La plaza junto al Madrigal recordará el contorno del Campió Llorens con cerámica

La plaza que resultará del derribo del pabellón Campió Llorens, cuyas obras comenzaron hace dos semanas, recordará el contorno del actual edificio con una franja de cerámica y reordenará el espacio de aparcamiento y de las terrazas de los locales hosteleros para conseguir un entorno más funcional y seguro.

Así lo ha anunciado el concejal de Territorio, Emilio Obiol, quien ha desgranado todos los detalles del proyecto definitivo que llevará a cabo el Villarreal C.F. en la zona con el objetivo de que en agosto pueda estar finalizada la primera fase.

En este sentido, los primeros trabajos consisten en derribar el pabellón. Un edificio “disfuncional y obsoleto que ha dado un gran servicio a la ciudad durante años, pero que causaba un gran impacto en el entorno del campo de fútbol poco estético y útil y que era una cuenta pendiente, por lo que es el momento ideal para llevar a cabo la intervención”.

Obiol ha reiterado que el proyecto, que se realiza en coordinación entre los servicios técnicos del Villarreal C.F. y los del consistorio, respeta los principios de la concejalía que dirige, como son la austeridad –cuenta con un presupuesto de 150.000 euros- y la realización de un “urbanismo para las personas”, ya que “es sutil, de detalle y con poco se consigue un resultado muy positivo para muchos”.

De este modo, el objetivo de hacer una ciudad “más amable, segura, cómoda, funcional y atractiva, pensando en el peatón, se cumple a la perfección”. Y es que, el proyecto contempla crear una plaza diáfana junto al estadio del Madrigal que contará con pavimento de tonos grises cuyas piezas, homologadas, se realizarán exclusivamente para el espacio y cuyas características serán la flexibilidad, durabilidad y anti-resbalones. Asimismo, se marcará con un azulejo de una tonalidad distinta la superficie que ocupaba el pabellón, consiguiendo “una nueva plaza muy digna, única en la ciudad, apta para usos múltiples y con un excelente campo visual”, señala Obiol.

Además, otro espacio resultante será el de aparcamiento. La remodelación permitirá obtener una zona más organizada y segura, sin líneas divisorias de hormigón –se marcarán con pintura en el asfalto-, de manera que se mantienen las 103 plazas disponibles, que en días de fútbol “se destinarán a la logística televisiva y a los cuerpos y fuerzas de seguridad que acudan al estadio a realizar servicios”.

Por otro lado, la acera de la calle Blasco Ibáñez que discurre junto al estadio se ampliará y unificará y se creará un paseo que llevará desde dicho vial hasta la plaza del Llaurador con dos filas de plataneros, que son “los árboles que había en la antigüedad en la calle Ermita y que recordarán al Paseo de la Estación una vez crezcan, proporcionando sombra y un espacio donde sentarse en los bancos que se instalarán”.

Este paseo ocupará el espacio donde actualmente hay varias terrazas de negocios hosteleros, que desaparecerán de la zona y se ubicarán en tarimas en el espacio de aparcamiento de la acera de enfrente, delante de los locales, evitando así el cruce de personas por el vial. “Así, otros negocios que hay en la misma zona que no tenían terraza tendrán la opción de instalar una en este nuevo espacio”, indica Obiol, quien agradece a los empresarios su comprensión y predisposición hacia este cambio, que es “imprescindible”.

Otro de los detalles que caracterizarán al espacio abierto más grande de la ciudad será la instalación de una escultura que “dote de identidad y personalidad a la plaza” y el cambio de ubicación de la pantalla actual. “Se trata de una obra muy oportuna, necesaria y que era una asignatura pendiente para la ciudad”, asegura, puesto que “supondrá una transformación urbana muy importante, recuperando el uso público y universal de este espacio que cuando lo vean los vecinos, quedarán asombrados”.

Los trabajos de demolición avanzan a buen ritmo y, tras la eliminación de un punto de electricidad en el techo, está previsto que la Generalitat conceda en los próximos días el permiso para eliminar el amianto de las uralitas, detalles que para Obiol demuestran “la antigüedad de esta instalación”. Una vez finalizados los trabajos, está prevista una segunda fase que supondrá la instalación de una piel de cerámica en la fachada del Madrigal, la creación de un escenario en la plaza y la reserva de una pieza de los bajos del estadio que se utilizarán como almacén, zona de baños y vestuarios para actuaciones musicales.