El nuevo Museo conserva una fachada con mucha historia

La antigua fachada del colegio Esquerdo se ha conservado en el nuevo Vilamuseu por varios motivos: por su valor simbólico y sentimental, ya que varias generaciones de vileros y vileras estudiaron allí; por su valor histórico y artístico, ya que es de un estilo propio de una época clave de nuestra historia, el s. XIX y principios del XX, llamado “historicismo” porque imita estilos más antiguos (en este caso, los palacios medievales); por su valor urbano, ya que es un elemento principal de una de las calles con más encanto de la Vila, la calle de Colón, lo cual es muy apreciado no solo por la población local, sino también por el turismo; y, especialmente, por respeto a la figura del Dr. Álvaro Esquerdo, como reconocimiento a su generosidad al pagar la construcción del primer colegio público de Villajoyosa, que ahora mantendrá su carácter educativo pero no solo para los niños y niñas, sino para toda la sociedad.

Para ello, la UTE Prom 95 – Los Serranos, bajo la dirección del arquitecto Tomás Soriano y de la restauradora de Vilamuseu Coté Velázquez, ha restaurado la fachada tal y como fue, ya que con el paso del tiempo había sufrido daños e intervenciones que habían alterado elementos como el zócalo, que se había perdido.
La fachada no se ha adosado al edificio nuevo para que los visitantes perciban que éste es una obra diferente del antiguo colegio. Era necesario hacer una obra nueva dado el mal estado del antiguo colegio y la importancia de aplicar al máximo criterios de accesibilidad y comodidad para todas las personas, y de funcionalidad (es decir, que permita un uso fácil y adecuado a técnicos y a visitantes, sin problemas de circulación, de trabajo o de instalaciones, algo que en edificios antiguos suele dar muchos problemas).

La fachada antigua es un testimonio de la historia pasada del lugar, un telón que mantiene el ambiente urbano de la época, uniendo pasado y presente, pero es muy importante que el museo nuevo se perciba por sí mismo como un edificio moderno, de vanguardia. Entre la fachada antigua y el edificio nuevo hay un vestíbulo cubierto en su mitad, que estará equipado con mobiliario urbano como si se tratara de una placita, dando continuidad a la calle de Colón pero a la vez haciendo de fachada interna que permite a los visitantes apreciar el interior del nuevo Museo antes de entrar en él.

En este espacio exterior se ha instalado también un pipí-can y un abrevadero (bebedero) para perros guía de personas ciegas. Este vestíbulo exterior será una de las zonas más atractivas, con más encanto del nuevo edificio.

La fachada, una vez devuelta a su estado original, tiene que cumplir bien su función de señalizar la existencia y la situación del nuevo Museo en la calle de Colón, para servir de reclamo y de atractivo a los turistas. Para ello es necesario que sirva de soporte publicitario, y en el proyecto museográfico financiado por el Ministerio de Cultura se diseñaron unos sistemas que ahora se van a instalar, y que buscan dos cosas: primero, la mayor visibilidad a distancia por personas que circulen en ambos sentidos en la calle de Colón; y también que permitan una contemplación de frente de la fachada lo más limpia y respetuosa posible, sin ocultar la arquitectura.

Para ello, la fachada tendrá, a ambos lados de la puerta principal, dos lonas verticales opacas impresas por ambas caras: una con la marca Vilamuseu (Red de Museos y Monumentos de Villajoyosa) limpia, en negro sobre blanco; y la otra para anunciar la principal exposición temporal. Esta solución es habitual en fachadas históricas de museos.

Para informar de los horarios y servicios que ofrece el museo habrá un panel de 120 x 80 cm a la derecha de la puerta, en impresión de tres idiomas (valenciano, castellano e inglés, que son los tres idiomas visuales l museo) y braille, y con un código QR que permita acceder con cualquier teléfono inteligente (Smartphone) o tableta a la información en lengua de signos y otros idiomas (noruego, francés, etc.). Estará a una altura cómoda también para personas en sillas de ruedas y de baja estatura.

Como reclamo a las otras exposiciones y actividades del Museo, así como a la principal actividad de la Casa museo la Barbera dels Aragonés, se ha evitado instalar paneles que ocultan la fachada, y se ha optado por colocar vinilos impresos sobre los cristales de las ventanas de la planta baja, que de noche también se podrán ver al ser translúcidos e iluminarse por detrás.