Xàbia pone en valor un tramo del barranco del Montgó
Xàbia convierte un tramo del barranco del Montgó en una nueva zona verde. Su gran interés medioambiental e incluso, patrimonial ha llevado al departamento de Medio Ambiente a realizar una actuación con la que se ha conseguido poner en valor este pequeño paraje natural situado en las faldas del Montgó, según ha apuntado la concejala responsable del área, Doris Courcelles.
En la calle Fénix y ubicado entre urbanizaciones, la intervención ha permitido adecuar el cauce que sirve de conector natural del agua de lluvia que desciende de las partes más altas del monte y de diseminador de la vegetación. No en vano, tay y como ha destacado la edil de Medio Ambiente, esta zona es de “gran valor ambiental” ya que concentra en pocos metros numerosas y muy diversas especies autóctonas de la maquia mediterránea como el lentisco, el palmito, el acebuche, el espino, la coscoja, el algarrobo, la carrasca, e incluso el laurel, más propio de zonas húmedas.
Para proteger este rico ecosistema, el departamento municipal lo que ha hecho es sanear y retirar las plantas invasoras que amenazan la subsistencia de esta importante flora. De esta forma, lo que también se intenta es que no suponga ningún gasto de mantenimiento para el ayuntamiento, según ha indicado Courcelles.
En esta zona verde además se ha conservado un horno de cal. Una estructura que servía para obtener este material que era usado para la construcción, para blanquear y desinfectar, y para otros muchos usos artesanales, industriales y domésticos. En Xàbia, estos elementos eran muy abundantes, sobre todo, en áreas de montaña por ser donde se localizaban las materias necesarias para la producción de la cal: la piedra calcárea y la leña.
Según ha explicado el arqueólogo municipal, Joaquim Bolufer, la piedra era montada dentro de un horno creando una vuelta dentro de la cual se quemaba la leña durante tres días, - algo que suponía que la persona encargada del proceso de elaboración tenía que mantener el fuego día y noche hasta que la piedra, carbonato cálcico, se convirtiera en óxido de calcio, popularmente conocido como “cal viva”.
