pedíamos optimización y no ampliación”. Eso sí, los amarristas apuntaron que sus reivindicaciones pasan porque el número de amarres de uso público de la Generalitat se mantenga y que se reserven zonas de carga y descarga frente a los pantalanes.