Vila-real declara la “guerra al incivismo de los propietarios de perros” para garantizar la limpieza de los espacios públicos

El Ayuntamiento de Vila-real ha declarado la “guerra contra la insalubridad y el incivismo de los propietarios de perros”. El alcalde de la ciudad, José Benlloch, ha presentado hoy un plan de acción municipal que persigue, en cinco grandes ejes, “aplicar soluciones efectivas de una vez por todas y desde todos los ámbitos posibles a un grave problema como es el de los excrementos y orines de las mascotas en espacios públicos”. Mayor inversión en limpieza viaria, la ampliación de la red de parques caninos o intensificar la vigilancia a través de cámaras instaladas en puntos conflictivos y estratégicos de la ciudad son algunas las acciones previstas en este Plan municipal de lucha contra la insalubridad y el incivismo de los propietarios de perros, con el que el alcalde ha querido mostrar el “compromiso” del equipo de gobierno por atajar un problema “de respeto entre a ciudadanía, sanitario y también económico, ya que muchas veces por la actitud incívica de los dueños de los animales se producen desperfectos en el mobiliario urbano que debemos reponer con el dinero de todos los ciudadanos”.

Las primeras acciones de este plan integral irán encaminadas a la sensibilización de la ciudadanía, en particular a los propietarios de perros, de mantener limpia la calle y los jardines. “Vamos a impulsar campañas de sensibilización potentes, porque es necesario que la gente entienda la importancia de que recojan los excrementos de los animales y eviten que sus mascotas produzcan desperfectos en los espacios públicos, que deben ser espacios de convivencia para todos los y las vila-realenses”, señala Benlloch.

“Somos sensibles también con los propietarios de los mascotas, que muchas veces son un miembro más de la familia, y sabemos que los perros necesitan sitios donde salir al aire libre”, detalla el alcalde. Por eso, añade, se han creado ya dos parques caninos y se está trabajando en la creación de un tercer espacio para perros en la zona oeste de la ciudad este mismo año, con la idea de seguir ampliando la red hasta dotar a cada distrito de un parque canino propio. En cualquier caso, puntualiza Benlloch, “y siempre que se mantenga limpio y salubre, también entendemos que puedan usarse solares y descampados de manera puntual como áreas de esparcimiento de los animales”. “Donde está prohibido el acceso de los perros, y así lo establece la ordenanza, es en parques y jardines de uso público”, añade.

Otro de los ejes de actuación del plan será el incremento del presupuesto destinado a limpieza, con la idea de incluir maquinaria especializada y tecnología de vanguardia en este ámbito dentro de las posibilidades legales que ofrece la mejora del actual contrato de limpieza viaria. “La ciudadanía debe saber que la guerra contra la insalubridad y el incivismo que suponen los excrementos y orines de perros en los espacios públicos es una de nuestras principales prioridades”, incide Benlloch.

El control y la vigilancia policial constituyen el cuarto pilar del plan municipal de actuación. Para ello, se va a intensificar la vigilancia por parte de agentes de la Policía Local para garantizar el cumplimiento de la normativa de convivencia ciudadana en este tema, a través de agentes y coches camuflados. El control se completará con la instalación de cámaras de vídeovigilancia en puntos estratégicos y conflictivos, principalmente parques y jardines y proximidades de centros escolares. “Vamos a completar la red de cámaras de tráfico en la línea de aprovecharlas para controlar las zonas más concurridas y donde mayores problemas se presentan, de manera que la gente debe saber que, si su mascota ensucia o provoca desperfectos en el mobiliario urbano, quedará grabado”, añade el primer edil.

El Plan municipal de lucha contra la insalubridad y el incivismo de los propietarios de perros contempla también la posibilidad de un endurecimiento de las sanciones a aquellos dueños de mascotas que no recojan las heces de sus perros de la vía pública, establecidas por la ordenanza en un arco de entre 60 y 120 euros. “Entendemos que, en los tiempos actuales de crisis, es una cantidad importante para muchas familias, así que hemos decidido someter esta última medida a la deliberación del próximo Consell de Participació Ciutadana, ya que ha sido también en este organismo donde más quejas se han planteado por este grave problema de insalubridad, falta de respeto e imagen”. “Un problema”, concluye Benlloch, “al que desde hoy la ciudad de Vila-real declara la guerra”.