El vila-realense Javier Lloret completó la Batalla de Rande a nado

El nadador Javier Lloret, master del CN Vila-real, ha completado el pasado sábado 7 de julio una de las travesías más duras de Europa. Nadando los 27 km de la ría de Vigo, en un salto acuático desde las Islas Cíes hasta la isla de San Simón. Junto con otros 25
nadadores ha protagonizado la 1ª Batalla de Rande a nado, siendo el único representante de tierras valencianas. La travesía a nado está considerada la más dura del continente por su distancia pero también por las dificultades que entraña esta ría: una temperatura
que puede bajar hasta los 14 grados (más baja que en otras latitudes más al norte) debido al afloramiento costero, las corrientes en contra en el inicio de carrera y el riesgo de que aparezca el temido ‘nordés’, el viento predominante de la ría que levantaría un
incómodo oleaje en contra de los nadadores.

El nadador vila-realense acabó la prueba en treceava posición, con un tiempo de 6 horas y 53 minutos. Satisfecho sobre todo por haber acabado ya que nunca había estado más de 5 horas nadando. Estas son sus palabras:

¿Se te hizo dura la Batalla?
Realmente no fue tan y tan dura como nos esperábamos, el agua no estaba muy fría, y tuvimos viento y corriente a favor al final de la travesía. Pero siempre hay dificultades como la pesadez del neopreno, rozaduras, dolores, nutrirse y hidratarse en el mar, e
imprevistos de última hora como que se te hunda el kayak a la hora y media. Lo normal para nadar casi 7 horas en el mar, pero todo es más fácil si sonríes a las dificultades.

¿En tantas horas en la ría de Vigo no tuvisteis algún momento peligroso por el tráfico marítimo?
En mi caso, no me noté nunca en peligro, salvo los cinco minutos que me quede sin kayak. La organización hizo un gran trabajo y todo nadador, o grupo de nadadores, iba acompañado por un kayak que cuidaba de nosotros, nos guiaba y nos abastecía. Y los barcos que nos cruzamos fueron muy respetuosos, incluso algunos se paraban y nos animaban. Fue una organización de 10.

¿Fue bonito el reto?
Mentiría si dijera que no. Ha sido el reto más duro al que me he enfrontado y la experiencia ha sido muy enriquecedora, como nadador te endurece, te hace relativizar el sufrimiento y el dolor. Y el paisaje es espectacular y totalmente diferente a La Plana, las Islas Cíes es un paraje cuasi virgen, la ría de Vigo me impresionó mucho por la orografía y por la concepción urbanística, y la llegada a la pequeña isla de San Simón fue toda una sorpresa.

¿Tantas horas nadando no te sentiste solo?
La natación es un deporte de solitarios ya que nadando no se puede hablar con el compañero. Pero nadar tantas horas con alguien al lado creas un vínculo especial, de alguna manera conectas: ves cuando nada cómodo, cuando sufre, cuando se preocupa por ti, y os animáis mutuamente. Además teníamos el kayak de apoyo con el que siempre podías echar unas risas.

Pero mentalmente es duro, tienes que estar muy fuerte de cabeza para mentalizarte que lo vas a conseguir. Tantas horas te pasan muchas cosas por la cabeza pero intente tener en mi pensamiento a las personas que me apoyan: familiares, amigos, y la gente del
mundillo de la natación. En especial los ánimos que me dieron mis compañeros del CN Vila-real.

También me gustaría agradecer la ayuda que siempre me han prestado los entrenadores del club, sobretodo Jorge Piquer y Ricardo Franch.

¿Y no tuviste dudas o pensaste en abandonar?
Un par de veces note unas sensaciones previas al dolor que me alarmaron, pero pude corregirlo a tiempo y acabar la travesía. Eso sí, totalmente agotado.

Y como todos los participantes con ganas de repetirla el próximo año, terminarla me ha dado muchas ganas de enfrentarme a nuevos retos.

¿Tienes otros retos previstos?
La temporada acaba de comenzar, y hasta al 13 de octubre tengo una o dos travesías por semana. Son travesías que van de 2 km a 10 km normalmente, y para mí lo principal es acabar siempre arriba y con buenas sensaciones. Pero sobre todo me preparo para hacer el Ultramaratón del Ebro que nunca lo he hecho, y cruzar el Estrecho de la Bocaina (de Lanzarote a Fuerteventura) intentando mejorar la sexta posición del año pasado.