Vinaròs, un destino tranquilo y de contrastes para la Semana Santa
De las calas a las playas pasando por su especial gastronomía
Llega la Semana Santa y la Pascua y con ellas el tiempo libre y los puentes para muchas familias, que buscan un destino ideal en el que descansar.
La provincia de Castellón es una tierra de contrastes con todo tipo de lugares para el disfrute de las playas, de la gastronomía, de la naturaleza o de la cultura de Semana Santa, y Vinaròs es uno de sus máximos exponentes.
Playas y calas, un contraste especial
El contraste de estas tierras se deja notar en su principal aliciente: su fachada marítima. Y es que los visitantes se pueden relajar al sol con el benigno tiempo de Pascua tanto en sus arenales de fina arena como en sus resguardadas calas y acantilados, dependiendo de lo que se busque.
La primera de las playas por el norte es la playa nudista del Riu de la Sénia, pero si continúas bajando podrás llegar hasta las playas y calas de Sòl de Riu, les Deveses, les Timbes y les Llanetes, ideal para ir con mascotas, como la cala de Aiguadoliva, una de las que hay en su litoral más escarpado, donde se puede practicar el buceo sin problemas.
Una ciudad con historia
Es una de las ciudades de la provincia con el casco urbano más próximo al Mediterráneo y donde se puede conocer, reconocer e imaginar su extensa historia en cada esquina y cada monumento.
Desde la única plaza de toros a pie de mar a grandes palacios de la época renacentista, el esplendor del modernismo y su Mercado Central donde realizar todo tipo de compras, el grandioso santuario de la Misericordia, la famosa Iglesia Fortaleza Arciprestal de la Asunción con sus únicas columnas helicoidales o el Poblado ibérico del Puig de la Misericordia. Arquitectura e historia para todos los gustos.
Naturaleza en estado puro
En el seno de la comarca del Baix Maestrat, los parajes de Vinaròs son casi vírgenes e ideales para ir con la familia, para transitar por sus senderos o dar una vuelta con la bicicleta, además de las actividades que se celebran por las fechas pascueras.
Uno de los paseos más típicos se disfruta recorriendo los senderos que circulan por la costa, como los del Jardí de Sòl de Riu o, más en la montaña, el de la Redona de l'Ermita.
Las laderas del río Cervol o el barranco de Aiguadoliva son dos buenos lugares por los que conocer los parajes de la zona y también se puede visitar lugares tan especiales como el Santuario de la Misericordia.
Gastronomía, el buque insignia de la ciudad
Un lugar especial a pie de playa para tomar un helado o una copa, pero también para conocer los sabores más auténticos de la zona, desde el suquet a las llandetes de salmonete, el pulpo sulsit o las sepias a la brutesca.
Los arroces y pescados son sus máximos exponentes, con el langostino rojo de su lonja como el mascarón de proa de este templo culinario. Un especimen muy especial debido al clima suave y la baja salinidad de esta parte de la costa, enriquecida por los sedimentos que bajan del río Ebro hasta el cercano Delta.
Además, para los más golosos, además de las monas de estas fechas, destacan la repostería con sus pastissets de boniato o cabello de ángel y los llepostins, pastas de té con forma de langostino y esencia de naranja y almendra.
Una Semana Santa de Interés Turístico
Por si fuera poco, el tiempo de devoción de la Semana Santa es un momento ideal para visitar la ciudad, que transmuta entre el silencio, los tambores y la luz de las velas.
Procesiones y pasos únicos por el casco antiguo y a la orilla del mar, que puedes consultar en la programación de la Semana Santa de Vinaròs de 2025, de Interés Turístico Autonómico. Una fiesta tan asentada en la ciudad que moviliza a la friolera de 15 cofradías.