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La Vila recuerda al pianista Gonzalo Soriano en el centenario de su nacimiento

La Vila recuerda al pianista Gonzalo Soriano en el centenario de su nacimiento
  • El Archivo Municipal de La Vila Joiosa expone documentos que reflejan la relación del músico con la ciudad

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La Vila recuerda al pianista Gonzalo Soriano en el centenario de su nacimiento - (foto 2)

Con motivo del centenario del nacimiento del pianista Gonzalo Soriano Simó (Alicante, 14 de marzo de 1913), el Archivo Municipal de la Vila Joiosa está exponiendo una serie de documentos que reflejan la relación de la ciudad con quien es considerado uno de los más brillantes interpretes de música moderna española del siglo XX.

Entre los documentos que durante el próximo mes se exhibirán en la recepción de la Casa de la Cultura de La Vila Joiosa, ubicada en la calle Barranquet, destacan el retrato del músico dedicado a la empresa Jonia, propietaria de la sala cinematográfica donde el pianista realizó sus recordados conciertos en La Vila y el acuerdo municipal de 6 de mayo de 1976 por el que se decide ponerle nombre a una avenida de la ciudad, la comprendida entre la vía del ferrocarril y la fábrica de Chocolates Valor.

Gonzalo Soriano, natural en Alicante, mantuvo una estrecha relación con La Vila durante las décadas de 1940 y 1950, participando incluso en las fiestas de moros y cristianos en la compañía mora de los “pollosos”. Fue, debido a la gran amistad que le unía con los vileros Francisco Santamaría Ivorra y Juan Tonda Aragonés, en cuya casa de la actual calle de la Constitución pasaría algunos veranos, lo que posibilitó la realización de varios conciertos benéficos en la ciudad durante las fiestas patronales de 1946, 1952 y 1953.

Soriano, que por aquel entonces ya había realizado numerosas actuaciones en Europa, iniciaba poco después un periplo mundial que le llevaría durante los próximos años a actuar en los Estados Unidos (1954), el Extremo Oriente (1955) y Escandinavia (1959), obteniendo en todas ellas un clamoroso éxito de público y crítica. El 14 de abril de 1972, mientras preparaba una nueva grabación de las Doce Danzas de Granados, moría en Madrid. Ese mismo año, el 22 de julio, en el puerto pesquero, La Vila Joiosa le rendía un emotivo tributo con un concierto interpretado por la orquesta sinfónica de Madrid dirigida por el maestro Vicente Spiteri.

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