El espíritu de Shackelton visita Fadura
Victoria del Getxo Artea por 45-29 frente al Club Rugby La Vila en un partido igualado entre los dos conjuntos que no dieron su brazo a torcer en ningún instante, a pesar de que los vascos tienen la permanencia asegurada y La Vila lleva varias jornadas con el descenso adjudicado.
Respecto al encuentro, los locales hicieron buena gala de una línea de tres cuartos desequilibrante por momentos, teniendo un alto grado de efectividad, a pesar de que la defensa jonense se mostró contundente y brava durante el partido. Por su parte, el bloque alicantino consiguió quebrar el muro getxotarra en diversas ocasiones, con potentes penetraciones orquestadas por la delantera y culminadas en trys de Haeffeli y Villalba, este último marcando en dos ocasiones. El mediomelé Jiménez también conseguía un ensayo bajo palos con el que se anotaban un punto bonus ofensivo.
Fueron los últimos ochenta minutos jugados en División de Honor por los vileros. Pero no solo es un adiós a la máxima categoría del rugby español, sino que, tal vez más significativa y emotiva es la despedida de un conjunto que seguirá vistiendo la camiseta jonense en su gran mayoría la próxima temporada, pero que, inevitablemente como cada fin de temporada, habrán algunos jugadores que partirán en busca de nuevas experiencias. Pero ahí queda un grupo que ha demostrado estar unido en las adversidades que han marcado este último y complicado año en División de Honor para el equipo de La Marina Baixa.
Como la famosa expedición de Shackelton a la Antartida, donde su embarcación quedó atrapada por el hielo formado en el Mar de Weddell durante meses, mientras la tripulación, después de abandonar el navío destrozado, caminaba sin rumbo y perdida sobre el mar congelado a miles de kilómetros de la civilización, Ernest Shackelton se juró a si mismo: “Nuestra misión ha fracasado. No podremos cruzar la Antártida, pero a partir de ahora empieza una nuevo reto, más importante que el anterior. Permanecer juntos y regresar con todos mis hombres sanos y salvos a casa” Y esa misión, contra todo pronóstico, fue un éxito.
Este domingo, después del partido en Fadura, unos jugadores de rugby de una pequeña localidad llamada Villajoyosa se fusionaron en un círculo eterno e inquebrantable, y cada uno de ellos pensó “Lo hemos conseguido. Aquí estamos, juntos hasta el final” Y Shackelton sonrió.
