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¿Un feto de 2.000 años?

¿Un feto de 2.000 años?
  • Aparece la primera tumba junto a la torre romana de Sant Josep; se trata de un feto, el cadáver mejor conservado hallado después de 25 años de excavaciones en La Vila Joiosa

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¿Un feto de 2.000 años? - (foto 2)
¿Un feto de 2.000 años? - (foto 3)

La Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de La Vila Joiosa ha informado de que el equipo de arqueólogos que trabaja en las excavaciones de la Torre de Sant Josep (siglo II d. C) ha encontrado un feto en un perfecto estado de conservación de los huesos. Se trata del cadáver mejor conservado que se ha encontrado en la Vila hasta hoy, algo extraordinario tratándose precisamente de un feto, y que se puede explicar por encontrarse enterrado en gravas finas. El hallazgo se ha producido en las excavaciones que se están haciendo, previas a la restauración del monumento. A lo largo de 25 años de excavaciones arqueológicas, éste es el cadáver mejor conservado de los que se han hallado hasta ahora, según precisa el Museo de La Vila.

El feto está debajo de los pavimentos de la casa del s. XVIII, aunque todo apunta a que podría ser de la época romana; la mortalidad infantil era muy alta en la época romana, según informa el Museo de La Vila, que conserva el ejemplar para su próxima restauración. El Museo de La Vila ha aclarado también que hay noticias del s. XVI (Escolano) y XVIII (Valcárcel, el primer arqueólogo valenciano, que excavó junto a la torre) de la existencia de tumbas del s. III en el lugar, aunque todavía no se había encontrado ninguna, salvo la propia torre, que es la torre funeraria romana mayor y una de las tres mejor conservadas de Hispania. También hay indicios de otra posible tumba, que de confirmarse nos hablaría de una zona de necrópolis imperial.

El concejal de Patrimonio Histórico, Pepe Lloret, ha explicado que “los nonatos no se consideraban personas en el mundo romano, por lo que no se enterraban necesariamente en necrópolis. Quizá se enterró junto a la torre para buscar la cercanía de un monumento tan destacado, con una simbología funeraria tan fuerte”.

Desde el Museo de La Vila han explicado que en la época romana los nonatos y muertos al nacer se solían enterrar con clavos metálicos, a menudo de bronce, para "clavarlos" simbólicamente a la fosa, por miedo a que su alma escapara de la tumba (se consideraba que al no haber tenido la oportunidad de vivir deseaban salir para participar del mundo de los vivos). En esta tumba, el único objeto que se introdujo con el feto (cuyas costillas tienen 2 milímetros de grosor) fue precisamente uno de hierro, del que solo queda un fragmento alargado. El avance de las excavaciones demostrará si es un hallazgo aislado o una necrópolis.

Ubicada en la partida del Torres, la Torre Sant Josep (del siglo II d.C), está declarada Bien de Interés Cultural (BIC), y su restauración comenzará en breve con financiación autonómica; de hecho, las excavaciones arqueológicas en las que ha aparecido el feto son los trabajos previos a la rehabilitación. El lugar de hallazgo del feto se incluye en la visita guiada a las excavaciones arqueológicas de la Torre.

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