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Xàbia celebró el sábado el XX Ajedrez Viviente

Xàbia celebró el sábado el XX Ajedrez Viviente
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    El sábado 30 de julio se celebró el XX Ajedrez Viviente de Xàbia, evento que organiza desde 1996 la Comisión de Fiestas Mare de Déu de Loreto con la colaboración del Ayuntamiento, y que este año contó con el patrocinio de CaixaBank. Esta original iniciativa recibió en 2002 el galardón de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

    Se representó "EL MITO DE LA CAVERNA, UNA VISIÓN ACTUAL (lo esencial es invisible a los ojos)”, una adaptación del clásico de Platón para ajedrez viviente teatral escrita por José Erades, profesor de filosofía y miembro de la comisión organizadora. La partida que sirvió de base fue J. Murey – A. Lobstein, París 1988. El niño Sebastià Morant, mejor clasificado en un reciente torneo local de ajedrez, leyó los movimientos de las negras; y el invitado de honor, Sergio Claramunt, fundador y director artístico de la ONG PayaSOSpital (una organización que visita hospitales para actuar ante los niños ingresados), hizo lo propio con las jugadas del bando de las blancas. La narración la llevó a cabo Berta Bolufer, en el papel de Afrodita, y Loli Quesada, como La petite princesse (La Princesita). La dirección corrió a cargo de Rafael Andarias, director del Ajedrez Viviente.

    Para conmemorar su vigésimo aniversario, la organización preparó una edición especial que conllevó una mayor complejidad que las precedentes, motivo por el que este año se realizó en el Pabellón de Deportes, en vez de en su lugar habitual de la explanada del puerto. La obra requirió una compleja infraestructura luminotécnica, audiovisual y de megafonía, contándose con dos espacios más de escenificación situados a ambos lados del tablero de 100m². Las gradas del recinto acogieron a más de un millar de espectadores.

    Además de los treinta y dos escolares que intervinieron como piezas (entre ellos dos discapacitados psíquicos), también lo hicieron otra veintena más como figurantes exteriores, así como otros colaboradores, entre cantantes, músicos y bailarines, que en total alcanzaron los casi dos centenares de personas. La Orquesta Sinfónica y el Grupo de Cámara del Centro Artístico Musical y la Colla Dolçainers Xirimitab’s (grupo de música tradicional valenciana), ambas entidades de Xàbia, interpretaron música en directo. También intervinieron el Coro parroquial y bailarines del Estudio de Danza Salomé Rodríguez de la localidad.

    En el preámbulo, conducido por Irene Wittwer y José Vicente Miralles, se proyectó un documental que recogió la andadura de este evento cultural, incluyendo las actuaciones en Thiviers (Francia), Vitoria y Linares (ésta en el marco de su XXV aniversario que contó con la asistencia de V. Anand). Dicho documental fue escrito por Rafael Andarias y realizado por el productor y montador Santiago Thévenet.

    Al final del prólogo, el presidente de la comisión organizadora, Juan José García, entregó unas placas conmemorativas al niño y a las narradoras; y el alcalde, José Chulvi, hizo lo propio con el invitado de honor, obsequiándole con una escultura, cedida por el artista local de prestigio internacional Toni Marí, que representaba un búho, símbolo de la filosofía.

    En la versión actual del Mito de la Caverna, el autor relacionó El principito de Saint Exupery para el que “lo esencial es invisible a los ojos” y la obra de Platón en la que “el mundo de las ideas” también es invisible; es decir, ambos autores, en contextos históricos diferentes, pero con el mismo mensaje didáctico. La obra se vinculó con áreas sociales y reivindicativas de nuestro tiempo, abordándose temas como los derechos humanos, haciendo hincapié en los de la mujer y el niño, la inmigración, la idolatría por la moda y los dispositivos electrónicos (las torres eran smartphones y peonzas), la corrupción a todos los niveles (una pieza negra era Don Corrupto) y otras cuestiones candentes. Asimismo, la obra pretendió aportar su granito de arena en apoyo de la Filosofía, que está pasando en la actualidad por unos momentos bajos.

    Las blancas (de amarillo) encarnaron el mundo de las ideas y las negras las sombras de esas ideas siguiendo la alegoría platónica. La representación se estructuró en veinte escenas intercaladas entre los movimientos de la partida, representándose varios diálogos de destacadas personalidades de la Historia. Uno de ellos fue entre la escritora y filósofa francesa Simone de Beauvoir y la política española de la II República, Clara Campoamor.

    Se realizaron diversas escenificaciones acompañadas de una espectacular coreografía en las que aparecieron Platón, que también mantuvo otro diálogo con un joven actual; Hipatia de Alejandría (su biografía fue llevada al cine por el cineasta Alejandro Amenábar en Ágora, siendo la protagonista Rachel Weisz); el indio Seattle, que intervino con su conocida declaración sobre la importancia de cuidar y defender la Naturaleza; Malala, la activista paquistaní que lucha por los derechos civiles y, sobre todo, de la mujer, que recibió el Nobel de la Paz en 2014; y Angelo Roncalli, futuro Papa, que en 1925 fue destinado a Bulgaria, como enviado oficial de Pío XI, donde dedicó todos sus esfuerzos en hermanar a todas las religiones, repartió pan para todo aquel que lo necesitara, visitó hospitales y ayudó a reconstruir los templos ortodoxos dañados por el terremoto. En señal de gratitud y amor el pueblo búlgaro le despidió como UN HOMBRE BUENO, UN HOMBRE DE PAZ. En 1958 fue elegido Papa como Juan XXIII.

    La narración se realizó la mayor parte en castellano y con algunos fragmentos en valenciano; aunque también se utilizaron otras lenguas como el inglés, francés, italiano, alemán y árabe, pero siempre con su traducción simultánea en una pantalla gigante habilitada tras la tarima donde se ubicaron los jugadores, las narradoras y una intérprete de signos de la Asociación Fesord. Asimismo, se proyectaron en dicha pantalla imágenes y videos complementarios relacionados con las escenas que se representaban en ese momento, entre ellos el famoso monólogo de El Gran Dictador de Charles Chaplin.

    En definitiva fue una edición espectacular, multicultural y que, además del componente de entretenimiento, ofreció una vertiente de concienciación social y de solidaridad humana. Pese a su larga duración, una hora y cuarenta y cinco minutos (incluyendo el preámbulo con el documental de diez minutos), se hizo corta a los presentes (fue una media hora más que lo habitual de años anteriores).

    Todos los participantes realizaron una excelente labor: presentadores, jugadores, narradoras, los pequeños actrices y actrices, figurantes, colaboradores en todas las áreas mencionadas anteriormente, así como el formidable equipo (alguno profesional) que hizo posible esta edición como dirección, escritura del libreto y dirección artística, selección audiovisual, regidor, dirección de escena, montaje del tablero y decoración del recinto, megafonía (se realizó un exhaustivo trabajo para salvar las dificultades que presentaba, en cuanto a sonido, un pabellón de deportes), luminotecnia, vestuario, maquillaje y atrezzo.

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