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Vila-real recupera seis libros de los siglos XV y XVI para el Archivo Municipal

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    El Ayuntamiento de Vila-real acaba de recibir los seis libros de los siglos XV y XVI que hasta ahora se conservaban en el Archivo Municipal y que, tras pasar más de un año en las dependencias del Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació para su restauración integral, vuelven a su lugar de origen.

    El concejal de Cultura -área de la que depende el Archivo-, Eduardo Pérez, ha sido el encargado de recepcionar los manuscritos, de manos de la subdirectora general del IVCR+i, Gemma Contreras, y el subdirector territorial de Cultura, Cristian Linares.

    “Es para nosotros un honor recibir este pedacito de patrimonio después de una restauración magnífica”, explica Pérez, quien destaca el estado de deterioro en el que se encontraban las obras. “Cuando se restaura un edificio histórico tiene mucho valor, pero esos edificios no nos dirían nada sin la documentación escrita que se conservan en los archivos”, apunta. Así, el edil ha agradecido al archivero municipal, Vicent Gil, el trabajo que realiza y también a la Generalitat, más concretamente a la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, “el interés que ha demostrado por recuperar y conservar la identidad de los valencianos como pueblo a través de sus documentos”.

    En esta ocasión las obras intervenidas han sido un Llibre de Murs e Valls de Vila-real, de 1543-1545; dos libros de Manual de Consells, uno de 1494-1495 y otro de 1489-1490; un Baldufari dels documents extesos pel notari Miquel Avinent de 1526-1570; un libro de Capbreus dels cens de les Almoines Majors de Vila-real de 1483-1568 y un libro Rebedor del notari Gabriel Avinent, fechado en 1577-1578.

    Estos libros se caracterizan por tener una encuadernación de pergamino flexible y, en algunos casos, dichos pergaminos están reutilizados y se encuentran manuscritos, siendo documentos mucho más antiguos que el propio cuerpo del libro, por lo que resultan de un alto valor documental. Cristian Linares ha destacado que “en el ámbito de la archivística valoramos mucho estos trabajos, porque son muy importantes, ya que hablan sobre el entramado urbano desde poco después de la fundación de la villa a cargo de Jaume I, su evolución, los baluartes defensivos, las sucesivas ampliaciones… es una joya”. 

    Por su parte, Contreras indica que “siempre es un placer recibir piezas de Vila-real para restaurar, ya que suelen ser libros muy antiguos y con un gran deterioro, lo que supone un verdadero reto y, en este caso, estamos muy satisfechos de la recuperación que se ha hecho de estos elementos históricos tan importantes para la ciudad”.

    Además, ha señalado que los daños más acusados eran la oxidación del papel por las tintas de origen ferrogálico y las manchas de humedad. Por otro lado, había cuadernillos descosidos y la piel de las cubiertas se encontraba muy deshidratada, además de presentar desgarros y faltantes en el papel. “Las hojas no se podían separar, por lo que ha sido una tarea de folio a folio, después de quitar el cosido original, que hemos guardado”, explica. Debido a la fragilidad del soporte, se optó por realizar una limpieza controlada en mesa de succión con una solución hidro-alcohólica y las hojas fueron laminadas con papel japonés washi de bajo gramaje y como adhesivo se utilizó gelatina animal, de manera que se garantice su flexibilidad, durabilidad y legibilidad. También se ha aplicado un tratamiento de desacidificación con el fin de aportar una reserva alcalina.

    Respecto a las encuadernaciones, se ha limpiado la piel y se ha realizado un tratamiento de consolidación. Los faltantes del pergamino se han injertado con papel japonés sekishu y con posterioridad se han reintegrado cromáticamente con acuarelas. Para finalizar se han cosido los cuadernillos a la cubierta con el mismo tipo de cosido original.

    “Hemos recuperado la información y los libros en sí como elementos históricos y hemos guardado los fragmentos sueltos que se han encontrado en el interior de los libros. Un trabajo muy costoso y de mucho valor para Vila-real”, afirma Contreras.

    Por su parte, Eduardo Pérez concluye que “es algo más que la restauración de unos libros, se trata de conservar y proteger nuestro patrimonio y nuestra memoria”.  

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