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El club forjó la mejor campaña de su historia el año en que se fue Riquelme

    El Villarreal, subcampeón de la Liga española, ha completado en la campaña 2007-2008 la mejor temporada de su historia, cuando todavía no se ha cumplido una década de su llegada a la elite del fútbol español, y en coincidencia con la marcha de su estrella de los últimos años, Juan Román Riquelme.

    Riquelme, tras regresar en verano de su cesión al Boca Juniors, fue un problema para el club en la primera mitad del campeonato, ya que el Villarreal decidió que no iba a jugar, aunque hasta el mes de febrero no se concretó su marcha definitiva, en un momento en el que ya se había demostrado que su concurso no era imprescindible para la buena marcha del equipo.

    El Villarreal, conocido como el 'submarino amarillo' es el equipo de la ciudad más pequeña de España con fútbol en Primera División, ya que Vila-real cuenta con tan sólo 50.000 habitantes, lo que no impide que cada domingo entre 15.000 y 20.000 personas se den cita en el campo del Madrigal.

    Tras un año en Primera, en la temporada 98-99, el equipo descendió y jugó en Segunda en la 99-2000, tras la que regresó a la máxima categoría del fútbol español con la intención de quedarse y en la que ha competido de forma consecutiva durante las últimas ocho campañas.

    Durante esta etapa, el equipo tuvo tres momentos de gloria: la semifinal de la Copa de la UEFA de 2004, perdida ante el Valencia, por un marcador global de 1-0, el tercer puesto de la Liga española en la campaña 2004-2005 y la semifinal de la Liga de Campeones, perdida también por 1-0 ante el Arsenal londinense en 2006.

    Estos tres registros se han visto superados en la campaña 2007-2008 con un subcampeonato de Liga logrado con cierta holgura y tras superar ampliamente al Barcelona.

    El equipo tuvo, además, una actuación digna en las otras dos competiciones en las que tomó parte. En la Copa del Rey superó a Las Palmas y al Recreativo de Huelva antes de caer eliminado en cuartos de final por el Barcelona en un partido en el que los jugadores del Villarreal criticaron mucho la actuación arbitral en el partido disputado en el Camp Nou.

    En la Copa de la UEFA el equipo se mostró muy sobrio en la eliminatoria previa y en la fase del grupo, en la que quedó por delante del Fiorentina o del AEK de Atenas, pero tropezó en octavos de final con el Zenith de San Petersburgo, en la mayor decepción de la temporada, aunque el equipo ruso se proclamó finalmente campeón del torneo.

    La gloria, sin duda alguna, le llegó al Villarreal en la Liga a pesar de que el 0-5 sufrido ante el Real Madrid en la segunda jornada no parecía un buen presagio, ni tan siquiera tras haber empezado con una clara victoria en Mestalla ante el Valencia por 0-3.

    El equipo se colocó en el grupo de cabeza para estar toda la temporada en puestos de Liga de Campeones, con una gran regularidad durante toda la primera vuelta, en la que, además, obtuvo algunas victorias importantes ante rivales como Barcelona, Atlético o Sevilla.

    Mejor le fue al equipo si cabe en la segunda vuelta, en la que estuvo nueve jornadas sin perder y se aproximó a la cabeza de la tabla, aunque no llegó a crear verdadera inquietud en el líder y futuro campeón, el Real Madrid.

    El éxito del Villarreal se ha fraguado en una línea de trabajo marcada por el presidente del club, Frenando Roig, y el consejero delegado, José Manuel Llaneza, acompañada por los cuatro años de continuidad que ha tenido al frente del equipo el entrenador chileno Manuel Pellegrini.

    Con una idea futbolística muy clara, un buen juego, mucha solidez en casa y una gran capacidad a domicilio, con doce victorias lejos de su campo, el Villarreal aspira a mejorar el rendimiento de esta campaña.

    Eso es, al menos, lo que espera su presidente, Fernando Roig, quien ha afirmado que espera crecer, aunque no ha concretado hasta donde llega su sueño.

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